Etiqueta: Álvaro Uribe

  • El expresidente Uribe acusa a Petro de instigar el asesinato del senador Uribe Turbay

    El expresidente Uribe acusa a Petro de instigar el asesinato del senador Uribe Turbay

    El expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010) afirmó este miércoles que el presidente Gustavo Petro instigó con sus discursos el asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, miembro de su partido, el opositor Centro Democrático.

    «Asesinaron a Miguel, que ejercía la oposición crítica y razonada, con la instigación de la venganza inducida por el presidente de la República, que encontró como muletilla acusar de asesino y torturador al expresidente Turbay, abuelo de nuestro mártir», dijo Uribe en un discurso leído por el director nacional del Centro Democrático, Gabriel Vallejo, en el acto de despedida en el Capitolio.

    El expresidente Uribe, quien a comienzos de mes fue condenado a 12 años de cárcel en régimen domiciliario por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal, no pudo asistir al funeral del senador, pero envió un discurso con duras acusaciones contra el Gobierno.

    «En su señalamiento rabioso, el presidente de la República quiso ignorar la contribución que al proceso de paz con el M-19 dieron el expresidente Turbay y Diana, la madre de Miguel, asesinada por el narcoterrorismo».
    Álvaro Uribe, expresidente de Colombia.

    Los comentarios del expresidente son una referencia a mensajes de Petro en su cuenta de X en los que señaló al expresidente Julio César Turbay (1978-1982), abuelo del senador asesinado, de llevar «a diez mil colombianos a la tortura» durante su Gobierno, en el que enfrentó con el llamado ‘Estatuto de Seguridad’ la lucha contra la guerrilla del M-19, de la cual hizo parte en su juventud el hoy presidente.

    Discursos de odio

    «En la historia del magnicidio de nuestra patria ha habido odios políticos y acciones criminales, pero estamos ante el caso excepcional del discurso presidencial, instigador», agregó el expresidente Uribe, sin parentesco con el senador.

    Miguel Uribe Turbay, de 39 años, y una de la figuras más promisorias del Centro Democrático, partido de derecha fundado por el expresidente, murió el lunes en Bogotá después de dos meses en estado crítico tras ser herido con dos disparos en la cabeza en un atentado perpetrado el 7 de junio.

    «La instigación presidencial ha resonado en los oídos de los terroristas que responden con la advertencia de que continuará la desaparición de la oposición», agregó el exmandatario.

    Tras referirse a Uribe Turbay como «el árbol fresco sacrificado en el jardín de la democracia», Uribe señaló que hay que encontrar a los responsables porque «este magnicidio no puede quedar simplemente con los autores materiales», entre ellos el sicario que le disparó, un joven de 15 años de edad capturado en flagrante, y otras cinco personas detenidas como coautores del crimen.

    «A las Fuerzas Armadas pedimos protección para todos los colombianos y también para los nuestros. Confrontar al crimen no necesita un acuerdo nacional. Basta con la Constitución, que fue fruto de un gran acuerdo nacional», dijo el expresidente en el discurso enviado al acto.

    El expresidente también apeló a «los órganos de inteligencia de países amigos como los Estados Unidos, el Reino Unido e Israel» para que «ayuden a la inteligencia militar y policiva, a los jueces y fiscales a esclarecer este magnicidio».

    En el acto en el Capitolio estaban presentes el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, y el embajador de ese país en Colombia, John T. McNamara.

    «Esclarecer la autoría intelectual de este crimen es una necesidad que no nos devolverá a Miguel, pero ayudará a aterrar al delincuente», expresó Uribe.

    Tras los homenajes en el Salón Elíptico del Capitolio, donde el féretro de Uribe Turbay permaneció en cámara ardiente desde el pasado lunes, se celebrarán sus exequias en la Catedral Primada de Bogotá.

