El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió el martes que podría desatar una “guerra económica” contra Rusia si su homólogo Vladimir Putin no accede a un alto el fuego en Ucrania. El mandatario señaló que tiene en mente consecuencias “muy graves” si el conflicto bélico continúa sin avances hacia la paz.
“No será una guerra mundial, pero sí una guerra económica, y una guerra económica va a ser perjudicial. Va a ser perjudicial para Rusia, y no quiero eso”, declaró Trump durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca, en respuesta a preguntas de la prensa.
El presidente fue consultado sobre si existe un plazo para que Putin acepte un cara a cara con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, antes de imponer las sanciones anunciadas. “Es muy serio lo que tengo en mente, si llega a ser necesario”, advirtió, citando las miles de muertes semanales que deja el conflicto.
Trump también matizó su relación con los líderes enfrentados. Sobre Zelenski dijo que “ahora” mantiene una buena relación, aunque subrayó que “no es inocente”.
Al mismo tiempo, destacó que con Putin tiene “muy buena relación”, lo que considera un factor positivo en medio de la crisis.
El mandatario había prometido poner fin a la guerra en Ucrania en su primer día de gobierno, sin embargo, el conflicto sigue activo incluso después de la cumbre histórica entre Trump y Putin celebrada el 15 de agosto en Anchorage, Alaska, considerada en su momento como un posible punto de inflexión.
La advertencia de Trump aumenta la presión sobre Moscú, en un escenario donde la diplomacia internacional busca alternativas para frenar la guerra que lleva más de dos años y ha dejado devastación en Ucrania, además de tensiones globales en los mercados energéticos y de seguridad.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este lunes que la guerra en Gaza podría llegar a su fin en un plazo de “dos o tres semanas”, al prever un desenlace “concluyente” en el conflicto entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
“Creo que en las próximas dos o tres semanas vais a tener un final concluyente bastante bueno”, declaró Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, donde sostuvo que su administración está haciendo “un muy buen trabajo” para acercar el fin de la guerra.
El mandatario, sin embargo, recordó la magnitud histórica del enfrentamiento. “Es difícil decirlo porque llevan luchando miles de años, pero tiene que terminar. La gente no puede olvidar el 7 de octubre”, añadió en referencia al ataque de Hamás contra Israel que desató la actual escalada.
Trump subrayó la urgencia de poner fin a la crisis por la devastación en Gaza. “Tiene que acabar por el hambre y todos los demás problemas, peores que el hambre: la muerte, la cruda muerte, la muerte de personas”, recalcó.
El presidente estadounidense también mencionó los bombardeos conjuntos de Israel y Estados Unidos sobre Irán en junio, asegurando que su gobierno “acabó con la amenaza nuclear” de Teherán. “Hubiera sido un espectáculo horroroso que tuvieran armas nucleares y podrían haberlas utilizado”, afirmó.
Las declaraciones de Trump llegan mientras Israel rechaza la propuesta de alto el fuego planteada por Qatar y Egipto, que incluía una liberación por fases de rehenes retenidos por Hamás. La mediación había sido aceptada por el grupo islamista, pero no por el gobierno israelí, que mantiene su ofensiva militar.
Trump ya ha utilizado la misma expresión de “dos o tres semanas” para augurar avances en conflictos como Ucrania y Gaza, aunque los resultados en esos escenarios siguen siendo inciertos.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y los líderes europeos que le acompañarán el lunes a Washington presentarán un frente unido en defensa de una paz que no represente una «capitulación» y mostrarán hasta qué punto los aliados de Kiev están dispuestos a colaborar en las garantías de seguridad.
Así lo explicó el presidente francés, Emmanuel Macron, en declaraciones a la prensa desde la residencia oficial de vacaciones del fuerte de Brégançon (sur de Francia), tras la reunión por videoconferencia que mantuvieron este domingo los países de la denominada Coalición de Voluntarios o de los Dispuestos.
«¿Pensamos que el presidente (Vladímir) Putin quiere la paz? La respuesta es no (…) Pienso que quiere la capitulación de Ucrania, eso es lo que ha propuesto», manifestó Macron, además de recalcar que solo las autoridades ucranianas pueden hablar de los territorios ucranianos.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, mantuvo durante la misma reunión que «si no se acuerda un alto el fuego, la UE y los Estados Unidos deben aumentar la presión sobre Rusia», según dijo a través de un mensaje en redes sociales.
