Portugal elegirá a su nuevo presidente el próximo domingo 18 de enero de 2026, según confirmó la Jefatura del Estado a través de un comunicado oficial publicado este jueves en su sitio web.
El actual mandatario, Marcelo Rebelo de Sousa, no podrá optar a la reelección, ya que la Constitución portuguesa limita el ejercicio del cargo a dos periodos consecutivos. Rebelo de Sousa, del bloque conservador, gobierna desde 2016.
“El presidente de la República firmó el decreto que fija las elecciones presidenciales para el domingo 18 de enero de 2026, que fue enviado para su publicación en el Diario de la República”, detalló la nota oficial.
Entre los primeros aspirantes a sucederle figuran nombres relevantes de la política portuguesa, como el almirante Henrique Gouveia e Melo, exjefe del Estado Mayor de la Armada; Luís Marques Mendes, analista político y exministro de Asuntos Parlamentarios; André Ventura, líder del partido de ultraderecha Chega; y António Seguro, exsecretario general del Partido Socialista y exministro adjunto.
Según la normativa vigente, cualquier ciudadano portugués con derecho a voto y mayor de 35 años puede presentar su candidatura para ocupar la jefatura del Estado por un período de cinco años.
Bolivia inició el jueves el periodo de silencio electoral previo a la segunda vuelta presidencial del domingo 19 de octubre, que definirá al nuevo mandatario entre Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y Jorge Quiroga, de la alianza Libre. Ambos aspirantes lideraron los comicios generales del pasado 17 de agosto sin alcanzar la mayoría necesaria para ganar en primera vuelta.
Este jueves también comenzó el traslado del material electoral a las zonas rurales de las nueve regiones del país. Las maletas electorales, bajo custodia militar y policial, contienen papeletas, actas, listas de votantes, certificados de sufragio, señalética, mamparas y otros insumos necesarios para los jurados y notarios.
Será la primera vez en la historia de Bolivia que un presidente se elige mediante balotaje, un mecanismo introducido en la Constitución de 2009. El nuevo mandatario asumirá el 8 de noviembre, cerrando casi dos décadas de gobiernos liderados por el Movimiento al Socialismo (MAS).
Rodrigo Paz cerró su campaña en Tarija, mientras que Jorge Quiroga lo hizo en La Paz. Paz va acompañado en la fórmula por el expolicía Edman Lara, mientras Quiroga postula junto al emprendedor tecnológico Juan Pablo Velasco.
Contexto económico crítico
La segunda vuelta se desarrolla en un contexto de crisis económica marcado por la escasez de dólares, combustibles y el aumento de precios en productos básicos. Esta situación ha sido central en los discursos de campaña de ambos candidatos, que prometen reformas estructurales para estabilizar la economía nacional.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) recordó que, según la Ley del Régimen Electoral, la propaganda política debe cesar 72 horas antes de la jornada de votación, bajo sanción de multas de hasta 55.000 bolivianos (7.902 dólares) por infringir esta normativa.
Las organizaciones políticas están obligadas a retirar o cubrir la propaganda difundida durante la campaña electoral. El periodo de silencio se mantendrá hasta que finalice la jornada de votación, informó el TSE.
Las últimas encuestas publicadas en Bolivia antes del silencio electoral proyectan una ventaja para el expresidente Jorge Tuto Quiroga en la segunda vuelta presidencial que disputará el domingo 19 de octubre frente al senador centrista Rodrigo Paz Pereira. De confirmarse los resultados, sería la primera vez que el país defina a su presidente mediante una segunda vuelta electoral.
El sondeo más reciente, difundido por el canal privado Unitel y realizado por Ipsos Ciesmori, otorga a Quiroga un 44.9 % de respaldo frente al 36.5 % de Paz. El estudio, realizado entre el 6 y 9 de octubre con una muestra de 2.500 entrevistas presenciales en zonas urbanas, rurales e indígenas, muestra también un 9.3 % de indecisos, además de votos nulos (5.6 %) y blancos (3.7 %).
Otra encuesta, publicada por Red Uno y elaborada por la firma Captura Consulting, refleja una diferencia más estrecha: 42.9 % para Quiroga frente al 38.7 % de Paz, con un 10 % de electores aún indecisos. Ambos estudios tienen un margen de error del 2.2 % y fueron realizados en las nueve regiones del país.
El candidato a la Presidencia de Bolivia Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), habla durante el cierre de su campaña, en El Alto, Bolivia. EFE
Durante los últimos días de campaña, el senador Rodrigo Paz cuestionó la fiabilidad de los sondeos, recordando que fue subestimado en la primera vuelta del pasado 17 de agosto, donde sorpresivamente se impuso con el 32.06 %, superando a Quiroga, que obtuvo el 26.70 %. Ningún candidato alcanzó la mayoría necesaria, activando por primera vez en la historia democrática del país la segunda vuelta establecida en la Constitución de 2009.
Rodrigo Paz postula por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) junto al exoficial Edman Lara, mientras que Quiroga encabeza la fórmula de la alianza Libre, acompañado por el empresario tecnológico Juan Pablo Velasco. La campaña concluye el miércoles y dará paso a un período de reflexión antes del histórico balotaje que definirá el rumbo político de Bolivia hasta 2030.
La carrera presidencial en Chile arrancó oficialmente este lunes con la inscripción de los aspirantes a La Moneda que aún no habían formalizado su participación en las elecciones del 16 de noviembre.
