Los Mundiales de atletismo en Tokio finalizaron con un récord de 53 países en el medallero, superando la cifra anterior de 46 países lograda en las ediciones de Osaka (Japón) en 2007 y Budapest en 2023.
Este campeonato también se destacó por la actuación del sueco Armand Duplantis, quien estableció un nuevo récord mundial en salto con pértiga al alcanzar los 6,30 metros, así como por la obtención de nueve récords de campeonatos y nueve récords de área.
Entre los hitos de estos Mundiales, se destacan las primeras medallas en la historia de los campeonatos para Samoa (bronce en disco con Alex Rose), Santa Lucía (bronce en 100 metros con Julien Alfred) y Uruguay (bronce en maratón con Julia Paternain), además del primer oro para Tanzania, logrado por Alphonce Simbu en la maratón.
La competencia reunió a un total de 1.992 atletas de 193 países, incluyendo al Equipo de Atletas Refugiados. Sebastian Coe, presidente de World Athletics, se mostró emocionado en una rueda de prensa, comentando: «Lo que hemos visto aquí en Tokio es una celebración inolvidable del esfuerzo humano en el deporte. Este campeonato ha sido histórico, y estamos muy agradecidos al pueblo japonés por ser anfitrión de nuestro evento por tercera vez».
Además, la asistencia de público fue notable, con un total de 619,288 espectadores, superando los 581,462 del Campeonato Mundial de Tokio en 1991. Las sesiones nocturnas agotaron todas las entradas, y la cobertura televisiva captó gran interés, alcanzando un pico de más de 12 millones de espectadores en Japón durante la jornada inaugural, con audiencias superiores a los diez millones en cada sesión nocturna. Las cifras de audiencia en estas sesiones prevalecieron sobre las de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y los próximos de París 2024.