Resucitan al lobo huargo, ícono de «Juego de Tronos», tras más de 10 mil años extinto

La ciencia ha logrado lo que hasta ahora solo pertenecía al reino de la fantasía: el lobo huargo, extinto desde hace más de 10 mil años y popularizado por la serie Juego de Tronos, ha sido traído de vuelta a la vida gracias a un ambicioso proyecto de desextinción liderado por la empresa biotecnológica Colossal Biosciences.

La compañía con sede en Texas anunció este lunes el nacimiento de tres cachorros de lobo huargo, creados mediante una combinación de clonación y edición genética. Se trata de dos machos, Rómulo y Remo, de seis meses de edad, y una hembra de tres meses llamada Khaleesi, en homenaje al personaje de la saga de HBO.

El proceso que dio origen a estos lobos comenzó con la extracción de ADN antiguo de un diente de 13 mil años y un cráneo de 72 mil años. A partir de ese material genético, los científicos editaron 20 genes en células de un lobo gris moderno, su pariente más cercano. Luego, las células fueron implantadas en óvulos de perros domésticos para gestación.

“El nacimiento de estos cachorros es un hito enorme”, afirmó Ben Lamm, director ejecutivo de Colossal, quien destacó que se trata de la primera desextinción exitosa en el mundo. “Este logro demuestra que nuestra tecnología funciona y marca el inicio de una nueva era para la conservación de especies”, dijo.

Los lobos huargos, también conocidos como “lobos terribles”, vivieron en América durante el Pleistoceno, entre 3.5 y 2.5 millones de años, y desaparecieron al final de la última glaciación. Se estima que eran hasta un 25 % más grandes que los lobos actuales, con mandíbulas más fuertes y pelaje más denso y claro.

Los tres ejemplares viven en una reserva ecológica certificada por la American Humane Society, bajo estricta vigilancia y monitoreo, incluyendo cámaras en vivo y drones.

El lobo huargo ganó fama mundial como el emblema de la Casa Stark en Juego de Tronos, donde era retratado como un animal poderoso, leal e imponente. Su creador, George R.R. Martin, quien actualmente se desempeña como asesor cultural de Colossal, celebró el avance científico.

“Aunque muchos ven a estos lobos como criaturas mitológicas, tienen una rica historia como parte del ecosistema norteamericano”, expresó Martin.

Además de los huargos, Colossal anunció la clonación de cuatro lobos rojos, especie en peligro crítico de extinción, con el objetivo de aumentar la diversidad genética de la población cautiva en Estados Unidos.

La empresa también trabaja en otros ambiciosos proyectos de desextinción, como traer de regreso al mamút lanudo, usando tecnología similar.

“La ciencia nos está permitiendo reescribir la historia de las especies perdidas”, afirmó Beth Shapiro, directora científica de Colossal. “Con esta tecnología, no solo honramos el pasado, sino que abrimos nuevas oportunidades para el futuro de la biodiversidad”.

Este acontecimiento, que parece sacado de una novela fantástica, marca un antes y un después en la historia de la biotecnología, situando a los lobos huargos en la frontera entre mito y realidad.

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