Los primeros resultados oficiales de las elecciones presidenciales en Chile indican que el país se encamina a una segunda vuelta el próximo 14 de diciembre, luego de que ninguno de los candidatos alcanzara el 50 % necesario para ganar en primera vuelta.
Con el 40.35 % de las mesas escrutadas, el Servicio Electoral de Chile (Servel) sitúa a Jeannette Jara, candidata de izquierda de la coalición Unidad por Chile, en primer lugar con 26,45 % de los votos. Jara, ministra del Trabajo en la actual administración de Gabriel Boric y militante del Partido Comunista de Chile, se consolida como la figura oficialista que buscará continuar el proyecto del actual gobierno.
En segundo lugar se posiciona José Antonio Kast, del ultraderechista Partido Republicano, con un 24,46 %. El resultado asegura una reedición de la polarización entre izquierda y derecha que marcó los últimos comicios.
El tercer lugar lo ocupa el economista populista Franco Parisi, del Partido de la Gente, con un 18,62 %, consolidando su base electoral a pesar de su ausencia física en Chile durante la campaña.
En el cuarto puesto se encuentran prácticamente empatados el libertario Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario, con 13,92 % y la conservadora Evelyn Matthei, de la coalición Chile Grande y Unido, con 13,8 %.
Pactos clave rumbo a la segunda vuelta
El apoyo de los candidatos que quedaron fuera será determinante en la segunda vuelta. Las encuestas previas sugerían que Jara podría ser derrotada por cualquiera de los candidatos de derecha en un eventual balotaje, lo que pone presión sobre su campaña para ampliar su base electoral.
La sorpresa de la noche fue la consolidación de Parisi como tercera fuerza, tal como ocurrió en 2021, mientras que Matthei y Kaiser decepcionaron frente a las expectativas, especialmente el segundo, que aparecía en algunas encuestas incluso por encima de Kast.
Además de elegir presidente, más de 15,6 millones de chilenos votaron por la renovación completa de la Cámara de Diputados (155 escaños) y 23 de los 25 escaños del Senado. El conteo legislativo comenzará una vez finalizado el escrutinio presidencial. Las proyecciones anticipan un avance del conservadurismo en el Congreso.
Estas elecciones se celebran en un contexto de desgaste político, tras años de movilización social desde el estallido de 2019, procesos constitucionales fallidos y una popularidad decreciente del presidente Boric, que ronda el 30 % de aprobación. El mandatario dejará el cargo en marzo de 2026.
Este domingo, Chile acude a las urnas para elegir al sucesor del presidente progresista Gabriel Boric en unas elecciones presidenciales que podrían marcar un cambio de ciclo político. Jeannette Jara, exministra de Trabajo y primera candidata comunista en representar al bloque progresista, encabeza los sondeos con un 28.5 % de intención de voto, aunque sin los números necesarios para evitar una segunda vuelta.
Jara, abogada de 51 años y militante del Partido Comunista, ha prometido renunciar a su militancia si gana, como señal de unidad y para resaltar que su candidatura representa a la coalición más amplia de la historia reciente del país, que agrupa desde democristianos hasta comunistas.
Sin embargo, la atención está centrada en quién ocupará el segundo lugar, en una inédita disputa entre tres candidatos de derecha, en la que destacan dos figuras ultraderechistas: José Antonio Kast y el diputado Johannes Kaiser, quienes compiten voto a voto por el paso al balotaje.
Kast, líder del Partido Republicano y dos veces candidato presidencial, ha perdido fuerza en las últimas semanas frente al avance de Kaiser, un político más radical, que ha capitalizado el descontento social con propuestas de “batalla cultural”. Ambos comparten una agenda basada en el cierre de fronteras, mano dura contra la delincuencia y reducción del Estado.
El candidato derechísta José Antonio Kast.
La tercera en disputa es la exalcaldesa Evelyn Matthei, representante de la derecha tradicional, que comenzó como favorita pero ha descendido en las encuestas hasta un 14 %, quedando rezagada ante el avance de los sectores más conservadores.
“De llegar cualquiera de los tres a la Presidencia, sería la primera vez que Chile tiene un presidente pinochetista elegido en las urnas”, advirtió el politólogo Octavio Avendaño, de la Universidad de Chile. Tanto Kast como Matthei apoyaron la dictadura de Augusto Pinochet, mientras que Kaiser ha defendido abiertamente el golpe de Estado de 1973.
Expertos coinciden en que esta es la elección más derechizada desde 1990, con los tres candidatos de derecha sumando hasta un 55 % del voto en primera vuelta, según estimaciones del sociólogo Alberto Mayol, director de la encuesta La Cosa Nostra.
