El enfrentamiento entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presentador Jimmy Kimmel sumó un nuevo episodio la madrugada del 20 de noviembre, cuando el mandatario utilizó su red Truth Social para exigir nuevamente la salida del comediante del programa “Jimmy Kimmel Live!”.
Trump calificó a Kimmel como un “hombre sin talento” y atacó a la cadena ABC, propiedad de Disney, por mantenerlo en antena a pesar de lo que considera bajas audiencias. “¿Por qué ABC Noticias Falsas mantiene a Jimmy Kimmel… ¡¡¡Saquen a ese vago del aire!!!”, escribió el presidente en su cuenta oficial.
La respuesta de Kimmel no tardó. En su siguiente emisión, el presentador retomó el ataque con ironía: “Sigue diciendo que tenemos malas audiencias… y si alguien sabe de malas audiencias, es ese tipo”, dijo, aludiendo al descenso en la aprobación de Trump según encuestas recientes.
Kimmel añadió que esta no era la primera vez que Trump intentaba presionar su salida, recordando un episodio en septiembre en el que también pidió su despido tras un monólogo en el que criticó al movimiento MAGA. “No funcionó, señor presidente. Admiro su tenacidad”, añadió.
El conductor incluso propuso un “pacto” en tono sarcástico: “Yo me iré cuando usted se vaya. Nos alejaremos juntos hacia la puesta de sol, como Butch Cassidy y el Chico Sundance”. Para cerrar, usó una frase que recientemente Trump lanzó a una periodista: “…y hasta entonces, si me permite tomarle prestada una frase suya: cállate, cerdita”.
El comentario de Kimmel hizo referencia al insulto que Trump lanzó contra la reportera de Bloomberg, Catherine Lucey, cuando le preguntó sobre los archivos de Jeffrey Epstein, un episodio que ha intensificado la presión pública para que el Gobierno desclasifique más información del caso.
El programa de Kimmel ya había sido suspendido por ABC en septiembre tras un polémico monólogo sobre el asesinato de Charlie Kirk, lo que generó presiones políticas respaldadas por el propio Trump. Sin embargo, tras seis días fuera del aire, Disney levantó la sanción, y el conductor regresó con un fuerte mensaje en defensa de la libertad de expresión.
“Este programa no es importante. Lo importante es que podamos vivir en un país que nos permita tener un programa como este”, sostuvo Kimmel, mientras advertía sobre los riesgos de callar voces críticas en un sistema democrático.
Pese a los intentos del presidente por silenciarlo, el regreso de Kimmel tras la suspensión marcó un récord: reunió a 6.3 millones de televidentes y superó los 26 millones de visualizaciones en redes sociales, convirtiéndose en el episodio más visto del programa en más de una década.
Trump, lejos de ceder, respondió con nuevas críticas e incluso insinuó represalias regulatorias contra ABC, mientras el futuro de Kimmel en la cadena sigue siendo incierto. Su contrato actual finaliza esta temporada, y aunque ha manifestado dudas sobre continuar, el conflicto con el presidente parece haber revitalizado su relevancia televisiva.
