Cese brutal de la ayuda humanitaria de EEUU pone en peligro a millones de mujeres y niñas

El cese de la ayuda humanitaria estadounidense obligó a muchas organizaciones a suspender decenas de programas de ayuda a mujeres, niñas y minorías de género en países en crisis, poniendo en peligro la vida de miles de ellas y amenazando sus derechos, alertan las oenegés.

«Es brutal, es una tragedia humana» que conllevará «decenas de miles de muertes», alerta Jean-François Corty, presidente de Médicos del Mundo.

Estados Unidos suprimió 92 % de los fondos para programas en el extranjero de la agencia estadounidense de desarrollo USAID, cuyo presupuesto anual ascendía a $42,800 millones, es decir 42 % de la ayuda humanitaria mundial.

Las consecuencias son dramáticas: cierre de clínicas que brindaban atención prenatal y posnatal, suspensión de programas de planificación familiar y acceso a abortos seguros, fin de las distribuciones de alimentos para mujeres embarazadas y lactantes y cese de los cuidados y el apoyo psicológico a las víctimas de violación, insisten las oenegés.

Solidarités International debía recibir $65 millones de los estadounidenses en 2025, lo que representaba 36 % de su presupuesto, explica su director general, Kévin Goldberg.

La organización se ve obligada a detener un programa en Afganistán que ayudaba a cerca de 10,000 mujeres en la región de Bamiyán (centro del país) a desarrollar actividades agrícolas para que pudieran ser económicamente independientes.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) debía recibir 377 millones de dólares para brindar «atención materno-infantil esencial, protección contra la violencia, tratamiento para las víctimas de violación y otros cuidados vitales en más de 25 países en crisis», indicó la agencia de la ONU a finales de febrero.

UNFPA es un proveedor clave de medicamentos y equipos para la salud sexual y reproductiva de otras oenegés, explica Brigitte Tonon, referente de salud en Acción contra el Hambre, expresando su preocupación por la suspensión de la distribución de anticonceptivos y el acceso a abortos seguros, políticas planteadas por la administración conservadora de Donald Trump.

A mediados de febrero la Fundación Guttmacher, instituto de investigación estadounidense que proporciona estadísticas sobre control de la natalidad y aborto en Estados Unidos y en el mundo estimó que, debido a la congelación de la ayuda, 11,7 millones de mujeres y niñas ya no tendrán acceso a anticonceptivos en 2025.

De ellas 4.2 millones «sufrirán embarazos no deseados y 8,340 morirán por complicaciones durante el embarazo y el parto», según esta fuente.

«Ataque» contra los derechos humanos

Durante nueve años el Congreso de Estados Unidos asignó $607.5 millones anuales para la planificación familiar en todo el mundo, de los cuales 32.5 millones iban al UNFPA, lo que habría permitido que 47.6 millones de mujeres y niñas tuvieran acceso a anticonceptivos en 2025, recuerda la fundación.

El cese de la ayuda estadounidense es «un ataque masivo contra los derechos sexuales y reproductivos» en todo el mundo, en particular contra el «acceso a abortos seguros», denuncia Jeanne Hefez, asesora en abogacía de la oenegé estadounidense Ipas, que promueve el acceso al aborto y a anticonceptivos.

Estos recortes presupuestarios forman parte de «un continuo y muy político ataque contra todo el sistema de derechos humanos», observa.

Esta suspensión de programas que afectan a las mujeres ocurre «en un contexto donde vemos avanzar presiones de movimientos conservadores y antiderechos», señala Anne Bideau, directora general de la oenegé Plan Internacional Francia, advirtiendo de «un movimiento subterráneo extremadamente preocupante que niega la universalidad de los derechos y la igualdad entre mujeres y hombres».

Estas organizaciones esperan una «posición firme» y recursos financieros de los países europeos, incluido Francia, que anunció el viernes el lanzamiento de una estrategia para potenciar su diplomacia feminista en el mundo.