El contexto que explica este giro incluye el aumento de la inseguridad ciudadana, la migración irregular y el desencanto tras las protestas sociales de 2019, cuyo impulso por un nuevo pacto social no se tradujo en reformas estructurales, ni en una nueva Constitución.
Además de elegir presidente, los chilenos también votarán nuevos parlamentarios, en unos comicios donde la derecha parte como favorita para controlar el Congreso, lo que podría condicionar la futura gobernabilidad del país a partir de marzo de 2026.
Chile celebrará este domingo sus novenas elecciones presidenciales desde el retorno a la democracia en 1990, en una jornada inédita por la entrada en vigor del voto obligatorio para todos los mayores de 18 años. Esta medida podría duplicar la participación respecto a comicios anteriores y llevar la contienda a una segunda vuelta prevista para el 14 de diciembre.
Según datos oficiales, un total de 15,776,102 ciudadanos están habilitados para votar, además de 886,190 extranjeros con al menos cinco años de residencia en el país. Entre estos votantes migrantes, los venezolanos encabezan la lista con 237,889 personas, seguidos de peruanos (193,883) y colombianos (103,239).
Ocho candidatos compiten por la presidencia. Para ganar en primera vuelta se requiere obtener al menos el 50.01 % de los votos válidos. De no lograrlo, los dos más votados se enfrentarán en un balotaje o segunda vuelta. Desde que se implementó el sistema en la Constitución de 1980, Chile ha recurrido a una segunda vuelta en seis ocasiones.
Quienes no asistan a las urnas sin justificación válida deberán pagar multas que oscilan entre $41 y $122. El nuevo presidente asumirá en marzo de 2026, convirtiéndose en el trigésimo quinto jefe de Estado desde la creación del cargo en 1826.
Además de la elección presidencial, se renovará la Cámara de Diputados en las 16 regiones del país y se escogerán senadores en siete de ellas.
Las mesas de votación abrirán desde las 8:00 a.m. hasta las 6:00 p.m. (hora local), y se espera que los primeros resultados oficiales se conozcan en la noche del mismo domingo. Un despliegue de 23,700 agentes de Carabineros y 18,945 funcionarios del Servicio Electoral (Servel) garantizará el desarrollo normal de los comicios.
Con multitudinarios eventos en distintos puntos de la capital, los principales candidatos a la presidencia de Chile, Jeannette Jara y José Antonio Kast, finalizaron esta semana sus campañas electorales, de cara a las votaciones de este domingo 16 de noviembre.
Jara, exministra del presidente Gabriel Boric y primera militante comunista en liderar una candidatura única de la izquierda y centroizquierda chilena, congregó a más de 15,000 personas en la Plaza de Maipú, bastión progresista de la periferia santiaguina. Desde ahí llamó a construir “una mirada de país hacia el futuro”, y prometió garantizar dignidad, salarios decentes y un “salario vital” de 750,000 pesos (cerca de $800).
La abanderada, de 51 años, aseguró que su proyecto político busca que cada familia “pueda llegar tranquila a fin de mes” y anunció medidas para combatir el crimen organizado, como levantar el secreto bancario. También puso énfasis en el crecimiento económico con enfoque social. “Vamos a tirar del hilo donde les duele, en la ruta del dinero sucio”, afirmó.
Por su parte, José Antonio Kast, líder del ultraderechista Partido Republicano, realizó su acto de cierre en el Movistar Arena, donde fue ovacionado por miles de seguidores.
“Chile no está condenado al caos ni a la mediocridad, está destinado a la grandeza”, expresó el abogado de 59 años, quien se presenta por tercera vez a la presidencia. “No lo hago por revancha, sino por responsabilidad”, añadió.
Kast centró su mensaje en la seguridad, la migración ilegal y la economía. Prometió un recorte fiscal de $6,000 millones en 18 meses y propuso un “gobierno de emergencia nacional”.
“Queremos un país donde los delincuentes tengan miedo y los ciudadanos caminen tranquilos”, dijo ante una audiencia que coreaba “¡Kast presidente!” y agitaba banderas chilenas.
Según las encuestas, Jara lidera la intención de voto para la primera vuelta, aunque no alcanzaría el 50 % necesario para evitar el balotaje del 14 de diciembre. Kast se mantiene como su principal contrincante, aunque es seguido de cerca por Johannes Kaiser, de línea ultraderechista libertaria, y Evelyn Matthei, representante de la derecha tradicional.
Ambos candidatos celebrarán actividades menores hasta el cierre oficial de campaña este jueves. Mientras tanto, otros aspirantes como Franco Parisi, Harold Mayne-Nicholls, Marco Enríquez-Ominami y Eduardo Artés, sin mayores posibilidades, concluyen discretamente sus actos.
