El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, anunció el lunes que ordenó a las Fuerzas Armadas iniciar la creación de una «ciudad humanitaria» en Rafá, en el sur de Gaza, donde planea reubicar a 600,000 palestinos desplazados por el conflicto.
En su primera fase, la zona recibiría a familias de Al Mawasi, en la costa sur, y a desplazados de otras áreas. El ingreso estará condicionado a un registro e investigación para impedir la entrada de miembros del grupo Hamás, explicó Katz en conferencia de prensa recogida por medios israelíes.
Dentro de esta «ciudad humanitaria», los palestinos permanecerán bajo control militar y solo podrán salir para emigrar. Katz detalló que el objetivo final es promover una «emigración voluntaria» de la población civil fuera de Gaza. «Este plan debe cumplirse», enfatizó.
El espacio estaría custodiado a distancia por tropas israelíes, mientras organismos internacionales se encargarían de la gestión diaria y la distribución de ayuda humanitaria mediante cuatro nuevos puntos de abastecimiento.
El ministro señaló que, si se concreta un acuerdo con Hamás para liberar rehenes y pactar una tregua de 60 días, Israel mantendría tropas en el corredor Morag, al norte de Rafá, y aprovecharía ese tiempo para levantar la nueva zona. Katz aseguró que Israel controla ya el 70 % de la Franja de Gaza.
La iniciativa responde a la filtración de un plan que planteaba crear «Zonas Humanitarias de Tránsito» para alojar temporalmente a la población antes de su salida definitiva de Gaza tras ser «desradicalizada». Katz insistió en que estos espacios no estarían gobernados por Israel, sino gestionados por agencias internacionales.
Sin embargo, la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) negó cualquier vínculo con estas zonas. «La GHF no tiene planeadas ni va a aplicar estas Zonas Humanitarias de Tránsito ni ahora ni en ningún momento del futuro», aclaró la organización en un comunicado.
La GHF acusó a varios medios de difundir información errónea y recalcó que su único objetivo es «incrementar la ayuda alimentaria para atender necesidades urgentes en Gaza». La fundación también destacó que Reuters corrigió la información, aunque «el daño ya está hecho».
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