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  • Empleo agropecuario se reduce con mayor fuerza en El Salvador y Bolivia

    Empleo agropecuario se reduce con mayor fuerza en El Salvador y Bolivia

    El Salvador y el Estado Plurinacional de Bolivia son los países en donde más se ha reducido la porción del empleo agropecuario con respecto al total de mano de obra, a nivel de Latinoamérica, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

    El documento, divulgado la semana pasada, señala que ambos países presentaron las caídas más pronunciadas de trabajo agropecuario, que ronda entre 2.4 y 2.2 puntos porcentuales, en su participación en el mercado laboral total.

    Según el documento, entre 2019 y 2023 la porción del empleo agropecuario en El Salvador pasó de representar un 16.3 % de la mano de obra formal e informal, a rondar un 14.1 % de los trabajadores, una reducción de 2.2 puntos porcentuales.

    En El Salvador, el presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), Luis Treminio, ha externado en diversas ocasiones que la caída en la mano de obra en el campo está relacionada con el aumento en el costo de los insumos, la baja rentabilidad y la ruptura en el relevo generacional.

    El presidente de la Asociación de Ganaderos de El Salvador (AGES), Sandor Sielizar, señaló este año que la falta de mano de obra también estaba influenciada por el aumento de la venta de las tierras por parte de los productores.

    Por su parte, en Bolivia la participación en el empleo total pasó de 27.4 % a un 25 % durante dicho quinquenio.

    El informe destaca que solo Ecuador, Perú y Panamá reportaron un incremento en la participación de productores en el mercado laboral.

    En este caso, Ecuador señaló que un 29.7 % de la mano de obra se concentró en el sector agropecuario en 2019, una cifra que bajó a un 31.3 % para el 2023.

    Por su parte, en Perú la proporción pasó de 23.5 % a 24.3 %, mientras que en Panamá la participación pasó de 14.4 % a 14.7 %.

    Según la OIT, la tendencia de descenso en la participación del sector agropecuario en el empleo general se redujo en promedio en toda la región.

    “Entre 2019 y 2023 continuó la tendencia descendente en la participación del sector agropecuario en el empleo total: el promedio ponderado de los 13 países muestra una reducción del 12.9 % al 12.2 %”, apunta el informe.

     

    Tendencia

    La OIT señala que el crecimiento del empleo en general en El Salvador rondó un 0.2 % entre 2019 y 2023, mientras que, durante este mismo período, el trabajo agropecuario se redujo en un -3.3 %.

    El Salvador mantuvo la tasa más baja de crecimiento del empleo en general, entre los 13 países analizados en Latinoamérica, a una tendencia igualada solo por Panamá y por encima de países como Bolivia, en donde la mano de obra formal e informal creció un 4 % en esos cinco años.

    Por otro lado, Costa Rica y Paraguay reportaron una reducción en el empleo en general en dicho quinquenio de -0.9 % y -4 %, respectivamente.

    En el sector agropecuario la situación es similar, El Salvador tuvo la cuarta tasa más alta en la reducción del empleo, con un -3.3 %, al mismo nivel que República Dominicana.

    Las cifras salvadoreñas fueron superadas por un -4.1 % en Costa Rica, un -5.5 % reportado en Paraguay, y un -5.7 % en Chile.

    Los productores en El Salvador han asegurado que buena parte de la mano de obra en el campo está conformada por adultos mayores y mujeres, con una menor participación de hombres jóvenes.

    La OIT confirma que los salvadoreños que trabajan en el campo se redujeron en un 4.9 % entre 2019 y 2023, mientras que la participación de las mujeres aumentó en un 10 %.

  • Venta de tierras agrícolas para proyectos inmobiliarios cobra fuerza en El Salvador

    Venta de tierras agrícolas para proyectos inmobiliarios cobra fuerza en El Salvador

    Las ventas de tierras agrícolas para proyectos inmobiliarios han cobrado fuerza en El Salvador en los últimos años, según reportes de tres gremiales agrícolas salvadoreñas.

    El presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), Luis Treminio, aseguró que la mayor parte de tierras que se vende se destina a proyectos inmobiliarios, desde bodegas hasta urbanizaciones.

    “Para cuestiones turísticas son muy poco porque, inclusive, se puede combinar el turismo rural con las propiedades, pero la gente está vendiendo para urbanizaciones y cosas así, se está lotificando bastante”, indicó Treminio.

