Más de 50 personas resultaron lesionadas en una serie de disturbios ocurridos la noche del miércoles en el estadio Atanasio Girardot de Medellín, al término de la final de la Copa Colombia, que coronó a Atlético Nacional como campeón tras vencer 1-0 al Deportivo Independiente Medellín (DIM).
La violencia estalló al finalizar el encuentro, cuando centenares de aficionados del DIM invadieron el terreno de juego, portando palos, tubos y artefactos de pólvora. La situación desató una pelea masiva que obligó a la intervención de la Policía Nacional y generó escenas caóticas tanto dentro como fuera del estadio.
El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa, detalló que al evento asistieron más de 43,000 personas y que “52 personas fueron atendidas por lesiones, de las cuales una requirió traslado a un centro asistencial”. Asimismo, confirmó que hubo detenidos y decomisos de bengalas, explosivos improvisados y una importante cantidad de pólvora.
«Se comportan como criminales. No son hinchas», expresó el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, en su cuenta de X. El edil añadió que quienes participaron en los actos violentos deberán responder ante la ley. “El que fue al estadio a agredir, a destruir o a generar miedo, responde ante la ley”.
Los enfrentamientos también se extendieron a los alrededores del estadio, donde se reportaron nuevos focos de violencia. Durante los disturbios se arrojaron sillas, vallas metálicas y otros objetos contundentes, lo que agravó la situación de orden público.
Pese a los desmanes, Atlético Nacional logró celebrar su título de campeón. La premiación fue realizada horas después, cuando el orden fue restablecido, aunque sin la presencia de público en las gradas. El único gol del partido fue obra del lateral Andrés Román, tras una asistencia del uruguayo Camilo Cándido.