  • Condena a Uribe agranda la polarización política en Colombia y la extiende a la Justicia

    Condena a Uribe agranda la polarización política en Colombia y la extiende a la Justicia

    La condena en primera instancia a 12 años de prisión en régimen domiciliario dictada contra el expresidente Álvaro Uribe profundiza la división en Colombia y desata una tormenta de tensiones entre sus seguidores, que denuncian una persecución política, y sus detractores, que consideran el fallo un hito en la lucha contra la impunidad.

    El llamado ‘juicio del siglo’ ha agrandado la polarización entre izquierda y derecha que este sábado discuten en las redes sociales si la pena impuesta es justa, si la jueza Sandra Heredia actuó conforme al derecho, si Uribe merece continuar en libertad hasta que el fallo quede en firme o si la condena tuvo motivaciones políticas, en una polémica que parece no tener fin.

    Al debate, que ha trascendido las fronteras nacionales con pronunciamientos contrarios al fallo de congresistas republicanos de Estados Unidos, se sumó el expresidente Iván Duque (2018-2022), quien propuso una acción legal que sea apoyada por millones de personas para que Uribe (2002-2010) pueda seguir en libertad mientras se cierra su caso.

    «La presunción de inocencia, la comparecencia juiciosa a todo llamado de la justicia, el rigor de su defensa y la demostración de la cadena de irregularidades procesales, sumado a la solicitud de exoneración del Ministerio Público y su apelación al fallo, al igual que la ausencia de una sola prueba que valide una condición de determinador, son suficientes para que Álvaro Uribe se siga defendiendo en libertad y demostrando su inocencia», dijo Duque.

    Uribe, de 73 años y fundador del partido de derecha Centro Democrático, por el que fue elegido Duque como senador y presidente, fue sentenciado ayer a doce años de cárcel, una multa de más de 3.400 millones de pesos colombianos (unos 822.000 dólares) y a la inhabilitación por más de ocho años para el ejercicio de funciones públicas por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal.

    El expresidente de Colombia Álvaro Uribe, en una fotografía de archivo. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

    Denuncias de persecución a la Justicia

    Mientras tanto, el senador de izquierdas Iván Cepeda, reconocido como víctima en el juicio, denunció el viernes por la noche una «feroz persecución» del expresidente contra la Justicia.

    Según Cepeda, el expresidente, que ha sido vinculado a varios procesos por supuestos vínculos con grupos paramilitares durante el conflicto armado, ha emprendido la persecución «contra el poder judicial cada vez que un juez, un fiscal, un magistrado, un abogado o una víctima ha osado pedir que se esclarezcan sus numerosas actuaciones criminales».

    Cepeda denunció además este sábado «el infame cabildeo» que, según él, «están haciendo en EE.UU. los enviados» de Uribe y que busca «no solo debilitar el Poder Judicial, sino generar sanciones para todos los colombianos de no lograr recuperar su impunidad», algo similar a lo ocurrido con el proceso por golpismo contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.

    En la discusión terció también un grupo de 38 juristas que en un comunicado divulgado hoy expresaron su «profunda preocupación y desconcierto» frente a la decisión de ayer de Heredia que «ordena la privación de la libertad personal, inmediata» de Uribe, «sin que se encuentre en firme la sentencia, contraviniendo de esta forma los estándares de derechos humanos establecidos en los tratados internacionales y en la Constitución».

    «Lamentamos esta medida, que contraviene los principios fundamentales del debido proceso y pone en grave riesgo la legitimidad del ejercicio del Poder Judicial, deber sagrado de cada juez y de paso la majestad de la Justicia», señalaron.

    Llamado a la calma

    Por eso la defensora del Pueblo, Iris Marín, hizo este sábado un llamamiento a respetar la independencia judicial y a no estigmatizar a la jueza Heredia.

    «Estigmatizar a quien cumple con su deber constitucional de impartir justicia socava la independencia judicial y su legitimidad institucional. Las decisiones judiciales se pueden debatir, pero por la vía del

    Estado de derecho, que es la de los medios jurídicos establecidos», advirtió Marín.