    El líder empresarial aseguró que el incremento de las ventas de las tierras data de hace tres años, cuando el alto costo de los insumos obligó a muchos productores de granos básicos a tirar la toalla y finalizar con sus labores agrícolas.

    A esto se sumó el incremento en el costo de las tierras que se arriendan para cultivar granos básicos, registrado en 2023, que obligó a muchos a no cultivar y, por ende, a los propietarios de las parcelas a tomar decisiones con respecto a sus extensiones.

    El aumento de las tierras para diversos fines también fue reportado por la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal). El presidente de la gremial, Sergio Ticas, aseguró que “la misma desesperación” de los productores, relacionadas con los altos costos y las deudas con los bancos, empujó a la comercialización de las fincas.

    “Estos últimos cinco años se está dando, hasta la fecha, es obvio, si usted no puede sacar utilidades sobre una finquita que tiene y es potable para hacerla turística”, indicó Ticas.

     

    Zonas de venta

    Según Treminio, este año una cooperativa de Sonsonate decidió vender sus tierras, por lo que las zonas que antes cultivaron el maíz o resguardaron ganado, ahora ya son parte de una lotificación.

    La gremial de productores agropecuarios dijo que la venta de tierras agrícolas se registra en ciudades como San Juan Opico y Quezaltepeque, zonas que servían para la infiltración del agua y ricas en minerales.

    “En el valle de Zapotitán están construyendo, en la zona del distrito de entre Quezaltepeque, el sitio de El Niño, y en otros lugares que también son de vocación agrícola”, añadió el presidente de Campo.

    Treminio aseveró que incluso en Santiago de María, una zona cafetalera, estas áreas de cultivo se convirtieron en talleres automotrices.

    Campo indicó que también hay casos en donde las tierras que se venden fueron entregadas gratis por el Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria (ISTA), o pagaron una pequeña porción de las mismas, por lo que la venta de las mismas se traduce en una decisión rentable.

     

    Costo de insumos

    El presidente de la Asociación de Ganaderos de El Salvador (AGES), Sandor Siliezar, coincide con que muchos ganaderos venderían fácilmente sus tierras debido a la poca rentabilidad que hay.

    Siliezar reconoce que el incremento en el costo de la tierra y los insumos ganaderos, la falta de mano de obra y la ausencia de un relevo generacional están empujando la venta de las propiedades.

    La AGES recordó que en el país no hay ninguna ley que proteja el uso del suelo para fines agrícolas o ganaderos, que puedan garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo en medio de las olas inmobiliarias que El Salvador registra.

    “La mayoría de los cañeros entregan la caña después de la zafra y alquilan o venden para colonias, lotificaciones o para otro tipo de actividades, pero eso es a nivel nacional”, puntualizó Siliezar.

    El impacto a mediano plazo se centrará en la reducción de la producción de alimentos, pues se corre el peligro que las fincas que están cerca de carreteras o caminos vecinales sean las próximas a desaparecer.

    Treminio añadió que a la situación se sumará un aumento a la dependencia de las importaciones y, advierte, de una escasez de alimentos.

    Según el anuario estadístico de 2022-2023, del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), las tierras cultivadas de maíz se redujeron en 56,870 manzanas entre el ciclo 2016-2017 y el 2022-2023.

    El MAG reconoce en el documento que el país pasó de contar con 433,603 manzanas para cultivos de maíz, a 376,733 manzanas.

  • El tratamiento de una vaca con gusano barrenador puede costar hasta $40 en El Salvador

    El tratamiento de una vaca con gusano barrenador puede costar hasta $40 en El Salvador

    El tratamiento de una vaca infectada con gusano barrenador de ganado (GBG) puede requerir un presupuesto de hasta $40 por cabeza en El Salvador, según reportes de dos gremiales de productores.

    El coordinador de la Mesa Agropecuaria, Rural e Indígena, Mateo Rendón, recordó que, al inicio de la plaga, El Salvador sufrió una escasez de medicamentos para combatir el GBG, al punto de que el precio de los mismos era demasiado caro.

    El presupuesto para combatir el gusano barrenador se fue reduciendo en El Salvador conforme al ingreso de más productos al mercado.

    “Hay una antibiótico que se le pone al animal y el desparasitante interno y externo, esto dependiendo de dónde vaya y dónde estés, equivale entre $30 a $40”, indicó Rendón.

    El presidente de la Asociación de Ganaderos de El Salvador (AGES), Sandor Siliezar, compartió las mismas estimaciones de presupuesto y señaló que algunos larvicidas pueden costar entre $15.50 y $16, dependiendo de los agroservicios.

