Las aerolíneas TAP, Iberia y Gol cancelaron sus vuelos a Venezuela tras una alerta emitida por la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos, que advierte sobre una “situación potencialmente peligrosa” en el espacio aéreo del país suramericano y el sur del Caribe, en medio de un creciente despliegue militar de Washington en la región.
La portuguesa TAP informó la suspensión de dos vuelos programados para el 22 y 25 de noviembre con destino a Venezuela, argumentando que “no están garantizadas las condiciones de seguridad en el espacio aéreo venezolano, especialmente en la región de información de vuelo de Maiquetía”. La decisión fue tomada “en conformidad con las recomendaciones internacionales”, aseguró una fuente oficial de la aerolínea.
Por su parte, la española Iberia también anunció la cancelación de sus vuelos hacia Caracas, iniciando con el previsto para el próximo lunes. La compañía, que opera cinco vuelos semanales a Venezuela, evaluará de forma continua la evolución de la situación para determinar la reanudación de sus servicios.
Desde Brasil, la aerolínea Gol suspendió dos vuelos programados para este fin de semana entre São Paulo y Caracas. La compañía explicó que los pasajeros pueden reprogramar sus vuelos, solicitar crédito o pedir el reembolso. Por ahora, las cancelaciones solo aplican para el fin de semana.
Las medidas de las aerolíneas se producen luego de la advertencia de la FAA emitida el viernes, en la que recomienda “extremar la precaución” al operar en la región de información de vuelo de Maiquetía. Esta área comprende el espacio aéreo de Venezuela y partes del Caribe sur y oriental. La FAA advirtió que “las amenazas podrían representar un riesgo potencial para las aeronaves a todas las altitudes, incluyendo durante el sobrevuelo, la llegada, salida y en tierra”.
El aviso coincide con la intensificación del despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe, en lo que Washington describe como una campaña para combatir el narcotráfico. Esta operación incluye el despliegue del portaaviones USS Gerald Ford y ha resultado en la destrucción de cerca de 20 embarcaciones presuntamente cargadas con drogas, con un saldo de al menos 83 muertos.
Estados Unidos acusa al gobierno de Nicolás Maduro de ser parte activa del tráfico de drogas en la región, y ha incrementado su presencia militar como medida de presión política. Mientras tanto, la situación de seguridad en el espacio aéreo venezolano ha encendido las alarmas internacionales, provocando reacciones inmediatas en el sector aéreo.