    Según la funcionaria, el caso de Uribe «no es un debate político ni electoral» y por lo tanto «no es admisible en una democracia atacar o deslegitimar a quien profiere las decisiones ni insinuar su parcialidad».

    «La Justicia se honra con respeto a las formas del proceso y a las autoridades», dijo la defensora del Pueblo, quien invitó «a las partes procesales, a los líderes políticos y a la opinión a confiar en la Justicia, a respetar y no estigmatizar a una jueza que ha hecho su trabajo con rectitud y transparencia».

    El presidente colombiano, Gustavo Petro, muy activo en las redes sociales, comentó ayer brevemente la condena a Uribe y hoy publicó en X un escrito lleno de referencias a caballeros hidalgos caídos y en el que, sin mencionar directamente al expresidente, asegura que en su novela, «García Márquez, nos enseñó de los otoños del patriarca».

  • Condena a Álvaro Uribe agita política colombiana a meses de elecciones

    Condena a Álvaro Uribe agita política colombiana a meses de elecciones

    La condena en primera instancia al expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal, remeció el escenario político colombiano justo en vísperas de un año electoral clave, en el que se renovará el Congreso y se elegirá al nuevo presidente del país.

    La sentencia, leída por la jueza Sandra Heredia, convierte a Uribe en el primer expresidente colombiano condenado penalmente, y podría representar un golpe significativo para su partido, el Centro Democrático, aunque también podría reavivar su base de apoyo más fiel. Figuras como la senadora Paloma Valencia aseguraron que esta es “una batalla que ganaremos en 2026 con la ayuda de los colombianos y de Dios”.

    Colombia celebrará elecciones legislativas el 8 de marzo de 2026 y las presidenciales el 31 de mayo. En caso de ser necesaria, la segunda vuelta se desarrollará el 21 de junio.

    Según el analista político Yann Basset, el impacto electoral de la condena será limitado. A pesar de su relevancia histórica y simbólica, Uribe ya no ocupa el centro del debate público como lo hacía en décadas anteriores, y la derecha colombiana ha diversificado sus liderazgos más allá del Centro Democrático.

    Uribe enfrenta una posible sentencia de entre cuatro y ocho años de prisión, probablemente en modalidad de detención domiciliaria, aunque la fiscal del caso, Marlenne Orjuela, ha solicitado que la pena sea mayor: nueve años. La defensa apelará el fallo el próximo 11 de agosto y el Tribunal Superior de Bogotá tiene hasta el 16 de octubre para pronunciarse en segunda instancia.

    Por otro lado, la condena ha puesto en el foco al senador de izquierda Iván Cepeda, reconocido como víctima en el proceso y señalado como posible aspirante presidencial por sectores que celebran la decisión judicial. Cepeda, sin embargo, afirmó que una eventual candidatura suya sería independiente del fallo: “El juicio fue una decisión en derecho y debe analizarse como tal”, indicó en entrevista.

    El proceso judicial contra Uribe se remonta a 2012, cuando él mismo denunció a Cepeda por supuesta manipulación de testigos. Sin embargo, el caso se volvió en su contra, en un efecto búmeran que terminó por involucrarlo en delitos relacionados con el intento de manipulación de testigos y el uso indebido del sistema judicial.

  • Jueza declara culpable al expresidente colombiano Álvaro Uribe por soborno de testigos

    Jueza declara culpable al expresidente colombiano Álvaro Uribe por soborno de testigos

    El expresidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) fue declarado culpable este lunes por el delito de soborno de testigos en actuación penal, según resolvió la jueza 44 penal de conocimiento de Bogotá, Sandra Liliana Heredia Aranda, tras una extensa audiencia de seis horas.

    La magistrada determinó que Uribe, a través de su abogado Diego Cadena, intentó sobornar al exparamilitar Juan Guillermo Monsalve y a otros testigos para favorecerse en causas judiciales abiertas en su contra. La estrategia incluía ofrecer beneficios a reclusos para obtener declaraciones que desvirtuaran acusaciones en su contra.

