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  • Apagones, escasez de agua y basura acumulada marcan el día a día en La Habana

    Apagones, escasez de agua y basura acumulada marcan el día a día en La Habana

    “¿Hasta cuándo es esto? No podemos más”, explota indignada Zoila. Tras más de 20 días sin agua corriente en la casa, con apagones diarios y la basura acumulándose en su calle, esta madre habanera de 44 años pone voz a la desesperación social por la grave crisis que devora a Cuba.

    Zoila, que no habla a cámara y pide no publicar su apellido por miedo a represalias, reclama una solución para ella y las decenas de miles de vecinos de Centro Habana y La Habana vieja sumidos en un profundo deterioro.

    “Llevamos 23 días exactos sin que entre el agua. No podemos más”, repite a EFE custodiada por una montaña de basura y un hedor que se siente desde una calle antes. Allí mismo protestaron la semana previa varios vecinos por la falta de agua corriente.

    “No hay agua porque dicen (las autoridades) que está roto algo. Pero, entonces, si entra, no se puede poner el motor (de bombeo a las casas) porque no hay luz (corriente)”, resume irritada.

    Ella lamenta que no tiene 30.000 pesos cubanos (250 dólares) para pagar una pipa (camión cisterna con agua potable), una solución al margen de la ley por la que muchas personas optan ante la falta de abastecimiento.

    La mujer agrega que tampoco ha podido dormir por los apagones. “Toda la noche dando cartón”, dice en referencia al pedazo de papel duro que usa de abanico para refrescarse y espantar mosquitos.

    Un grupo de personas recolectan agua en La Habana. Cuba, un país de 9,7 millones de habitantes, cuenta con más de 3,9 millones de viviendas de las que el 37 % se encuentran en regular o mal estado técnico, de acuerdo con cifras oficiales. EFE

    Desesperanza en bucle

    La desesperanza en bucle también marca la vida de Adolfo, vecino de Zoila, que muestra a EFE unas cubetas pequeñas plásticas apoyadas en la entrada de su edificio. Él vive en lo que una vez fue una imponente construcción de los años cincuenta del siglo pasado, que ahora resiste con dificultades el paso del tiempo y los derrumbes.

    “Aquí el agua viene cada siete u ocho días normalmente. Tengo que esperar a que el vecino de abajo coja agua para llenar las cubetas y subirlas hasta un cuarto piso”, cuenta Adolfo mientras enciende un cigarro.

    Según datos oficiales, unas 248.000 personas en La Habana, más del 10 % de sus pobladores, no tiene actualmente acceso a agua corriente. En el país, con algo menos de diez millones de personas, la tasa es similar.

    Este jubilado -quien también pide ocultar su apellido- tampoco tiene fluido eléctrico y su pensión (unos 12 dólares al mes) no le alcanza, por lo que hace “trabajitos” como plomero. “No es fácil”, resume con una frase hecha cubana que conjuga resignación y eufemismo.

    Desde hace más de cinco años, Cuba se ha precipitado por una crisis que ha contraído un 11 % sy producto interno bruto (PIB) y diezmado el poder adquisitivo nacional, además de generalizar los cortes eléctricos y la escasez de productos básicos como alimentos, medicinas y combustible.

    Una persona bota escombros en una calle del centro de La Habana, Cuba. EFE

    Efecto dominó

    La vida en la céntrica calle Águila de la capital cubana transcurre, como en el resto del país, entre una acumulación de problemas de años que conforman una cadena de desgracias.

    Por un lado, la profunda crisis energética -agravada desde el año pasado- provoca apagones de unas diez horas al día en La Habana (unas veinte o más en casi todo el resto del país), lo que paraliza la menguada vida económica de la isla y obstaculiza el día a día de los cubanos.

    Esos constantes apagones interrumpen a su vez el bombeo de agua corriente, ya de por sí problemático por la sequía y las averías. Cuando vuelve la electricidad, los equipos tardan horas en volver a operar y a veces se dañan por las oscilaciones del flujo eléctrico.

    Los problemas con el suministro de agua han llegado a provocar pequeñas protestas en Centro Habana y La habana Vieja, en el corazón de la capital, pero también en la periferia, como en San Miguel del Padrón.