En total, serán ocho los candidatos para suceder al izquierdista Gabriel Boric -que no puede optar a la reelección y dejará el cargo en marzo de 2026-, en unas elecciones presidenciales en las que habrá voto obligatorio por primera vez desde 2009.
El ultraderechista José Antonio Kast, líder del Partido Republicano y primero en todos los sondeos, lanzó su campaña con fuertes dardos al Gobierno y prometió un «cambio radical» para «recuperar y reconstruir» el país.
«Vivimos una emergencia en seguridad que encierra a las familias en sus casas, mantiene libres a los criminales en las calles y permite que extranjeros ilegales violen impunemente nuestras fronteras y nuestras leyes», proclamó Kast, quien es candidato presidencial por tercera vez y en 2021 perdió el balotaje contra Boric.
Exdiputado ultracatólico de 59 años, Kast es muy cercano al mandatario argentino, Javier Milei, y al líder del partido ultraderechista español Vox, Santiago Abascal, con los que coincide frecuentemente en las reuniones que la organización internacional Foro Madrid celebra en distintas partes del mundo.
También es seguidor del presidente de EE.UU., Donald Trump, y defensor de Augusto Pinochet (1973-1990) así como del modelo neoliberal que se instauró en el segundo periodo de la dictadura.
«Chile no está condenado al fracaso, Chile está llamado a la grandeza», enfatizó Kast en un acto este lunes en la región norteña de Antofagasta en el que prometió bajar los impuestos y reducir el tamaño del Estado, al que definió como un «obstáculo, atrapado en su propia burocracia, en su obsesión regulatoria y en un gasto público desbordado».
La comunista Jeannette Jara, exministra de Trabajo de Boric y candidata única de la izquierda y centroizquierda.
Una militante comunista, la candidata de la izquierda
Todas las encuestas coinciden en que Kast pasará a la segunda vuelta que se celebrará el 15 de diciembre junto a la comunista Jeannette Jara, exministra de Trabajo del Gobierno Boric y candidata única de la izquierda y la centro-izquierda chilena.
Jara, militante comunista desde la adolescencia, quedó inscrita automáticamente como candidata cuando ganó las primarias abiertas de su sector político el pasado 29 de junio y este lunes presentó ante el Servicio Electoral (Servel) un primer borrador de su programa de gobierno.
«El sueño que queremos es un país que crezca más, que genere mejor empleo, que tenga mejores salarios y que tenga mejores condiciones de vida para todas las familias», manifestó Jara, quien también cuenta con el apoyo de la Democracia Cristiana, el histórico partido de centro que pilotó buena parte de la transición chilena y que no forma parte de la coalición oficialista.
A diferencia de la izquierda y la centro-izquierda, el conservadurismo no ha logrado ponerse de acuerdo para celebrar primarias a fin de elegir un candidato único. Es por ello que la derecha tradicional aglutinada en la formación Chile Vamos concurrirá a las presidenciales con la exalcaldesa Evelyn Matthei, quien inscribió su candidatura este fin de semana.
«Quienes venían a refundarlo todo nos ha entregado años de inseguridad, estancamiento económico, promesas vacías y sueños truncos», declaró el pasado sábado Matthei, quien fue durante meses la favorita en todas las encuestas, pero que en las últimas semanas ha quedado relegada a la tercera posición en los sondeos.
También se adelantó e inscribió su candidatura el pasado jueves el diputado Johannes Kaiser, líder del Partido Nacional Libertario (PNL) y representante de una ultraderecha más bronca que la de Kast, que aparece quinto en los sondeos, con entre un 4 % y 5 % de apoyo.
El economista Franco Parisi, líder del Partido de la Gente (PDG), vuelve a irrumpir en la contienda tras sorprender en 2021 con un tercer lugar.
¿Dará la sorpresa Parisi?
Quien podría volver a dar la sorpresa, como ocurrió en las elecciones de 2021, cuando quedó tercero, es el economista populista y líder del Partido de la Gente (PDG), Franco Parisi, quien en las últimas semanas viene creciendo en las encuestas, incluso superando en algunas a Matthei.
«Nosotros vamos a gobernar con mano dura contra los criminales y dándole la mano a la clase media, que la ha pasado pésimo (…) Con Parisi presidente y el Parlamento con el PDG, los criminales tienen dos opciones: o bala, o cárcel», enfatizó.
Los otros candidatos son el exdiputado Marco Enríquez-Ominami (izquierda), el periodista y exdirigente de fútbol Harold Mayne-Nicholls (liberal) y el profesor Eduardo Artés (extrema izquierda).
Paralelamente a la primera vuelta, se celebrarán elecciones parlamentarias para elegir al Congreso entero (155 diputados) y a 23 de los 50 senadores.
Los analistas coinciden en que serán unos comicios muy polarizadas y, aunque todas las encuestas apuntan a un balotaje entre Kast y Jara, la obligatoriedad del voto deja abierto el escenario.
«Habrá que ver qué es lo que sucede en los debates, el despliegue territorial, las propuestas concretas y también las polémicas que podrían levantarse. Esto todavía no está escrito en piedra, pero sí vemos una tendencia y cierta estabilización en la preferencia de los votantes», apuntó a EFE el profesor Rodrigo Espinoza, de la Universidad Diego Portales.