El Tribunal Supremo de Estados Unidos decidió este lunes no admitir a trámite una apelación que pretendía revertir el fallo histórico que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo a nivel nacional en 2015.
La petición fue presentada por Kim Davis, una exfuncionaria del registro civil del estado de Kentucky, quien se negó a emitir licencias de matrimonio a parejas homosexuales, amparándose en sus creencias religiosas. Su caso llegó a la máxima corte del país tras años de litigio.
El pasado viernes, los magistrados del Supremo discutieron en sesión privada si debían considerar el caso. Sin embargo, este lunes informaron que desestimaron la solicitud mediante una orden sin firmar y sin ofrecer explicaciones, como es habitual en este tipo de resoluciones.
La decisión del tribunal mantiene vigente el precedente legal establecido en 2015 con la sentencia “Obergefell contra Hodges”, emitida durante el gobierno del entonces presidente Barack Obama, la cual reconoció el matrimonio igualitario como un derecho constitucional amparado por la Enmienda 14, que garantiza la igualdad de protección ante la ley.
Dicho fallo obligó a los 13 estados que en ese momento aún prohibían el matrimonio entre personas del mismo sexo —incluido Kentucky— a reconocer y permitir dichas uniones.
Kim Davis, cuya negativa generó protestas y debates legales, sostuvo en su apelación que su libertad religiosa, protegida por la Primera Enmienda, debía eximirla de otorgar licencias matrimoniales a parejas homosexuales. Sin embargo, la Corte no consideró su argumento suficiente para reabrir el debate constitucional.
Al menos nueve estados, gobernados por partidos republicanos, han promovido iniciativas legales para desafiar el fallo de 2015, buscando que la regulación del matrimonio vuelva a ser competencia exclusiva de los gobiernos estatales.
El debate también se ha intensificado luego de que, a finales de octubre, una resolución de la Corte Suprema de Texas concluyera que jueces estatales pueden abstenerse de celebrar matrimonios si esto contradice sus “creencias religiosas sinceras”, sin que se considere una violación legal.
A pesar de estos desafíos, el matrimonio igualitario cuenta con protección legal a nivel federal desde 2022, cuando bajo la administración del presidente Joe Biden se aprobó una ley que garantiza el reconocimiento de todas las uniones legales, incluyendo las de personas del mismo sexo y matrimonios interraciales, sin excepción en ningún estado del país.