    Otro factor es la recogida irregular de basura, porque gran parte de los camiones están averiados o no tienen combustible. Los desechos se amontonan y son un foco de infecciones, como se ha reconocido desde el Ministerio de Salud Pública.

    El panorama se complica aún más por el fuerte deterioro de muchas construcciones en el centro de la capital, viviendas con décadas de uso y sin mantenimientos en un clima hostil por las altas temperaturas, las intensas lluvias y el salitre del mar.

    Con las tormentas del verano, el agua se filtra por las paredes en mal estado, las hincha y, cuando vuelve a salir el sol, los muros se rajan y se producen derrumbes, a veces decenas de ellos después de un par de días de fuertes lluvias. Por estos desplomes, en los últimos años han muerto varias personas.

    Cuba, un país de 9,7 millones de habitantes, cuenta con más de 3,9 millones de viviendas de las que el 37 % se encuentran en regular o mal estado técnico, de acuerdo con cifras oficiales.  

  • Gobierno cubano admite debilidad del sistema eléctrico tras apagón de 36 horas

    Gobierno cubano admite debilidad del sistema eléctrico tras apagón de 36 horas

    El Gobierno cubano reconoció el jueves la “debilidad” del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), un día después del apagón nacional que dejó a toda la isla sin energía durante más de 36 horas, el quinto colapso total en menos de un año.

    El ministro de Energía y Minas, Vicente De La O Levy, declaró en la televisión estatal que la situación es crítica, especialmente en las siete centrales termoeléctricas, columna vertebral de la generación energética.

    Es un tema latente la debilidad que tiene nuestra generación de electricidad y hay un proceso en marcha para su fortalecimiento”, afirmó De La O Levy.

    De acuerdo con las primeras investigaciones, la caída total del SEN se originó por la salida inesperada de la central termoeléctrica Antonio Guiteras, ubicada en la provincia de Matanzas. Esta planta, una de las más importantes del país, realiza actualmente un segundo intento de arranque para reincorporarse a la generación.

    El Ministerio de Energía y Minas informó que hacia la tarde del jueves las 15 provincias del país ya estaban nuevamente conectadas al SEN, aunque el restablecimiento ha sido progresivo y aún persisten fallos en varias regiones.

    El apagón evidenció nuevamente la precariedad del sistema eléctrico cubano, que el año pasado sufrió cuatro colapsos similares: tres por averías —dos en la misma planta Guiteras— y otro por el paso de un huracán. Apenas el fin de semana anterior, la rotura de un cable de alta tensión dejó sin electricidad a cinco provincias orientales durante varias horas.

    Crisis energética sin solución cercana

    La crisis eléctrica en Cuba se ha agravado en los últimos 12 meses, provocando apagones diarios de hasta 15 y 16 horas en julio y agosto, según datos de la Unión Nacional Eléctrica (UNE). La mayoría de las termoeléctricas están obsoletas, carecen de mantenimiento y funcionan con equipos que superan las cuatro décadas de explotación.

    El Gobierno cubano atribuye la crisis a las sanciones de Estados Unidos, que limitan la importación de combustible y repuestos. Sin embargo, expertos independientes advierten que el origen está en una infrafinanciación crónica del sector, completamente en manos del Estado desde 1959.

    Diversos cálculos independientes estiman que Cuba necesitaría entre $8,000 y $10,000 millones para modernizar su red eléctrica, una inversión que La Habana no puede asumir en la actual crisis fiscal.

    La falta de electricidad golpea directamente a la economía nacional, que se contrajo un 1.1 % en 2024 y acumula una caída del 11 % en los últimos cinco años, según cifras oficiales. La Cepal prevé además un nuevo decrecimiento del PIB para este año.

    La crisis energética también alimenta el descontento social y ha sido uno de los detonantes de las protestas más grandes en Cuba en las últimas décadas, como las de julio de 2021.

     

  • Cuba anuncia nuevo Código del Trabajo sin derecho a huelga ni a sindicatos

    Cuba anuncia nuevo Código del Trabajo sin derecho a huelga ni a sindicatos

    El Gobierno de Cuba lanzó el lunes el proceso de consulta pública del nuevo Código del Trabajo, un anteproyecto que introduce reformas laborales como el teletrabajo, la desconexión digital y el seguro de desempleo en el sector privado, pero sigue sin incluir el derecho a la huelga ni establece garantías de salarios suficientes.

