Etiqueta: Clan del Golfo

  • “Narcos invisibles”: así operan los nuevos capos discretos del narcotráfico global

    “Narcos invisibles”: así operan los nuevos capos discretos del narcotráfico global

    Los grandes capos del narcotráfico ya no exhiben mansiones, autos lujosos o joyas. Lejos quedó el modelo a lo Pablo Escobar. Ahora, los nuevos líderes de redes criminales se camuflan entre empresarios de alto perfil, mantienen un bajo perfil y operan desde lugares “herméticos” como Dubái, según revelaron investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil de España tras el desmantelamiento de una red internacional que introducía 120 toneladas de cocaína al año desde Colombia a Europa, en gran parte por puertos españoles.

    Este nuevo perfil es conocido como “narco invisible” o de “cuarta generación”. A diferencia del capo tradicional afincado en su territorio, los nuevos líderes criminales son móviles, usan tecnología para encriptar sus comunicaciones y estructuran sus operaciones tras redes empresariales aparentemente legales. 

    “Sacan los vuelos en el mismo día y hoy pueden estar en Colombia, mañana en España, al día siguiente en Dubái, luego en Catar… y a la semana siguiente de vuelta”, explicaron a EFE fuentes de la UCO.

    A los capos de hace unos años les gustaba exhibir que llevaban una vida de alto nivel adquisitivo, mostrando sus grandes mansiones, sus vehículos de lujo, sus mujeres… Los de ahora prefieren permanecer en el anonimato, se comportan como discretos empresarios y, aunque acumulan mucha riqueza, la disfrutan en zonas donde pueden pasar más desapercibidos, como por ejemplo en Dubái.

    Entre tanto rico, los ‘narcos invisibles’ no llaman la atención. Y, además, han aprendido a llevarse su riqueza a países «herméticos» que, como el propio Dubái, no suelen colaborar con las investigaciones que se llevan a cabo en otros países y donde es muy difícil «atacar» esos bienes procedentes de actividades delictivas.

    Estas organizaciones funcionan como multinacionales: usan sociedades mercantiles legales, como exportadoras de fruta, para ocultar cargamentos de droga, y crean otras firmas paralelas para lavar el dinero. Se alejan de la logística directa y delegan funciones clave en intermediarios, lo que les permite no figurar en investigaciones tradicionales y así evitar su detección.

    Un hombre con una camiseta del narcotraficante colombiano Pablo Escobar en Medellín (Colombia). EFE

    El modelo Pablo Escobar ha quedado obsoleto 

    Por lo que parece, el modelo Pablo Escobar, el colombiano que lideró una de las más potentes organizaciones criminales del mundo, ha quedado obsoleto. Aquellos narcos que querían construir urbanizaciones, patrocinar equipos de fútbol o incluso, como en el caso el Escobar, entrar en política, ya no existen.

    Ese paso al ‘narco invisible’ lo han dado los narcotraficantes colombianos, conscientes de que la ostentación de la que antes hacían gala les ponía a tiro de las agencias policiales, como hizo la DEA con Pablo Escobar.

    No hay constancia de la existencia narcos de ‘cuarta generación’ como tales en España, aunque en la operación recientemente conocida y bautizada como Gulupa se detuvo en nuestro país a los hermanos ‘Zuluaga’ y ‘Black Jack’, pero eran colombianos.

    España es un país de tránsito para la droga, no es productor y, por tanto, no surgen esos grandes empresarios. Sí existen aún algunos narcos que todavía hacen ostentación de todo lo que consiguen con su actividad delictiva.

    El perfil de los capos como Pablo Escobar dibujaba a personas afincadas en su zona, sin salir de ella prácticamente y sin establecer contactos para el negocio más allá de con los locales o con quienes se desplazaran a su feudo.

    Sin embargo, los de ‘cuarta generación’ viajan constantemente. Tienen una gran movilidad en un mundo globalizado, ya que son quienes hacen los negocios. Eso también les hace ‘invisibles’ y dificulta su seguimiento.

