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  • Empresa salvadoreña frena exportación de aluminio a EE. UU. porque tendría que facturar con 50 % de arancel

    Empresa salvadoreña frena exportación de aluminio a EE. UU. porque tendría que facturar con 50 % de arancel

    Una empresa ubicada en El Salvador se abstuvo de exportar productos de aluminio hacia Estados Unidos luego de que saliera con un 50 % de aranceles, informó la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport).

    La presidenta de la gremial, Silvia Cuéllar, dijo que la exportación no se concretó porque compite con otros países que pueden enviar este mismo producto a un precio más bajo.

    “Hay una demanda para esta empresa de productos de aluminio, cuando se verifica el arancel que le corresponde ya no es del 10 %, es del 50 %; por tanto, la exportación no se va a poder dar porque no compite”, indicó Cuéllar durante un foro relacionado a la exportación a Estados Unidos.

    Los exportadores recordaron este viernes que El Salvador paga un 10 % de aranceles base a todos los productos que van hacia Estados Unidos, desde el 2 de abril de 2025, cuando la Administración de Donald Trump incluyó al país a una lista junto a 90 naciones en todo el mundo con este rango de impuestos.

    Desde el llamado “día de la liberación”, Coexport aseguró que el país posee una ventaja, porque se encuentra entre el rango de países con el menor arancel impuesto, a excepción de México, que no posee y que se ha convertido en el principal competidor de los productos centroamericanos.

    La gremial recordó que, pese a la imposición arancelaria de un 10 %, las empresas deben tomar en cuenta que existen diferentes rangos arancelarios para otros tipos de productos como el acero y el aluminio, fijo en un 25 % de impuestos.

    Según Coexport, debido a los aranceles el comprador buscó a esta empresa salvadoreña por ser un país con uno de los aranceles más bajos a pagar; sin embargo, “independientemente que venga de El Salvador, hay un arancel específico a ese producto y aplica un mayor arancel”, puntualizó la Corporación.

    Los exportadores aclararon que el porcentaje de impuestos es pagado directamente por los compradores, que a su vez se pueden traducir el costo extra en el precio al consumidor final.

    Por otro lado, esperan que las negociaciones entre los gobiernos de El Salvador y Estados Unidos para reducir la tarifa arancelaria dé buenos resultados.

     

    Competitividad y apuesta

    Pese al aumento arancelario, Coexport aseguró que El Salvador sigue siendo competitivo por la mano de obra y el sistema de producción, el cual es más económico que en otros países.

    La Corporación también aclaró que la reducción de un 5.4 % de las exportaciones salvadoreñas en los primeros seis meses del año hacia Estados Unidos no está ligada directamente al aumento arancelario.

    El Banco Central de Reserva (BCR) indicó que, durante el primer semestre de 2025, las empresas en El Salvador exportaron $1,045.9 millones hacia Estados Unidos, $60.2 millones menos que en el mismo período de 2024.

    Coexport dijo que la baja se vincula a la modificación de los gustos de los consumidores en Estados Unidos que genera una demanda diferente de artículos.

    En respuesta, las empresas en El Salvador se han tecnificado no solo con productos que envían hacia Estados Unidos sino a todo el mundo.

    Los empresarios también reconocieron que existe una reducción de la participación del mercado estadounidense para El Salvador, al pasar de comprar un 40 % de las exportaciones a un 30 % en los últimos años.

    No obstante, Cuéllar aseguró que los empresarios salvadoreños pueden superar, recuperar y ampliar las exportaciones hacia Estados Unidos, de la mano de rubros como alimentos.

  • La caída en las exportaciones salvadoreñas por arancel de EEUU sería “relativamente baja”, según Grupo Cibest

    La caída en las exportaciones salvadoreñas por arancel de EEUU sería “relativamente baja”, según Grupo Cibest

    La caída en las exportaciones de El Salvador sería “relativamente baja comparado al resto de la región”, advirtió este martes Laura Clavijo Muñoz, directora de investigaciones económicas, sectores y de mercado de Grupo Cibest.

    El Salvador se encuentra en la lista de las naciones a las cuales el 2 de abril de 2025 el gobierno de Donald Trump impuso un arancel base del 10 %. Inicialmente se aplicó la misma tarifa a Costa Rica, pero el 7 de agosto se elevó a un 15 % y Nicaragua tiene un 18 %.

    Clavijo Muñoz consideró que las “economías de Centroamérica cayeron en una posición relativamente favorecida” frente a las tarifas aplicadas a socios en la región, como Brasil que en un principio tenía un 10 % pero Trump aplicó la regla política en defensa del expresidente de Jair Bolsonaro y subió el techo a un 50 %.

    “Tanto Panamá, El Salvador y Guatemala, que tienen más o menos un arancel efectivo entre el 10 % y el 12 %, dependiendo del producto, tiene una perspectiva de caída en exportaciones relativamente baja, por debajo del 4 %”, explicó la analista, al tiempo que hizo énfasis en ver con lupa la partida arancelaria de cada producto.

    Para ejemplificar, el arancel de El Salvador es un 10 % base, pero productos que tengan derivados de cobre o aluminio suben la tarifa en hasta un 50 %.

