Honduras se prepara para elegir a su próximo presidente el domingo 30 de noviembre, en medio de un clima de tensión política, acusaciones cruzadas de fraude y violencia que ha cobrado vidas, según organismos civiles. Más de seis millones de ciudadanos están habilitados para votar y definir el rumbo del país, al concluir el mandato de la presidenta Xiomara Castro el próximo 27 de enero.
En la recta final de la campaña, tres candidatos concentran la mayor intención de voto: Rixi Moncada, del oficialista partido Libertad y Refundación (Libre); Salvador Nasralla, del Partido Liberal; y Nasry Asfura, del Partido Nacional. Los dos últimos representan fuerzas conservadoras con más de un siglo de historia política en el país.
Moncada, de formación jurídica, promete mantener el modelo de socialismo democrático promovido por Castro y el expresidente Manuel Zelaya, su esposo y actual coordinador de Libre. Por su parte, Nasralla, ingeniero, y Asfura, empresario, apelan a propuestas conservadoras, pero centradas en la economía y la seguridad.
La campaña, iniciada el 1 de septiembre, ha estado marcada por ataques verbales, escasa oferta programática y un ambiente crispado. Los principales aspirantes han protagonizado duros señalamientos mutuos, acusándose de preparar fraudes, sin ofrecer a la ciudadanía una ruta clara para enfrentar la crisis social y económica que atraviesa el país.
El proceso electoral ha enfrentado fricciones dentro del Consejo Nacional Electoral (CNE), conformado por tres consejeros que han mostrado divisiones internas. A pesar de ello, el pasado jueves comenzó el traslado del material electoral a los 18 departamentos, bajo resguardo de las Fuerzas Armadas, tal como lo establece la ley.
Organizaciones como el Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (Iudpas), de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), contabilizaron entre septiembre y noviembre más de 1,000 conflictos relacionados al proceso electoral, de los cuales 275 están ligados a violencia política. Aunque no todos derivaron en asesinatos, sí incluyen amenazas, coacción, acoso y agresiones físicas o simbólicas.
Las denuncias de fraude electoral se han adelantado al mismo día de votación. El exconsejero Denis Gómez explicó a EFE que este proceso marca un hecho inédito: “Lo nuevo es que se denuncie un fraude antes de la elección y que tanto el oficialismo como la oposición estén lanzando esas acusaciones”.
“La denuncia de fraude siempre ha venido después del cierre de urnas y tradicionalmente de parte del partido que pierde. En este caso, es el partido en el poder el que hace primero la denuncia, lo que genera aún más incertidumbre”, añadió Gómez.
La comunidad internacional, incluyendo a la ONU, la OEA y la Unión Europea, ha pedido que se garantice la independencia del ente electoral y que las Fuerzas Armadas se mantengan al margen del proceso, tal como lo establece la legislación nacional. También han instado a asegurar comicios libres, transparentes y pacíficos.
Además de elegir presidente, los hondureños votarán por tres designados presidenciales (vicepresidentes), 298 alcaldes municipales, 128 diputados al Congreso Nacional y 20 representantes al Parlamento Centroamericano. Las autoridades esperan una jornada electoral sin incidentes, pero los hechos recientes generan preocupación sobre su desarrollo.