    Siliezar aclaró que el precio de los productos en el mercado pueden rondar por los mismos valores a nivel nacional, con leves variaciones.

     

    Prevención

    Siliezar hizo énfasis en la necesidad de prevenir que la mosca infecte al ganado o los animales de compañía, así como a todo ser de sangre caliente que pueda ser perjudicado por la enfermedad.

    El presidente de AGES indicó que los desperdicios de pasto, las heces y la orina son elementos que deben ser retirados y tratados para evitar que las moscas sean atraídas a los establos.

    “Hay productos para desinfectar las áreas y la prevención de la mosca, eso es principalmente y eso hay que recalcar que la gente en ganadería o donde tienen mascotas tienen que prevenir ”, indicó Siliezar.

    Junto a la prevención, los productores pueden preparar un kit básico para estar alerta ante cualquier caso en los bovinos, donde se incluyan inyecciones, agujas, ivermectina y larvicidas, como espray matagusanos.

    Siliezar recomienda inyectar con ivermectina para desparasitar a los animales cada seis meses, porque al aplicarla “cuando llega (la mosca) la sangre está protegida con la ivermectina, pone el huevo, pero no es capaz de ‘eclosionar’ porque la sangre está envenenada para la mosca”, puntualizó.

    Aunque AGES está consciente de que la situación es diferente al siglo pasado, cuando se erradicó el gusano barrenador de toda Centroamérica, reconoce que los productores deben mantenerse alerta, pues si la enfermedad cobra fuerza se corre el peligro de “diezmar” la población de ganado en el país.

  • Productores temen que casos de gusano barrenador en la vida silvestre perjudique el control de la plaga

    Productores temen que casos de gusano barrenador en la vida silvestre perjudique el control de la plaga

    Los productores temen que los casos de gusano barrenador de ganado (GBG) en la vida silvestre perjudiquen el control de la enfermedad, según la Asociación de Ganaderos de El Salvador (AGES).

    El presidente de la gremial, Sandor Siliezar, indicó que los animales silvestres son más difíciles de curar, principalmente por las zonas donde habitan, de difícil control.

    “El problema que hay, es que ya se dieron casos en animales silvestre, ya se encontraron en la zona del Imposible con este problema del gusano”, indicó Siliezar.

    Los casos de gusano barrenador reaparecieron en El Salvador en diciembre de 2024, cuando el oriente se convirtió en el principal foco de infección de la plaga.

    En febrero de este año, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) reconoció públicamente el reaparecimiento de la enfermedad y decretó estado de emergencia zoosanitaria.

    Pese a no divulgar datos puntuales de forma oficial, el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa) reveló en un evento regional que hasta el 28 de junio de 2025 el país registró 2,973 casos positivos a GBG.

    En agosto de 2025, la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS) confirmó que en El Salvador se reportaron al menos tres animales silvestres infectados con el GBG.

    Las declaraciones durante un evento de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) reafirmaron la información de la Universidad de El Salvador (UES) en julio pasado, cuando alertaron de al menos un venado, aves y mapaches contagiados.

    La Sociedad para la Conservación dijo en su momento que en Centroamérica al menos 65 animales registrados fueron infectados por la mosca Cochliomyia hominivorax, de los cuales 26 se detectaron en Nicaragua y 22 en Costa Rica.

     

    Control

    Tanto el MAG como los productores coinciden que la plaga está controlada en las zonas identificadas como focos de contagios.

    “Se tiene como dominio de gusano barrenador, no controlado, está bien focalizado donde está”, indicó Siliezar.

    AGES recordó que la presencia del gusano barrenador se mantiene, y que es necesario continuar con las medidas de prevención y estar pendientes.

    De lo contrario, advirtió la gremial, se corre el peligro de diezmar la población de ganado en El Salvador.

    Esta semana, el viceministro ad honorem de Agricultura , Óscar Domínguez, dijo que la enfermedad estaba controlada endémicamente, es decir, la mosca sigue en el país y se pueden reportar “uno, dos o tres casos aislados”.

    Siliezar hizo énfasis en mantener limpias las ganaderías, así como en desparasitar a los animales al menos cada seis meses para proteger ante cualquier mosca que busque colocar sus huevos en el ganado.

    El presidente de AGES reconoció que parte de la reducción de los reportes está ligada al control y conocimiento que los ganaderos han acumulado en los últimos meses, así como a la disponibilidad de medicinas para prevenir y combatir en el mercado local.