La mexicana Fátima Bosch Fernández, de 25 años, ganó el concurso Miss Universo, que celebró este viernes su gala final en Tailandia, país del que procede Veena Praveenar, que quedó en segundo lugar, con la venezolana Stephany Abasaly en tercera posición.
La joven originaria de Tabasco, México, se alzó con la corona del certamen realizado en el Impact Arena de Pak Kret, Tailandia, al destacar no solo por su elegancia, sino también por su firmeza, autenticidad y defensa de los derechos de las mujeres.
La nueva reina de belleza nació el 19 de mayo del 2000 en Teapa, Tabasco. Estudió Diseño de Indumentaria y Moda en la Universidad Iberoamericana y se especializó en la Nuova Accademia di Belle Arti (NABA) de Milán y en el Lyndon Institute de Vermont, Estados Unidos. Desde muy joven, su camino ha estado marcado por la creatividad, superación y sensibilidad social.
Durante su infancia, Fátima enfrentó bullying escolar a causa de su neurodivergencia: vive con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y dislexia. Ella misma ha asegurado que estos retos impulsaron su resiliencia y creatividad, y moldearon su carácter para enfrentar escenarios como Miss Universo.
Bosch se hizo con el título al término de una gala en la que participaron mujeres de 120 países y territorios, entre ellas nueve madres, una mujer transgénero, una superviviente de genocidio y la primera representante de Palestina en la historia del concurso.
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Uno de los episodios más comentados del certamen ocurrió cuando el director nacional de Miss Universo Tailandia, Nawat Itsaragrisil, increpó a Bosch por no promover suficientemente la sede del concurso en redes sociales. La mexicana intentó responder, pero fue interrumpida y llamada “tonta”. Fátima reaccionó de inmediato, exigió respeto y abandonó la reunión junto a varias participantes, entre ellas la entonces Miss Universo, Victoria Kjær Theilvig.
Durante la ronda final, al ser consultada sobre cómo utilizaría su título para crear un espacio seguro para las mujeres, Bosch respondió: “Como mujer y Miss Universo, quiero usar mi voz y mi plataforma para apoyar a los demás. Estamos aquí para impulsar cambios reales y expresar con claridad aquello en lo que creemos. Somos mujeres que debemos actuar con valentía. Y las mujeres que actuamos con valentía somos las que hacemos historia”.
En su mensaje final, la nueva Miss Universo hizo un llamado poderoso: “Crean en el poder de su autenticidad. Tus sueños importan. Tu corazón importa. Ustedes son poderosos y su voz merece ser escuchada”.