    «Sacan los vuelos en el mismo día y hoy pueden estar en Colombia, mañana en España, al día siguiente en Dubái, luego en Catar…. y a la semana siguiente de vuelta», recalcan gráficamente los investigadores de la UCO.

    Como dificulta también su persecución el hecho de que hagan uso de las mas modernas tecnologías para encriptar sus comunicaciones.

    Una tienda con la foto de Pablo Escobar en Budapest, Hungría.

    La tendencia actual, según la Guardia Civil, apunta a una “franquiciación” del narcotráfico. Pequeños clanes en Colombia se integran bajo el paraguas del Clan del Golfo, considerado una de las organizaciones más poderosas del mundo. 

    Esta modalidad complica las investigaciones, pues diluye responsabilidades y fortalece la estructura criminal. Aunque pasen desapercibidos, advierten las autoridades, estos narcos continúan siendo peligrosos: “Si tienen que acabar con alguien, si hay cualquier problema, lo solucionan por la vía rápida”.

  • EEUU elimina a Colombia de lista de países que combaten al narcotráfico

    EEUU elimina a Colombia de lista de países que combaten al narcotráfico

    La Administración de Donald Trump anunció la descertificación de Colombia en la lucha contra el narcotráfico, tras considerar que el país sudamericano “incumplió manifiestamente” sus compromisos internacionales contra las drogas, según un comunicado del Departamento de Estado.

    “El cultivo de coca y la producción de cocaína han alcanzado récords históricos bajo la presidencia de Gustavo Petro, y sus fallidos intentos de llegar a acuerdos con grupos narcoterroristas solo han exacerbado la crisis”, señaló el comunicado.

    Junto a Colombia, Estados Unidos también retiró de la lista a Afganistán, Bolivia, Venezuela y Birmania, por los mismos motivos de incumplimiento en sus esfuerzos antidrogas.

    Washington advirtió que los países que no atiendan sus responsabilidades en la erradicación de coca y el control del tráfico de cocaína “enfrentarán graves consecuencias”. No obstante, insistió en que la asistencia estadounidense hacia Colombia, Bolivia, Venezuela y Birmania sigue siendo “vital para los intereses nacionales de EE.UU.”.

    Sobre Colombia, el Departamento de Estado afirma que considerará quitar al país de la lista si el Gobierno de Petro: «Adopta medidas agresivas para erradicar la coca y reducir el tráfico de cocaína, así como para responsabilizar a quienes se benefician de ella».

     Reacción del Gobierno colombiano

    Horas antes del anuncio oficial, Gustavo Petro adelantó en un consejo de ministros que EE.UU. procedería con la descertificación antidrogas, pese a los sacrificios de militares, policías y civiles en la lucha contra el narcotráfico.

    En 2024, Colombia reportó la incautación de más de 889 toneladas de cocaína, según el general Carlos Fernando Triana, director de la Policía Nacional, durante una visita a Washington. Sin embargo, estas acciones no evitaron la decisión de la Casa Blanca.

    La medida afectará directamente la cooperación internacional contra el narcotráfico, en especial las operaciones contra el Clan del Golfo, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, grupos armados que mantienen actividades ligadas al tráfico de drogas en Colombia.

    La certificación antidrogas de EE.UU., vigente desde 1986, evalúa anualmente los esfuerzos de una veintena de países productores y de tránsito de drogas ilícitas.

  • La política de paz y la política de seguridad de Colombia han fracasado, dice senador opositor

    La política de paz y la política de seguridad de Colombia han fracasado, dice senador opositor

    Los atentados contra un helicóptero de la Policía en Amalfi (Antioquia) y contra la Escuela Militar de Aviación en Cali, que dejaron 20 muertos y más de 70 heridos la semana pasada en Colombia, evidencian el fracaso de la política de seguridad del presidente Gustavo Petro, según el senador Ariel Ávila, uno de los mayores expertos en el conflicto armado colombiano.

