Cuba sufre este lunes largos apagones por la crisis energética y los destrozos de Melissa

Los destrozos ocasionados por el potente huracán Melissa y la crisis energética que sufre la isla desde hace más de un año van a provocar prolongados apagones este lunes por toda la isla, según el informe diario de la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE).

Por un lado, la mayoría de los 3,5 millones de personas en las cinco provincias más orientales del país siguen sin fluido eléctrico tras el paso el miércoles pasado del huracán con categoría 3 (de 5) en la escala Saffir-Simpson.

Las principales unidades de producción de la región (dos termoeléctricas y una central de motores) no sufrieron graves daños, según el Ministerio de Energía y Minas (Minem) y este lunes mismo entrarán parcialmente en funcionamiento.

Sin embargo, muchas líneas de distribución en esta región resultaron afectadas por los fuertes vientos, de hasta doscientos kilómetros por hora, y las intensas lluvias, que dejaron hasta cuatrocientos milímetros (o litros por metro cuadrado) en algunos puntos.

Decenas de trabajadores de la UNE se han desplazado a la zona para trabajar en las labores de restablecimiento de las líneas, pero las autoridades reportaron que la reparación llevará días.

Por otro lado, están los problemas crónicos de generación eléctrica del país, incapaz de proveer la energía demandada por las frecuentes averías de las obsoletas termoeléctricas y por la falta de divisas del Estado para importar el combustible necesario.

En las diez provincias no afectadas por Melissa la demanda máxima será de 2.650 megavatios (MW) mientras que la oferta será de 1.639 MW, según la UNE, dependiente del Minem.

Lo anterior supone un déficit (la diferencia entre oferta y demanda) de 1.011 MW. mientras que la afectación estimada (lo que se desconecta previamente para evitar apagones desordenados) estaría sobre los 1.081 MW.

De esta forma, en el llamado horario pico la tasa de déficit en la zona no afectada por Melissa escalará hasta el 41 %. Las otras cinco provincias permanecerán sin corriente en su mayoría.

La crisis energética cubana, agravada desde agosto de 2024, ha normalizado cortes de veinte horas o más al día en extensas áreas del país. En los últimos doce meses se han registrado cinco apagones nacionales, el más reciente en septiembre.

Las centrales termoeléctricas cubanas, la columna vertebral de la generación energética nacional, están en su mayoría obsoletas, tras décadas de explotación y un déficit crónico de inversiones y mantenimiento.

Por su parte, muchos motores de generación eléctrica se encuentran fuera de servicio por la falta de divisas en el país para importar combustible, lubricante o repuestos.

El programa solar gubernamental, que ha puesto en marcha este año 32 parques fotovoltaicos por todo el país, alivia parcialmente el déficit eléctrico durante el día, pero no en las noche porque no cuenta con baterías para acumular energía.

Expertos independientes señalan que la crisis energética responde a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959.

El Gobierno cubano señala por su parte el impacto de las sanciones estadounidenses a esta industria y las acusa de «asfixia energética».

Diversos cálculos no oficiales coinciden en estimar que el Gobierno cubano necesitaría entre ocho mil y diez mil millones de dólares para reflotar el sistema eléctrico, una cantidad de la que La Habana no dispone.

Los constantes apagones están paralizando la economía cubana, que se contrajo el 1,1 % en 2024 y suma en los últimos cinco ejercicios una caída acumulada del 11 %, según datos oficiales. La CEPAL también prevé que el producto interno bruto (PIB) de la isla sea negativo este año.

Los cortes atizan así mismo el descontento social en Cuba y han estado vinculados a las principales protestas registradas en los últimos años, como las masivas de julio de 2021 y las menores de los últimos meses en La Habana y Gibara.