Además, Costa recalcó que «debe respetarse el derecho soberano de Ucrania a determinar sus condiciones para la paz».
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, -también presentes en la reunión desde Bruselas- defendieron horas antes durante una rueda de prensa conjunta que no se pueden tomar decisiones sobre el futuro de Ucrania sin la participación de Ucrania.
Ambos viajarán a Washington para reunirse con Trump en la Casa Blanca, acompañados por el canciller alemán, Friedrich Merz; el presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro británico, Keir Starmer; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; el presidente finlandés, Alexander Stubb, así como el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
El propósito del viaje es informarse en detalle del resultado de las conversaciones el pasado viernes entre Trump y su homólogo ruso, Vladímir Putin.
El encuentro entre Trump y Putin terminó sin acuerdo sobre la paz en Ucrania, aunque el estadounidense sí adelantó la posibilidad de celebrar una cumbre trilateral que incluiría al presidente ucraniano, con el objetivo de alcanzar una solución definitiva al conflicto.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, habría aceptado permitir garantías de seguridad «sólidas» como parte de un futuro acuerdo de paz con Ucrania, durante la reunión en Alaska con el mandatario de EE.UU., Donald Trump, dijo este domingo el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff.
«Llegamos a un acuerdo sobre garantías de seguridad sólidas que yo describiría como un cambio radical», dijo a CNN Witkoff, encargado de negociar con Putin en Moscú a nombre de Trump y parte de la delegación que acompañó este viernes al líder estadounidense en su reunión de unas tres horas con el líder ruso.
El enviado especial de Washington para misiones de paz calificó a esta garantía de seguridad como una protección «con un lenguaje similar» al Artículo 5 de la OTAN – que establece el principio de defensa mutua entre sus miembros-, frente a nuevas invasiones rusas.
Trump ya había afirmado en camino a Alaska que estaba abierto a ofrecer respaldo a Kiev junto a los aliados europeos, aunque no «dentro del esquema de la OTAN», del que Ucrania no es miembro.
Según Witkoff, Putin también habría aceptado comprometerse a no entrar en ningún otro territorio, ya sea en Ucrania o en otro país europeo, dentro de un futuro pacto para el fin definitivo a la guerra que Moscú libra en suelo ucraniano desde 2022.
En su recuento de la histórica cumbre entre los líderes de EE.UU. y Rusia, el enviado especial también dijo a CNN que Putin cambió su postura e hizo concesiones en sus demandas de intercambios de territorios como condiciones para acordar la paz, aunque evitó ofrecer detalles concretos.
«Los rusos hicieron algunas concesiones en la mesa respecto a las cinco regiones», en referencia a las porciones de territorio ucraniano que Putin quiere que sean reconocidas como rusas.
Witkoff adelantó que esta será una de las cuestiones a tratar durante la cumbre de mañana lunes entre Trump y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la Casa Blanca, en la que también estarán presentes varios gobernantes europeos y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Aunque reconoció un cambio «significativo» por parte de Moscú, el negociador estadounidense advirtió que esto «no quiere decir que sea suficiente» para alcanzar la paz.
«Lo importante es que empezamos a observar cierta moderación en la manera en que piensan sobre las negociaciones para un acuerdo final de paz», indicó.
Sobre el cambio de postura de Trump, que ahora favorece llegar directamente a un acuerdo de paz total en lugar de un cese el fuego inicial, Witkoff explicó que el mandatario estadounidense vio tantos «avances» respecto a otros «elementos necesarios para alcanzar un pacto» que este decidió «enfocar los esfuerzos en ese objetivo».
«GRANDES AVANCES RESPECTO A RUSIA», publicó este domingo el presidente estadounidense en su red Truth Social, sin abundar en detalles.
El papa León XIV expresó este domingo su deseo de que las negociaciones de paz y los esfuerzos para poner fin las guerras «tengan buen éxito», en un llamamiento realizado al finalizar el rezo del ángelus en Castel Gandolfo, a las afueras de Roma, donde pasa un periodo de descanso.
