Bolivia atraviesa una crisis económica sin precedentes a tan solo un mes de que finalice el mandato del presidente Luis Arce, marcado por una profunda escasez de dólares, problemas en la compra de combustibles subvencionados y resultados limitados en su ambiciosa política de industrialización, según expertos.
El reconocido economista Alberto Bonadona fue tajante al describir la situación: «Arce ha llevado a Bolivia a las puertas del averno y nos está dejando ahí», afirmó a EFE.
Bonadona apuntó que uno de los principales errores del Gobierno actual fue no invertir en la exploración de gas natural, la principal fuente de divisas del país, arrastrando una política energética deficiente desde la era de Evo Morales (2006-2019).
La escasez de divisas ha impedido la compra normal de diésel y gasolina, según reconoció el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, quien anunció que solo se podrá abastecer entre el 70 % y 80 % de la demanda nacional de combustible.
En paralelo, los contratos de industrialización del litio mediante tecnología de extracción directa (EDL), firmados con empresas de China y Rusia, están paralizados en el Parlamento debido a disputas internas en el partido oficialista, el Movimiento al Socialismo (MAS).
“No se ha hecho nada en hidrocarburos, ni tampoco en sectores que pudieron sustituir su rol como el litio”, señaló Bonadona.
Industrialización sin resultados y economía en picada
El Gobierno de Arce impulsó una estrategia de sustitución de importaciones y creó proyectos industriales en distintas regiones. Sin embargo, el politólogo Franklin Pareja calificó estas iniciativas como medidas clientelistas sin impacto real.
«La gestión por resultados es desastrosa. Arce y el MAS dejan un país prácticamente en quiebra», afirmó Pareja.
Proyectos como la explotación de hierro, la producción de urea y la industrialización del azúcar en La Paz presentan solo resultados parciales, sin generar los cambios estructurales prometidos.
Por su parte, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, defendió la gestión de Arce, asegurando que hay estabilidad económica en varios sectores y que la situación ha sido agravada por factores externos como la pandemia, la guerra en Ucrania y los bloqueos políticos.
Montenegro mencionó que Bolivia ha cumplido con el pago de la deuda externa, que representa el 23,1 % del PIB, a pesar de la caída de la producción de gas natural de 22.188 mmc (2014) a 11.896 mmc (2024).
También culpó a la oposición por bloquear $1.600 millones en créditos externos que, según el Gobierno, permitirían adquirir combustibles.
“No es cierto que estamos entregando la peor situación económica. La economía creció hasta 2022, pero los bloqueos afectaron la recuperación”, sostuvo Montenegro.
Con la segunda vuelta electoral programada para el 19 de octubre, entre Rodrigo Paz (centro) y Jorge Tuto Quiroga (derecha), uno de los retos inmediatos será garantizar una transición gubernamental transparente.