    “Yo creo que la política de paz ha fracasado, pero el problema no es la política de paz, es la política de seguridad que también está fracasando”, dijo Ávila en una entrevista con EFE.

    El legislador de la Alianza Verde advirtió que las Fuerzas Militares enfrentan una crisis presupuestal y de personal, lo que ha generado parálisis operativa en medio de la creciente violencia.

    Aunque reconoció que Colombia no vive una situación como la de los años 90 o inicios de los 2000, cuando la guerrilla y los carteles golpeaban con mayor fuerza, Ávila subrayó que la seguridad “está peor que hace diez años”.

    Agregó que los próximos ocho meses serán difíciles y llamó a fortalecer la brigada de inteligencia militar, reformar la vigilancia policial y aumentar en al menos 20,000 efectivos la fuerza pública.

    El senador y analista político colombiano Ariel Ávila. EFE

    El senador también criticó la estrategia de paz total impulsada por Petro, que buscaba negociar con el ELN, las disidencias de las FARC y someter judicialmente al Clan del Golfo. Señaló que los ceses al fuego sin protocolos fueron un error y que la bonanza de economías ilegales, como la minería ilegal, el narcotráfico y el tráfico de migrantes, incentiva la expansión de los grupos armados.

    Ávila ilustró el crecimiento criminal con datos: al final del gobierno de Juan Manuel Santos las disidencias de las FARC estaban en 56 municipios; tras la gestión de Iván Duque llegaron a 123 y hoy alcanzan unos 180. El ELN pasó de 99 municipios con Santos a 163 con Duque y actualmente opera en más de 220. El Clan del Golfo, en cambio, ya tiene presencia en casi 300 de los 1,104 municipios del país.

    “Se juntó el hambre con las ganas de comer: errores del Gobierno y bonanza criminal. Ningún grupo tiene interés en negociar en medio de tanto dinero ilegal. Esa es la vida real de esto”, concluyó Ávila.

     

  • Ataques terroristas coordinados en dos ciudades colombianas dejan 13 muertos

    Ataques terroristas coordinados en dos ciudades colombianas dejan 13 muertos

    Colombia vivió este jueves una nueva jornada de violencia con dos ataques casi simultáneos que dejaron al menos 13 muertos y más de 20 heridos. Un carro bomba en Cali, en las inmediaciones de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, y el derribo de un helicóptero de la Policía en Amalfi (Antioquia), pusieron en alerta al Gobierno y a las fuerzas de seguridad.

    El primer atentado ocurrió en Cali, tercera ciudad más importante del país, donde un camión cargado de explosivos estalló cerca de la instalación militar, causando la muerte de cinco personas y dejando 14 heridos. El hecho ocurre apenas semanas después de la ola de violencia registrada el pasado 10 de junio, cuando siete ataques con explosivos en el Valle del Cauca dejaron siete muertos y más de cincuenta heridos.

    La situación se agrava porque en la región tienen fuerte presencia disidencias de las extintas FARC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y bandas herederas del paramilitarismo. Los ataques de junio fueron atribuidos al Estado Mayor Central (EMC), la mayor disidencia de las FARC, aunque el atentado de este jueves no ha sido reivindicado por ninguna organización armada.

    De forma paralela, en el municipio de Amalfi, Antioquia, un helicóptero de la Policía fue derribado, presuntamente con un dron, mientras apoyaba labores de erradicación manual de cultivos de coca. El ataque dejó ocho policías muertos y ocho heridos, según informó el Gobierno. En esa zona operan el Frente 36 de las disidencias de las FARC y el Clan del Golfo, considerado el grupo criminal más poderoso del país.

    El presidente Gustavo Petro anunció que su Gobierno declarará como “organizaciones terroristas” al Clan del Golfo, al Estado Mayor Central (EMC) y a la Segunda Marquetalia, las principales disidencias de las antiguas FARC.