El gobierno de Jamaica trabaja contra reloj para reabrir las principales rutas de acceso y atender las emergencias sanitarias derivadas del paso del huracán Melissa, que tocó tierra el martes como ciclón categoría 5 y ha dejado al menos cuatro personas fallecidas.
El primer ministro jamaicano, Andrew Holness, declaró al país como “zona catastrófica” y aseguró que la prioridad inmediata es habilitar las carreteras estratégicas, especialmente aquellas que conectan con hospitales e infraestructuras críticas.
“Los equipos municipales, con el apoyo de la Policía y otros servicios de emergencia locales, están totalmente movilizados”, aseguró Holness, quien recorrió este miércoles áreas afectadas del distrito de Saint James, donde cuadrillas trabajan en labores de limpieza y remoción de escombros.
Además de la reapertura de vías, las autoridades enfrentan desafíos en la gestión de residuos sólidos y en la prevención de brotes sanitarios, dos preocupaciones que se han intensificado por las severas inundaciones.
En cuanto al transporte aéreo, Holness informó que la mayoría de los aeropuertos han retomado operaciones, salvo el Aeropuerto Internacional Sangster en Montego Bay, donde se registraron daños en zonas de la terminal y el perímetro. Sin embargo, aclaró que la pista y el aeródromo no resultaron afectados y se avanza hacia una reapertura progresiva.
Melissa impactó el suroeste de Jamaica en el municipio de Saint Elizabeth, provocando colapsos viales, destrucción de viviendas e interrupciones masivas del suministro eléctrico. Más de 500,000 personas continúan sin servicio, según informes preliminares.
Ahora degradado a categoría 2, el huracán avanza este jueves hacia Bermudas, luego de dejar un rastro de destrucción en Haití, Jamaica y Cuba, según reportes del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