Estas elecciones serán las primeras con voto obligatorio, lo que añade incertidumbre al resultado por la participación de jóvenes y sectores populares que históricamente no han acudido a las urnas. Además, persiste una “fatiga electoral” tras numerosos comicios desde el estallido social de 2019.
Para Eilee Soto, vecina de Maipú, Jara representa “una líder fuerte, que sabe dialogar y avanzar”, mientras que Silvia Delgado destacó que “es la única que defiende la democracia y habla de trabajo decente”.
En contraste, desde el acto de Kast, seguidores como Claudia Heinz y Rodrigo Pablo lo describieron como “honesto, católico y con sentido social”, diferenciándolo de figuras como Donald Trump o Javier Milei.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, fue recibido este lunes en audiencia por el papa León XIV, quien le transmitió el dolor que le había producido cuando era misionero en Perú el caso de los abusos sexuales a menores por parte de la Iglesia y lo duro que fue el viaje que Francisco hizo al país en 2018 por ese motivo, explicó el mandatario en una declaración a los medios.
«Ustedes saben, yo no tengo el don de la fe, pero me siento convocado por lo que en esta exhortación se nos pide, que es estar al servicio de los más desposeídos, de los más vulnerables, de los más pobres en todas las dimensiones», afirmó Boric.
«Es un llamado muy potente, muy claro, sin ambigüedades, hacia construir una sociedad de mayor igualdad, de mayor dignidad, de mayor respeto y en la que yo por lo menos, y creo que representa también al gobierno, nos sentimos convocados», añadió.
Boric señaló que el papa le confesó «el dolor que le había producido como misionero y que también le produjo a Francisco los abusos sexuales por parte de la Iglesia», y mencionó el caso del obispo Juan Barros que ocultó los abusos a menores del sacerdote Fernando Karadima.
«Explicó que a Francisco le había dolido mucho, en particular durante la visita que hizo a Chile», agregó.A este propósito también hablaron de la visita del papa Juan Pablo II y lo importante que fue para Chile en 1987, e invitó a León XIV a visitar el país.
Sobre Trump: «Toda persona que cumpla un rol para la paz es bienvenido»
Boric también abordó con León XIV que este año se cumplen 40 años del tratado que se firmó entre Chile y Argentina, gracias a la mediación papal, y que evitó la guerra de 1978, y esto sirvió para sacar el tema de la guerra en Gaza.
«A todos nos alegra y nos esperanza que esta masacre tenga un punto final. Y nos da esperanza también la perspectiva de que puedan convivir en paz pueblos que han sufrido tanto, tanto a través de la historia larga. Y no me refiero solamente a los últimos sucesos. Y esperamos que eso sea con autodeterminación, como corresponde», añadió.
Y agregó que también el papa tiene esperanza en este proceso y que todos los líderes «actúen con humildad y respeto por los que están sufriendo y por los que han sufrido».
Respecto a la mediación en esta negociación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Boric destacó que «toda persona que cumpla un rol para la paz es bienvenido».
Yo soy de quienes creen que los liderazgos siempre tienen que ser humildes, tienen que respetar a sus adversarios. Creo que el presidente Trump no representa eso, pero si tuvo alguna colaboración para que cesara la masacre en casa, bienvenido sea».
Con Parolin habló de la ley de eutanasia y afirmó: «podemos tener diferencias, son legítimas pero nosotros respetamos la opinión de la Iglesia».
«La Iglesia tiene otra opinión y eso es totalmente bienvenido y nosotros respetamos esa opinión y en lo que estamos de acuerdo, además, es que cualquiera de estas políticas no puede implicar bajo ningún punto de vista una suerte de descarte de los más débiles», agregó.
La carrera presidencial en Chile arrancó oficialmente este lunes con la inscripción de los aspirantes a La Moneda que aún no habían formalizado su participación en las elecciones del 16 de noviembre.
En total, serán ocho los candidatos para suceder al izquierdista Gabriel Boric -que no puede optar a la reelección y dejará el cargo en marzo de 2026-, en unas elecciones presidenciales en las que habrá voto obligatorio por primera vez desde 2009.
El ultraderechista José Antonio Kast, líder del Partido Republicano y primero en todos los sondeos, lanzó su campaña con fuertes dardos al Gobierno y prometió un «cambio radical» para «recuperar y reconstruir» el país.