«Recemos para que tengan buen éxito los esfuerzos por hacer cesar las guerras y promover la paz, a fin de que en las negociaciones se ponga siempre en primer lugar el bien común de los pueblos», dijo el pontífice.
León XIV ya había exhortado el pasado miércoles, antes de la reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Vladímir Putin en Alaska, a «buscar siempre el diálogo y la labor diplomática» en lugar de recurrir a la violencia, y abogó por un «alto al fuego» en Ucrania.
Durante su intervención, el papa también respondió a preguntas de los periodistas sobre la situación en Gaza, donde expresó su profunda preocupación por la deportación de la población civil e insistió en «resolver la crisis humanitaria».
Tras el rezo del ángelus, León XIV se desplazará al ‘Borgo Laudato si» de Castel Gandolfo, unos jardines donde el Vaticano ha puesto en marcha un proyecto de defensa de la biodiversidad, para compartir un almuerzo con un centenar de personas necesitadas.
Estados Unidos anunció este sábado que paralizó la emisión de visados de visitantes a personas procedentes de Gaza para realizar una «exhaustiva» revisión del proceso mediante el cual ha otorgado recientemente una «pequeña cantidad» de visados humanitarios desde el enclave palestino.
«Se están suspendiendo todas las visas de visitantes para personas de Gaza mientras realizamos una revisión completa y exhaustiva del proceso y los procedimientos utilizados para emitir una pequeña cantidad de visas médicas y humanitarias temporales en los últimos días», informó en X el Departamento de Estado estadounidense.
En el breve comunicado en redes sociales, el Gobierno de EE.UU. no ofreció detalles sobre cuánto durará esta verificación.
Como parte de la restrictiva política migratoria de la Administración del presidente Donald Trump, el Departamento de Estado ha cancelado cientos de visados desde enero pasado, incluidos los de centenares de estudiantes extranjeros que participaron en protestas propalestinas contra la ofensiva de Israel en Gaza.
Trump mantiene su estrecha alianza con el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aunque recientemente se ha mostrado dispuesto a facilitar la entrada de asistencia humanitaria en la Franja, que sufre una de las peores crisis de su historia reciente en medio de la guerra librada entre Israel y el grupo extremista palestino Hamás.
El mandatario estadounidense ha expresado la necesidad de poner fin al conflicto en Gaza, donde las autoridades locales han denunciado un aumento en las muertes relacionadas con el hambre. Washington sirve de mediador en las negociaciones indirectas en Doha entre Hamás y el Ejecutivo de Netanyahu.
Con la muerte de 62 gazatíes el viernes, el balance desde el inicio de la ofensiva israelí, el 7 de octubre de 2023, asciende a 61.897 muertos en la Franja, según el Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por Hamás.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo de Rusia, Vladímir Putin, concluyeron este viernes su cumbre más trascendental hasta la fecha sin un acuerdo de alto el fuego en Ucrania, aunque ambos consideraron que el encuentro sirvió para acercar posturas y la posibilidad de acuerdos en otras áreas de cooperación.
Las conversaciones se desarrollaron en la base aérea de Elmendorf-Richardson, a las afueras de Anchorage (Alaska), durante más de tres horas y, según Trump, fueron «extremadamente productivas», aunque no se tradujeron en anuncios concretos.
Trump, que no acostumbra a negarle el turno de preguntas a la prensa, concluyó de manera abrupta una breve comparecencia conjunta con Putin a la que asistía también un nutrido grupo de periodistas rusos.
«Hubo muchos puntos que acordamos, la mayoría de ellos. Quedan un par de asuntos grandes a los que no hemos llegado del todo, pero hemos avanzado. Pero no hay acuerdo hasta que hay acuerdo», aseguró Trump, quien reiteró que hablaría inmediatamente con los socios de la OTAN para contarles lo conversado con Putin.
«Más tarde o más temprano tenemos que enmendar esta situación y avanzar desde la confrontación hacia el diálogo. En este caso, un encuentro personal entre dos jefes de Estado era algo pendiente desde hace mucho y tras mucho trabajo, el presidente Trump y yo hemos tenido muy buen contacto directo», aseguró Putin.
En esta foto difundida por la Casa Blanca se ve Donald Trump y Vladimir Putin conversando informalmente.
