El Gobierno del estado de São Paulo pidió este jueves a su población reducir de forma “inmediata” el consumo de agua debido a la intensa ola de calor que afecta a la región desde la última semana y que ha presionado el sistema de abastecimiento.
Las autoridades advirtieron que en algunas zonas se detectó un incremento del consumo de agua de hasta 60 %, lo que impactó directamente en los niveles de los embalses que abastecen a la región metropolitana de São Paulo, la mayor urbe del país.
Ante este escenario, el Ejecutivo estadual subrayó la “necesidad de economizar agua” y recomendó prácticas como reducir el tiempo en la ducha, además de evitar el uso del recurso para llenar piscinas o lavar calles y vehículos durante este periodo crítico.
El Gobierno paulista recordó que el estado atraviesa “uno de los menores índices de precipitaciones de los últimos años”, situación que ha provocado una sequía prolongada y ha dejado en niveles mínimos a varias represas estratégicas.
São Paulo figura entre los ocho estados brasileños, de un total de 27, que se encuentran en alerta naranja por temperaturas extremas. En la capital, este jueves 25 de diciembre, se registraron 35.9 °C, la temperatura más alta del año en una estación meteorológica local.
El episodio de calor extremo se atribuye a la entrada de una masa de aire caliente y húmedo que se ha extendido sobre el centro, oeste y sureste de Brasil, generando registros por encima de la media y con previsiones de que el fenómeno se mantenga en los próximos días.
Las autoridades no descartan que São Paulo, una metrópoli de unos 12 millones de habitantes, pueda romper su récord histórico de temperatura. Además, el Instituto Nacional de Meteorologia advirtió que durante el verano austral, iniciado el 21 de diciembre, las lluvias en el sureste brasileño se mantendrán por debajo del promedio histórico.