«Vivimos una emergencia en seguridad que encierra a las familias en sus casas, mantiene libres a los criminales en las calles y permite que extranjeros ilegales violen impunemente nuestras fronteras y nuestras leyes», proclamó Kast, quien es candidato presidencial por tercera vez y en 2021 perdió el balotaje contra Boric.
Exdiputado ultracatólico de 59 años, Kast es muy cercano al mandatario argentino, Javier Milei, y al líder del partido ultraderechista español Vox, Santiago Abascal, con los que coincide frecuentemente en las reuniones que la organización internacional Foro Madrid celebra en distintas partes del mundo.
También es seguidor del presidente de EE.UU., Donald Trump, y defensor de Augusto Pinochet (1973-1990) así como del modelo neoliberal que se instauró en el segundo periodo de la dictadura.
«Chile no está condenado al fracaso, Chile está llamado a la grandeza», enfatizó Kast en un acto este lunes en la región norteña de Antofagasta en el que prometió bajar los impuestos y reducir el tamaño del Estado, al que definió como un «obstáculo, atrapado en su propia burocracia, en su obsesión regulatoria y en un gasto público desbordado».
La comunista Jeannette Jara, exministra de Trabajo de Boric y candidata única de la izquierda y centroizquierda.
Una militante comunista, la candidata de la izquierda
Todas las encuestas coinciden en que Kast pasará a la segunda vuelta que se celebrará el 15 de diciembre junto a la comunista Jeannette Jara, exministra de Trabajo del Gobierno Boric y candidata única de la izquierda y la centro-izquierda chilena.
Jara, militante comunista desde la adolescencia, quedó inscrita automáticamente como candidata cuando ganó las primarias abiertas de su sector político el pasado 29 de junio y este lunes presentó ante el Servicio Electoral (Servel) un primer borrador de su programa de gobierno.
«El sueño que queremos es un país que crezca más, que genere mejor empleo, que tenga mejores salarios y que tenga mejores condiciones de vida para todas las familias», manifestó Jara, quien también cuenta con el apoyo de la Democracia Cristiana, el histórico partido de centro que pilotó buena parte de la transición chilena y que no forma parte de la coalición oficialista.
A diferencia de la izquierda y la centro-izquierda, el conservadurismo no ha logrado ponerse de acuerdo para celebrar primarias a fin de elegir un candidato único. Es por ello que la derecha tradicional aglutinada en la formación Chile Vamos concurrirá a las presidenciales con la exalcaldesa Evelyn Matthei, quien inscribió su candidatura este fin de semana.
«Quienes venían a refundarlo todo nos ha entregado años de inseguridad, estancamiento económico, promesas vacías y sueños truncos», declaró el pasado sábado Matthei, quien fue durante meses la favorita en todas las encuestas, pero que en las últimas semanas ha quedado relegada a la tercera posición en los sondeos.
También se adelantó e inscribió su candidatura el pasado jueves el diputado Johannes Kaiser, líder del Partido Nacional Libertario (PNL) y representante de una ultraderecha más bronca que la de Kast, que aparece quinto en los sondeos, con entre un 4 % y 5 % de apoyo.
El economista Franco Parisi, líder del Partido de la Gente (PDG), vuelve a irrumpir en la contienda tras sorprender en 2021 con un tercer lugar.
¿Dará la sorpresa Parisi?
Quien podría volver a dar la sorpresa, como ocurrió en las elecciones de 2021, cuando quedó tercero, es el economista populista y líder del Partido de la Gente (PDG), Franco Parisi, quien en las últimas semanas viene creciendo en las encuestas, incluso superando en algunas a Matthei.
«Nosotros vamos a gobernar con mano dura contra los criminales y dándole la mano a la clase media, que la ha pasado pésimo (…) Con Parisi presidente y el Parlamento con el PDG, los criminales tienen dos opciones: o bala, o cárcel», enfatizó.
Los otros candidatos son el exdiputado Marco Enríquez-Ominami (izquierda), el periodista y exdirigente de fútbol Harold Mayne-Nicholls (liberal) y el profesor Eduardo Artés (extrema izquierda).
Paralelamente a la primera vuelta, se celebrarán elecciones parlamentarias para elegir al Congreso entero (155 diputados) y a 23 de los 50 senadores.
Los analistas coinciden en que serán unos comicios muy polarizadas y, aunque todas las encuestas apuntan a un balotaje entre Kast y Jara, la obligatoriedad del voto deja abierto el escenario.
«Habrá que ver qué es lo que sucede en los debates, el despliegue territorial, las propuestas concretas y también las polémicas que podrían levantarse. Esto todavía no está escrito en piedra, pero sí vemos una tendencia y cierta estabilización en la preferencia de los votantes», apuntó a EFE el profesor Rodrigo Espinoza, de la Universidad Diego Portales.
