Los esfuerzos para lograr garantías de seguridad fiables contra una nueva agresión rusa se intensificaron tras la reciente reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Volodimir Zelenski en Washington. Sin embargo, en Ucrania predomina la cautela frente a promesas vagas sin compromisos claros de parte de sus aliados.
Trump aseguró a Zelenski que Estados Unidos está dispuesto a formar parte de esas garantías, lo que generó en Kiev la expectativa de que podrían formalizarse en los próximos diez días. “El liderazgo de Estados Unidos es, de hecho, la base de todo el proceso, lo que aumenta la probabilidad de que estas garantías finalmente se formalicen”, explicó a EFE Oleksi Melnik, analista de seguridad internacional del Centro Razumkov de Kiev.
Mientras tanto, en Washington se desarrollan conversaciones con países europeos, Japón y Australia, aunque los detalles aún no están definidos. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, propuso un modelo de protección colectiva para Ucrania sin que implique su adhesión inmediata a la OTAN. Francia, Reino Unido y Lituania evalúan enviar contingentes de mantenimiento de paz en funciones logísticas o de entrenamiento, lejos de la línea de combate.
Otros aliados esperan que la aviación estadounidense, posiblemente estacionada en Rumania, pueda intervenir en caso de un nuevo ataque ruso.
Escepticismo en Ucrania
Analistas como Vitali Portnikov sostienen que las discusiones seguirán siendo “teóricas” mientras Rusia se oponga a garantías sólidas. “Es improbable que apenas unos pocos miles de soldados europeos, a cientos de kilómetros del frente, disuadan la agresión o se enfrenten al enemigo si Rusia invade de nuevo”, escribió el analista militar Oleksandr Kovalenko.
Además, expertos señalan que los compromisos futuros pierden credibilidad ante la renuencia de Occidente a involucrarse directamente en la guerra.
Por su parte, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo que Moscú debería ser garante de la seguridad de Ucrania junto con Estados Unidos, Francia, Reino Unido y China. No obstante, Zelenski descartó la participación de Pekín: “China no nos ayudó a detener esta guerra desde el principio. China ayudó a Rusia abriendo el mercado de drones”, subrayó.
Un modelo de seguridad ucraniano
Formalizar el apoyo internacional podría disuadir futuras ofensivas rusas, señaló Melnik. Recordó que “Ucrania recibe actualmente el 99 % del apoyo que obtendría como miembro de la OTAN” y que el factor más importante es contar con respuestas rápidas y coordinadas en caso de agresión.
Para el presidente Zelenski, la clave está en fortalecer al ejército ucraniano con financiamiento y armas. “El ejército ucraniano necesita armas y salarios. Si los países que ahora discuten garantías de seguridad proporcionan apoyo financiero y armamento, eso ya será significativo”, afirmó.
El modelo más realista para Ucrania, según analistas, se asemeja al de Finlandia antes de unirse a la OTAN: una defensa basada en un ejército fortalecido, sociedad movilizada, industria propia, estabilidad económica y apoyo internacional.
“En la realidad actual, solo Ucrania puede protegerse de los riesgos existentes. La ayuda de otros países es posible, pero no garantiza la seguridad”, concluyó Kovalenko.