El Nobel de Economía fue otorgado este lunes al historiador económico Joel Mokyr, al economista francés Philippe Aghion y al canadiense Peter Howitt, por sus investigaciones que explican cómo la innovación genera crecimiento económico sostenido.
La Real Academia de las Ciencias de Suecia destacó que sus aportes permiten entender mejor las dinámicas actuales del crecimiento económico y advierten que este no puede darse por sentado, por lo que se deben mitigar las amenazas que lo ponen en riesgo.
Joel Mokyr, de Estados Unidos, recurrió a fuentes históricas para demostrar por qué el crecimiento económico se volvió norma en los últimos 200 años, mientras que Philippe Aghion y Peter Howitt diseñaron un modelo matemático que describe la destrucción creativa: un proceso donde nuevos productos sustituyen a los antiguos y dinamizan la economía.
Según la Academia sueca, durante gran parte de la historia humana los niveles de vida permanecieron estables entre generaciones, pese a los avances esporádicos. Pero la Revolución Industrial rompió ese ciclo, generando una innovación constante y un crecimiento sostenido.
El valor del conocimiento útil
Mokyr argumentó que el crecimiento sostenido de las últimas décadas requiere una constante producción de conocimiento útil, dividido en dos tipos: el proposicional (saber por qué algo funciona) y el prescriptivo (cómo hacerlo funcionar). Antes de la Revolución Industrial, prevalecía el conocimiento práctico sin una base teórica.
La Ilustración del siglo XVIII fomentó una retroalimentación entre ambos tipos de conocimiento, lo cual fortaleció la innovación, ejemplificada con la invención de la máquina de vapor. Mokyr también sostuvo que el surgimiento del crecimiento sostenido en Reino Unido se debió a una amplia disponibilidad de técnicos, ingenieros y artesanos calificados que convirtieron ideas en bienes comerciales.
Destrucción creativa y mercado competitivo
Por su parte, Aghion y Howitt teorizaron que la “destrucción creativa” está en el corazón del crecimiento económico. Este fenómeno ocurre cuando empresas con productos o métodos más eficientes reemplazan a otras, generando incentivos para mejorar continuamente. En un artículo de 1992, ambos explicaron que este proceso también provoca conflictos que deben gestionarse para evitar que sectores establecidos bloqueen la innovación.
Su modelo permite analizar cuestiones como la inversión ideal en investigación y desarrollo (I+D) o el impacto de las políticas públicas en la innovación. “La teoría de Aghion y Howitt es útil para comprender qué medidas son más efectivas y hasta qué punto la sociedad debe apoyar la investigación y el desarrollo”, apuntó la Academia.
Este enfoque ha influido en estudios recientes sobre la concentración de mercado y el papel del Estado en la innovación.
Proteccionismo y amenazas globales
Durante la conferencia del anuncio, Aghion expresó preocupación por el proteccionismo comercial impulsado por Estados Unidos: “Veo nubes oscuras actualmente acumulándose, empujando a favor de poner barreras al comercio y a la apertura”, declaró.
También señaló la importancia de mantener mercados amplios y competitivos para fomentar el intercambio de ideas y tecnologías. Instó a Europa a recuperar terreno frente a Estados Unidos y China y subrayó: “Creo que los países europeos deben darse cuenta de que no deberíamos dejar que EE.UU. y China sean líderes tecnológicos y perder frente a ellos”.
Trayectorias y distribución del premio
Joel Mokyr, nacido en 1946 en Leiden, Países Bajos, emigró a Estados Unidos y se doctoró en Yale. Actualmente es profesor en la Universidad Northwestern. Peter Howitt, también nacido en 1946, obtuvo su doctorado en esa misma universidad y trabaja en la Universidad de Brown. Philippe Aghion, nacido en París en 1956, tiene un doctorado de Harvard y está afiliado al Collège de France, INSEAD y la London School of Economics.
Mokyr recibió la mitad del premio, mientras que Aghion y Howitt se repartieron el resto. El galardón está dotado con 11 millones de coronas suecas, unos $1 millones tras convertir desde euros a dólares.
El Nobel de Economía cierra la temporada de premios de este año. A diferencia de los demás, este reconocimiento no fue creado por Alfred Nobel, sino que fue instituido en 1968 por el Banco Nacional de Suecia en su tricentenario.