Un centenar de brigadistas siguen trabajando contrarreloj para rescatar a los cinco mineros atrapados por un derrumbe en El Teniente, la mayor mina subterránea de cobre del mundo, a horas de que se cumpla el plazo de 48 horas considerado crítico por la compañía propietaria de la mina, la estatal chilena Codelco.
«Hemos podido avanzar cerca de 4 de metros (de un objetivo de 20), todavía no tenemos contacto con los trabajadores que están atrapados, pero estamos experimentando un baja en la sismicidad, lo que nos permite trabajar de manera más fluida», dijo en rueda de prensa cerca de la medianoche el presidente ejecutivo de Codelco, Rubén Alvarado.
El derrumbe se produjo por un sismo de magnitud 4.2 en la escala Richter registrado el jueves a las 17:34 horas a 500 metros de profundidad, en el sector Andesita, una de las cotas más profundas de la mina, ubicada en la región de O’Higgins, a unos 120 kilómetros al sur de la capital chilena.
Los rescatistas, algunos de los cuales participaron en el famoso rescate de 2010 de los 33 mineros atrapados durante más de dos meses en la mina San José, llevan trabajando sin descanso desde el derrumbe y saben exactamente en qué punto se encuentran atrapados los mineros porque cuentan con dispositivos de geolocalización.
Sin embargo, como no se ha podido establecer contacto con ellos, se desconoce su estado de salud.
«Estamos concentrados en hacer el contacto lo antes posible. Las primeras 48 horas son fundamentales», agregó Alvarado.
«Rescate en ambiente difícil»
El plan de rescate de los mineros, que son trabajadores de la subcontratista Gardilcic, consiste principalmente en remover las rocas que taponan la galería subterránea o el túnel con equipos teledirigidos para tratar de llegar a los mineros.
En el último parte, la compañía informó que ya se habían removido al menos 300 de las 5.000 toneladas de material.
La propia cuprífera reconoció el viernes que el rescate «se desarrolla en un ambiente difícil» porque el yacimiento ha sufrido «daños» producto del sismo y hay al menos «300 metros lineales dañados severamente y 400 moderadamente».
Hasta ahora se desconocen las causas del sismo, que podría estar asociado a perforaciones producto de la propia explotación minera o a la tectónica local, por lo que la Fiscalía regional de O’Higgins decidió abrir una investigación.
La compañía defiende que no es el momento de debatir las causas del sismo porque hay que enfocarse en sacar a los mineros, mientras que sindicatos de trabajadores denuncian que el sismo fue producto de una negligencia.
Además de los cinco mineros atrapados, el deslizamiento se cobró la vida de Paulo Marín, trabajador de otra empresa contratista de Codelco, y dejó al menos nueve heridos, que pudieron escapar y se encuentran ingresados, fuera de riesgo vital.
El accidente de este jueves es el más grave ocurrido en más de tres décadas en El Teniente, cuya peor tragedia ocurrió en 1990, cuando fallecieron seis mineros en otro accidente.
Con más de 4,500 kilómetros de túneles, distancia equivalente al tramo entre Madrid y Moscú, El Teniente tiene una red sísmica con 150 sensores que monitorean el yacimiento.
De momento, las operaciones se encuentran paralizadas en esta mina que produjo 356,000 toneladas de cobre en 2024.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, admitió este sábado que 48 horas después del accidente aún no se han podido localizar u contactar con los cinco mineros.
En una rueda de prensa en la sede de la mina, propiedad de la estatal Compañía Nacional del Cobre de Chile (Codelco) en la localidad central de Rancagua, el mandatario insistió en que el proceso de rescate es cambiante y la información por ello varía y volvió a pedir que no se especule con las causas.
«Hay muchas cosas que aclarar en una situación de estas características, en un accidente de estas características. Pero hoy día lo primero es lo primero, y ese es el rescate de los cinco mineros. Toda atribución de responsabilidades, todo tipo de quién tiene la culpa de por qué sucedió esto, se tiene que saber, lo conversamos con la familia», afirmó.
«Tiene que haber justicia y claridad, pero todas nuestras energías hoy día están en el rescate» subrayó después de admitir que aun no se sabe nada de ellos.
Son «Álex Araya Acevedo, Carlos Arancibia Valenzuela, Jean Miranda Ibaceta, Gonzalo Núñez Caroca y Moisés Pavez Armijo, con quienes hasta el momento no se ha podido establecer contacto. Pero que sepan que se están haciendo todos los esfuerzos con toda la tecnología disponible, no en Chile, en el mundo, para poder rescatarlos», señaló.