Apertura de Putin
El presidente ruso se mostró abierto a una resolución del conflicto en Ucrania, que Rusia escaló en febrero de 2022 con la invasión de gran parte del territorio ucraniano y la ocupación de las provincias del este del país, pero solo si se tiene en cuenta «nuestra preocupación legítima y restablecer el equilibrio de seguridad en Europa».
Tras anunciar con solo algunos días de antelación este esperado encuentro entre los dos mandatarios, la Casa Blanca y el propio Trump rebajaron las expectativas de avances concretos, ya que Trump quería «ver» y «escuchar» a Putin para evaluar si era posible avanzar hacia un alto el fuego en Ucrania que no implicara compromisos de cesión de territorios, una línea roja para Kiev.
Trump habló antes del encuentro de Alaska con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y con sus socios europeos, que temían que esta legitimación internacional de Putin llegara hasta el punto de permitirle garantizarse concesiones territoriales en el Donbás ocupado.
Encuentro histórico en Alaska
Esta era la primera vez que un presidente ruso pisaba territorio de Alaska, una excolonia rusa durante casi cien años, y un lugar estratégico para el dominio del Ártico que se disputan Rusia y Estados Unidos.
Aunque Trump quiso en un principio que este encuentro —el primero desde 2019 entre ambos— transcurriera principalmente de forma privada, las tres horas de discusión incluyeron al secretario de Estado, Marco Rubio, y al enviado Steven Witkoff. Del lado ruso participaron el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el asesor de política internacional del Kremlin, Yuri Ushakov, lo que evidencia el calado económico de las conversaciones.
Para los militares estacionados en Elmendorf-Richardson (más de 30.000 personas) esta cumbre ha sido uno de los capítulos más surrealistas de sus vidas. Con varios aviones militares rusos aterrizando y despegando, coordinación aérea con homólogos a ambos lados del estrecho de Bering, que de otro modo se ven como enemigos, y la limusina de Putin con matricula de Moscú circulando frente a ellos.
«No he vivido nada igual. Una visita presidencial, sumada a una cumbre…y con Rusia», confesaba a EFE una militar de la base.
Trump recibió el avión presidencial con una escolta de cazas, una larga alfombra roja que desembocaba en un podio flanqueado por cazas F-22. Para dar más dramatismo a la escena un bombardero estratégico B-2 hizo un pasada a baja altura sobre el mandatario ruso, que tuvo que dirigir la mirada a la poderosa estampa.
Es una muestra que con Trump no existen normas de protocolo inviolables, el estadounidense invitó a Putin a subirse a la limusina presidencial, ‘la Bestia’, para recorrer un trecho en el que parecieron conversar animadamente y en privado.
Este primer paso en la complicada relación entre Washington y Moscú concluyó con Putin, que ha salido de su aislamiento internacional en esta cumbre, hablando un poco de inglés: «La próxima vez en Moscú». «Es un poco difícil, pero lo podemos conseguir», le espetó Trump.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió este viernes que Rusia sigue matando gente en Ucrania y que el mismo día de las negociaciones de Alaska no hay nada que indique que se esté preparando el fin de la guerra.
«El día de las negociaciones Rusia sigue matando como siempre y eso dice mucho», aseguró Zelenski a través de su cuenta de X.
«Recibimos informes de nuestros servicios secretos acerca de lo que Putin quiere poner sobre la mesa en Alaska. También recibimos informes de las regiones ucranianas. Ataques rusos a Sumi, ataques a un mercado en Dniper y a empresas y ciudades en Zaporiyia y Rusia. La guerra continua porque no hay una orden ni una señal de que Moscú quiera terminarla», agregó.
El presidente ucraniano añadió que seguirá coordinándose con los socios europeos y recordó que hay once horas de diferencia con Alaska por lo que el análisis de los resultados deberán comenzar mañana.
Asimismo se declaró dispuesto a trabajar para la paz para lo que, dijo, se necesita un encuentro con la parte ucraniana así como garantías de seguridad.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió de manera emotiva a su homólogo de Rusia, Vladímir Putin, con una alfombra roja en la pista de aterrizaje de la base aérea de Elmendorf-Richardson, a las afueras de Anchorage (Alaska), donde este viernes tiene lugar un esperado encuentro bilateral en el que el estadounidense espera acordar un alto el fuego en Ucrania.