    Heredia también indicó que el expresidente —fundador y presidente honorario del partido político Centro Democrático— buscó manipular testimonios para vincular falsamente al senador Iván Cepeda con actividades ilegales, en un intento por desacreditarlo.

    Si bien esta resolución lo declara penalmente responsable por soborno, aún queda pendiente que el tribunal se pronuncie sobre los otros cargos que enfrenta Uribe, entre ellos fraude procesal y un segundo delito de soborno. Asimismo, está por definirse la pena correspondiente.

    El origen del caso se remonta a 2012, cuando Uribe denunció a Cepeda, acusándolo de buscar testigos falsos en cárceles colombianas para incriminarlo en el surgimiento del paramilitarismo en Antioquia. Sin embargo, la investigación dio un giro al revelarse que los abogados del exmandatario habrían intentado manipular testimonios en contra del senador, transformando a Cepeda en víctima y a Uribe en imputado.

    Esta es la primera vez que un expresidente de Colombia es declarado culpable en un proceso penal, un hecho que marca un precedente en la justicia del país sudamericano.

  • Álvaro Uribe conocerá este lunes fallo judicial por soborno y fraude procesal

    Álvaro Uribe conocerá este lunes fallo judicial por soborno y fraude procesal

    El expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) sabrá este lunes si será condenado o absuelto por los delitos de soborno, fraude procesal y soborno en actuación penal, en un juicio que mantiene expectante al país y que podría convertirlo en el primer exmandatario colombiano condenado penalmente.

    La encargada de dictar el veredicto será la jueza 44 penal del Circuito de Bogotá, Sandra Heredia, quien dará lectura al fallo en el complejo judicial de Paloquemao, luego de cinco meses de audiencias y del análisis de un expediente de miles de páginas.

    El caso contra Uribe, de 73 años y líder del partido Centro Democrático, se originó en 2012 cuando el expresidente denunció ante la Corte Suprema al senador Iván Cepeda por supuesta manipulación de testigos. Sin embargo, la Corte no investigó al congresista de izquierda, sino que inició un proceso contra el propio Uribe por presuntamente influenciar a testigos para que no declararan en su contra sobre vínculos con el paramilitarismo.

    En este juicio, Uribe enfrenta cargos en calidad de “determinador”, es decir, como instigador de los delitos cometidos por terceros. De ser hallado culpable, podría enfrentar una condena de entre seis y doce años de prisión. Cabe recordar que en 2020 fue sometido a detención domiciliaria preventiva durante 67 días.

    Las posturas de la defensa y la víctima

    El abogado Jaime Granados, defensor de Uribe, ha reiterado que su cliente nunca ordenó sobornar testigos y que su único objetivo fue defender su honra. Por otro lado, Reinaldo Villalba, abogado del senador Cepeda —reconocido como víctima en el proceso—, ha señalado que el caso está sustentado en pruebas sólidas.

    Tras su retiro del Senado en 2020, Uribe pasó a ser juzgado por la justicia ordinaria. Aunque inicialmente la Fiscalía no encontró méritos para formular cargos, en 2024 presentó la acusación formal.

    Si la jueza Heredia declara culpable al expresidente, se abrirá un incidente de reparación integral para determinar los daños y el monto de la pena. No obstante, esa pena no será anunciada este mismo lunes.

    Cualquiera que sea el veredicto, se espera que la parte perdedora apele la decisión, lo que extendería el proceso a una segunda instancia ante el Tribunal Superior de Bogotá. De ahí, el caso podría incluso llegar a la Corte Suprema de Justicia, última instancia en Colombia, cuya decisión será definitiva.

    El juicio a Álvaro Uribe no solo tiene implicaciones legales, sino también políticas, ya que ocurre en la antesala de un nuevo ciclo electoral en Colombia, donde su figura aún genera fuertes divisiones.