    La analista de Grupo Cibest, casa matriz de Bancolombia, sostuvo que “no hay que quedarse en estos números porque sabemos que la conversación arancelaria con Estados Unidos cambia de la noche a la mañana, a los objetivos que busca el gobierno Trump”.

    El Salvador exportó $3,418.3 millones en el primer semestre de 2025, equivalente a un 6.5 % de crecimiento interanual. Sin embargo, los despachos a Estados Unidos, que representan un 30.6 %, cayeron un 6.4 %.

    Presentación de Grupo Cibest sobre las proyecciones del impacto del arancel de EEUU a la economía centroamericana./DEM

     

    Oportunidades para café

    Más allá de retos, la analista resaltó que El Salvador tiene oportunidades si aprovecha la ventaja de tener el arancel más bajo en medio de la guerra comercial liderada por Trump desde su regreso a la Casa Blanca en enero de 2025.

    Detalló que hay oportunidades de aumentar el comercio de café en un 21 %, pero en granos de origen, es decir, cultivados en microclimas y que cumplen estándares de calidad y preparación, pues en este mismo nicho compiten Guatemala y Honduras, los mayores productores de Centroamérica.

    “No solo es el arancel que se impone si no cómo vamos a hacer que haya una demanda por el café salvadoreño (…) en el mercado estadounidense, que ya lo tiene, pero ahora el tema de origen será muy importante. No hay que descartar que también habrá problemas para discriminar el origen en algunos de los productos, porque también habrá un mercado en Asia intentando ingresar al mercado estadounidense”, agregó.

    También hay espacio para aumentar el comercio de muebles en un 15 %, papel en un 14 % y equipos eléctricos en un 13 %.

    Además, se incluyen aparatos mecánicos en 11 %, filamentos artificiales un 4 %, preparados de cereal un 4 %, perfumes un 3 %, y minerales procesados un 1.7 %.

  • Casi una década de tensiones comerciales entre la Unión Europea y los EEUU de Trump

    Casi una década de tensiones comerciales entre la Unión Europea y los EEUU de Trump

    La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostendrán este domingo una reunión clave en Escocia con el objetivo de lograr un acuerdo arancelario que ponga fin a la actual guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, marcada por nuevas subidas arancelarias a productos europeos.

    Las disputas arancelarias no son nuevas. Durante su primer mandato, Trump impuso medidas proteccionistas contra las importaciones europeas, afectando al comercio bilateral. Su segundo mandato ha intensificado los choques comerciales, especialmente con aranceles del 25 % al acero y al aluminio, vigentes desde el 12 de marzo pasado.

    Ante la imposición de aranceles por parte de Washington, la UE anunció contramedidas valoradas en $28,300 millones, aunque postergó su implementación para mantener abierto el diálogo.

    Trump respondió con amenazas de un arancel del 200 % al vino y bebidas alcohólicas, luego que la UE incluyera al whisky estadounidense en su lista de represalias. En abril, el conflicto se agravó con un arancel generalizado del 10 % a productos europeos y del 25 % a vehículos.

    El 4 de junio, Trump incrementó aún más la presión al elevar al 50 % el arancel al acero y aluminio europeos. Posteriormente, otorgó una tregua comercial de 90 días, que debía vencer el 9 de julio, pero fue extendida hasta el 1 de agosto para continuar las negociaciones.

    Durante ese periodo, la Comisión Europea propuso un acuerdo de “tarifas cero” a bienes industriales, mientras Estados Unidos exigía concesiones en normativas medioambientales y fiscales de la UE, así como eliminación del IVAa productos importados.

    La amenaza del 30 % y un arsenal de represalias

    Aunque los diálogos avanzan, Trump envió el 14 de julio una carta a Von der Leyen advirtiendo sobre un arancel del 30 % a todas las importaciones europeas si no se alcanza un pacto antes del 1 de agosto.

    Mientras tanto, la UE mantiene preparado un paquete de contramedidas valorado en $101,700 millones, que aplicará de forma escalonada a partir del 7 de agosto si no se logra un acuerdo comercial.

    El reciente acuerdo arancelario entre Estados Unidos y Japón, firmado el 23 de julio con una tasa del 15 %, ha alimentado las esperanzas europeas de cerrar un pacto similar.

    La guerra comercial se remonta al primer mandato de Trump, cuando en 2018 impuso aranceles al acero y aluminio por valor de $7,000 millones. La UE respondió con aranceles a productos estadounidenses por $3,100 millones.

    En julio de ese año, un encuentro entre Trump y Jean-Claude Juncker, entonces presidente de la Comisión Europea, permitió una tregua comercial. A cambio, Bruselas aumentó sus compras de soya y gas licuado estadounidenses.

    Durante la presidencia de Joe Biden, ambas partes acordaron en 2022 suspender las represalias hasta el 31 de diciembre de 2023. Estados Unidos implementó un sistema de cuotas arancelarias por volumen, manteniendo aranceles sobre las importaciones que superaran los niveles históricos.

    En diciembre de 2023, la UE y EE.UU. extendieron ese pacto provisional hasta el 31 de marzo de 2025, a la espera de una solución definitiva.