El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó al empresario de origen cubano Benjamín León Jr., de 81 años, como nuevo embajador estadounidense en España y Andorra, luego de que el Senado aprobara su nombramiento este miércoles.
La embajada estadounidense en Madrid felicitó al nuevo diplomático a través de su cuenta oficial en X y expresó su entusiasmo por recibirlo pronto: “Estamos deseando darle la bienvenida en Madrid, donde presentará sus cartas credenciales a Su Majestad el Rey Don Felipe VI y trabajará para promover los intereses de Estados Unidos y seguir reforzando la relación que une a nuestros países”.
Trump anunció su nominación en enero y lo describió como “un empresario, jinete y filántropo de gran éxito”, destacando que emigró desde Cuba comunista a los 16 años con solo cinco dólares en el bolsillo, y que fundó Leon Medical Centers, una empresa que calificó como “increíble”.
Además, resaltó sus contribuciones a causas sociales y científicas como La Liga Contra el Cáncer, el hospital Johns Hopkins y el Dana-Farber Cancer Institute.
El cargo había permanecido vacante desde julio de 2024, tras la salida de Julissa Reynoso. En sus últimas declaraciones, Reynoso reconoció que hubo diferencias entre los gobiernos, pero valoró que estas ayudaron a “fortalecer la relación bilateral”.
Durante su audiencia ante el Senado en octubre, Benjamín León Jr. aseguró que su experiencia empresarial será “esencial” en su gestión y subrayó la relevancia histórica de los lazos entre ambos países. “Nuestra historia compartida es un testimonio de la fortaleza de nuestra alianza y de los valores que compartimos, incluyendo la promoción de la democracia, la libertad de expresión y los derechos humanos”, declaró.
El nuevo embajador también manifestó su compromiso por ampliar la cooperación en defensa, recordando que España es un aliado estratégico dentro de la OTAN. “La colaboración en este ámbito es esencial para mantener la estabilidad en Europa y más allá”, puntualizó.
La inversión militar de España ha sido motivo de tensión con Washington, especialmente luego del acuerdo con la OTAN que permite al país europeo destinar hasta un 2.1 % de su PIB a defensa, muy por debajo del objetivo del 5 % exigido por Trump para los miembros de la alianza atlántica.