El director general de la OIEA, «el organismo nuclear de la ONU», visitó el miércoles la «malograda planta japonesa de Fukushima», un día después de que el gobierno nipón aprobara «un plan energético que contempla un regreso a la energía atómica.»
El argentino Rafael Grossi, máximo responsable del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), visitó la planta para supervisar los trabajos de descontaminación del suelo del sitio.
La OIEA monitorea el trabajo que realiza Japón para «desactivar la planta de Fukushima Daiichi, dañada por el tsunami desencadenado el 11 de marzo de 2011 por un terremoto, que dejó 18,000 muertos y provocó el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil en abril de 1986.»
Japón se comprometió entonces a «reducir su dependencia de la energía nuclear hasta donde sea posible».
Sin embargo, el gobierno japonés aprobó el martes un plan para aumentar el uso de energía nuclear ante la creciente demanda energética que provoca la inteligencia artificial y las plantas de semiconductores.
«En un momento que Japón emprende un regreso gradual a la energía nuclear en su matriz energética, es importante que eso se haga con total seguridad y con la confianza de la sociedad», declaró Grossi tras una reunión con el ministro japonés de Relaciones Exteriores, Takeshi Iwaya.
Japón dio a conocer el martes su último Plan Estratégico de Energía, que incluye la intención de que las renovables sean su principal fuente de energía para 2040.
Según el plan,strong la energía nuclear representará en torno al 20% del suministro energético de Japón «en 2040, frente al 5,6% de 2022.»
Descontaminación del suelo
La vuelta a la energía nuclear se produce en un momento en que Japón se enfrenta a cómo retirar unas «880 toneladas de restos radiactivos» de los reactores de Fukushima Daiichi.
Hasta ahora, solo se ha recuperado una diminuta muestra mediante una garra robotizada.
En su quinta visita a Fukushima, Grossi observó por primera vez el almacenaje temporal de tierra contaminada cerca de la planta.
Unos 13 millones de metros cúbicos de tierra -suficiente para llenar 10 estadios- y 300,000 metros cúbicos de ceniza del material orgánico incinerado fueron extraídos del suelo de la zona para evitar la radiación y almacenados.
strongJapón espera reciclar cerca del 75% del suelo», la porción con baja radiactividad, en proyectos como la construcción de carreteras y terraplenes para ferrocarriles.
El resto del material será desechado fuera de la región de Fukushima antes del plazo de 2045.
«En términos de calendario, que fue fijado por ley para 2045, creemos que no es irrealista. Se puede hacer», declaró Grossi a la prensa el miércoles.
La OIEA publicó su informe final sobre el reciclaje y la descontaminación del suelo en septiembre. En él considera que el enfoque de Japón es coherente con las normas de seguridad de la ONU.
Expertos de la OIEA y de países vecinos como China y Corea del Sur también tomaron el miércoles muestras de agua de mar y pescado de Fukushima.
Así «podrán comprobar por sí mismos que lo que estamos haciendo es totalmente coherente y completamente seguro», afirmó Grossi.
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