Trump esperó a que el Il-96 de Putin llegara a la pista, tras ser escoltado por dos F-35, para recibirlo de manera afable a los pies de su avión, al que se le extendió una larga alfombra roja.
El mandatario estadounidense lo aplaudió mientras el ruso caminaba a su encuentro.
Putin, que no visitaba EE.UU. desde 2015, cuando se reunió con el entonces presidente, Barack Obama, se convierte en el primer mandatario ruso que pisa el estado de Alaska, que durante un siglo fue colonia rusa hasta 1867 y fue clave durante la Guerra Fría para contrarrestar a los soviéticos.
Naciones Unidas advirtió el miércoles que julio se convirtió en el mes más mortífero para la población civil en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022, cuando el presidente Vladimir Putin ordenó el ataque a gran escala contra el país.
La Misión de Observación de Derechos Humanos de la ONU en Ucrania (HRMMU, por sus siglas en inglés) documentó 286 muertos y 1,388 heridos solo durante julio, cifras que superan las registradas en junio de 2025, que hasta entonces eran las más altas desde el comienzo del conflicto.
“Por segundo mes consecutivo, el número de víctimas civiles en Ucrania alcanza un nuevo récord en tres años. Solo en los tres primeros meses de la invasión hubo más muertos y heridos que en el último mes”, afirmó Danielle Bell, directora de la misión, en su más reciente informe.
El aumento de víctimas en julio confirma la tendencia al alza durante 2025. De hecho, las cifras acumuladas en los primeros siete meses del año reflejan un 48 % más de víctimas civiles en comparación con el mismo periodo de 2024, de acuerdo con la HRMMU.
La misión verificó que las bajas civiles se distribuyeron en 18 de las 24 regiones de Ucrania. Las armas de largo alcance fueron responsables de cerca del 40 % de las víctimas, mientras que los drones de corto alcance causaron el 24 %. Además, las bombas aéreas representaron el mayor incremento en número de víctimas frente al mes anterior.
El ataque más letal se registró el 31 de julio en Kiev, cuando un bombardeo con misiles dejó 31 muertos y 171 heridos, convirtiéndose en el más devastador en la capital ucraniana desde 2022.
Sin embargo, el mayor número de víctimas se concentró a lo largo de la línea del frente, donde los combates entre las fuerzas rusas y ucranianas se han intensificado en las últimas semanas, agravando la crisis humanitaria.
La ONU instó nuevamente al respeto del Derecho Internacional Humanitario y advirtió que el constante deterioro de la seguridad en Ucrania podría traducirse en nuevas oleadas de desplazados y más víctimas civiles en lo que resta del año.
La Casa Blanca informó este martes que la reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, tiene como meta “entender mejor cómo poner fin” a la guerra en Ucrania, iniciada el 24 de febrero de 2022.
La portavoz Karoline Leavitt explicó que el encuentro fue solicitado por Putin, quien lo comunicó al enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, durante su reciente visita a Moscú.
“El presidente ha aceptado esta reunión a petición de Putin (…) Sentarse cara a cara le dará la mejor indicación de cómo acabar con la guerra y hacia dónde se dirige”, afirmó Leavitt.
La cita se realizará este viernes en Anchorage, Alaska, y será la primera reunión entre ambos mandatarios desde junio de 2021. Trump viajará por la mañana para participar en la reunión bilateral, que también ha implicado conversaciones previas entre el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
Según la Casa Blanca, Trump mantiene como “firme preferencia” la paz y la colaboración. “Ningún líder en el mundo en este momento ha estado más comprometido con prevenir o poner fin a guerras que Trump”, señaló Leavitt.
Reacciones y críticas europeas
El anuncio provocó críticas entre líderes europeos por la ausencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien desde hace meses propone un encuentro trilateral. En respuesta, Berlín ha convocado una reunión virtual con Trump, Zelenski y varios jefes de Estado y de Gobierno europeos, junto con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Consejo Europeo, António Costa; y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
Trump afirmó que, tras su reunión con Putin, conversará directamente con Zelenski y con líderes europeos para avanzar en una solución al conflicto. El mandatario incluso señaló que intentará “recuperar algo” de territorio ucraniano como parte de las negociaciones.