La conservadora Sanae Takaichi se perfila como la primera mujer en liderar Japón

Japón podría estar a punto de tener por primera vez a una mujer al frente del Gobierno. La ultraconservadora Sanae Takaichi, de 64 años, se convirtió el sábado en la nueva líder del Partido Liberal Democrático (PLD), formación en el poder, y cuenta con todas las posibilidades de ser confirmada como primera ministra en la sesión extraordinaria del Parlamento prevista para mediados de octubre.

Takaichi, fiel discípula del fallecido Shinzo Abe y admiradora de la británica Margaret Thatcher, derrotó en segunda vuelta al ministro de Agricultura, Shinjiro Koizumi, por 185 votos contra 156. En su primer mensaje tras la victoria, dejó clara su filosofía: “Trabajaré, trabajaré, trabajaré, trabajaré, trabajaré”, declaró ante los medios en Tokio.

Considerada una de las figuras más influyentes del ala derechista del PLD, Takaichi promete continuar la línea económica de su mentor, Abe, con una política de estímulos fiscales y monetarios para impulsar el crecimiento. También ha defendido que el Banco de Japón mantenga una política monetaria expansiva y evite subir los tipos de interés, una postura que, según analistas, podría debilitar el yen y favorecer a los mercados bursátiles.

En el plano político, Takaichi aboga por reformar la Constitución para reforzar las capacidades del Ejército japonés, postura que podría tensar las relaciones con China. La líder, que se ha declarado devota del santuario Yasukuni, símbolo del militarismo nipón, adelantó que continuará visitándolo pese a las críticas internacionales.

Desafíos políticos y de coalición

Takaichi llega al liderazgo del PLD tras una cadena de derrotas electorales que forzaron la renuncia del primer ministro Shigeru Ishiba. Su principal reto será restaurar la confianza pública y reconectar con una generación joven que se inclina por partidos populistas ante la crisis del costo de vida.

La dirigente necesitará además el respaldo del partido Komeito, socio de coalición del PLD, para ser confirmada como jefa de Gobierno. Sin embargo, el partido centrista ha advertido que podría revisar su alianza si Takaichi no modera algunas de sus posturas más radicales.

“Komeito podría abandonar la coalición si Takaichi no suaviza su discurso, especialmente sobre las visitas al santuario Yasukuni”, señaló el profesor Jeffrey J. Hall, especialista en estudios japoneses de la Universidad de Kanda, en declaraciones a EFE.

Un gabinete en construcción

Takaichi dedicó el domingo a evaluar los primeros nombramientos dentro del PLD, con el propósito de “crear un partido donde todos participen”. No descartó incluir en su equipo a algunos de sus rivales internos.

“He escuchado sus opiniones y todos tienen buenas ideas”, aseguró.

Entre sus apoyos clave se encuentra el grupo de legisladores leales al ex primer ministro Taro Aso, cuya influencia resultó determinante en su victoria. Se espera que algunos de sus miembros asuman puestos estratégicos en el nuevo gabinete.

Si el Parlamento confirma su elección, Sanae Takaichi no solo romperá un techo histórico en la política japonesa, sino que imprimirá un giro conservador al Gobierno del país con una mezcla de disciplina económica, nacionalismo y liderazgo férreo al estilo Thatcher.