    El proceso de consulta, no vinculante, se extenderá hasta el 30 de noviembre con reuniones informativas dirigidas por ponentes oficiales y con participación obligatoria de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el sindicato único del país. Luego, el texto será revisado por la Asamblea Nacional del Poder Popular tras la aprobación del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), único partido legal en la isla.

    El documento de 48 páginas, al que tuvo acceso EFE, introduce el seguro de desempleo para trabajadores de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), creadas tras la reforma económica de 2021. Este seguro será financiado por los empleadores, sin vínculo con el sistema estatal de seguridad social. Sin embargo, no se aclara si los beneficios serán equivalentes a los del sector público ni quién administrará dicho seguro.

    También se regula el teletrabajo, incluso desde el extranjero, bajo ciertas condiciones. Los contratos deben especificar quién asume los costos asociados y contemplar aspectos como la reversibilidad del acuerdo o mecanismos de control. Además, se reconoce el teletrabajo como una herramienta para la conciliación familiar.

    Otro aspecto novedoso es el derecho a la desconexión digital, que impide contactar a los empleados fuera del horario laboral, incluyendo feriados y días de descanso. Este derecho también se aplica a quienes trabajen de forma remota.

    El anteproyecto reduce de tres a dos años el servicio social obligatorio para recién graduados universitarios y permite su cumplimiento en el sector no estatal, ampliando así las opciones de los nuevos profesionales.

    Aunque se promueve el concepto de «empleo digno» —que incluye protección frente al acoso, igualdad de remuneración por trabajo de igual valor y salarios suficientes—, este principio no es exigible legalmente. El documento no vincula el salario a indicadores como la inflación o el costo de vida, ni obliga a revisiones periódicas a través de negociaciones colectivas. El salario mínimo seguirá siendo definido unilateralmente por el Consejo de Ministros.

    En el ámbito de la negociación colectiva, se amplía la participación de los trabajadores, pero se mantiene el control de la CTC sobre los procesos y asambleas. Esta organización sindical responde a la estructura del PCC y no es conocida por impulsar demandas laborales de peso.

    Finalmente, el anteproyecto no reconoce el derecho a la huelga, ni garantiza la libertad sindical, limitando la afiliación exclusivamente a la CTC. De esta manera, Cuba mantiene las restricciones establecidas en su Constitución de 2019, generando preocupación entre activistas laborales y observadores internacionales.

  • Cuba cumple un año de crisis energética con apagones de hasta 20 horas diarias

    Cuba cumple un año de crisis energética con apagones de hasta 20 horas diarias

    Cuba suma ya doce meses de crisis energética total, con apagones que superan en promedio las 20 horas diarias fuera de La Habana, cuatro apagones nacionales en el último año y un sistema eléctrico colapsado que mantiene paralizada la economía y aumenta el malestar social.

    Los cortes de electricidad se han convertido en el principal problema para los cubanos, que no pueden conservar alimentos, hacer trámites bancarios, cargar teléfonos ni bombear agua. Muchos deben levantarse de madrugada, cuando regresa la corriente por algunas horas, para cocinar, planchar o abastecerse.

    En La Habana los apagones duran entre 4 y 10 horas al día, pero en el interior del país se extienden hasta 38 horas consecutivas en algunas localidades.

    El 12 de febrero se registró la peor jornada: en el momento de mayor demanda, el 57 % del país quedó a oscuras por la incapacidad del Sistema Energético Nacional (SEN) de cubrir la demanda.

    Termoeléctricas deterioradas y falta de combustible

    La Unión Eléctrica (UNE) reconoce que el 66 % de los cortes se debe a la falta de divisas para importar combustible, mientras que el resto responde a la precariedad de las siete termoeléctricas, que acumulan décadas de explotación sin inversión.

    En un intento de paliar la crisis, Cuba llegó a tener ocho centrales flotantes (patanas) arrendadas, pero hoy solo queda una tras la retirada de varias por impago.

    Expertos independientes estiman que el saneamiento completo del SEN costaría entre $8,000 y $10,000 millones, una cifra inalcanzable para un país en recesión desde hace más de cinco años.

    El Ejecutivo cubano atribuye la crisis a las sanciones de Estados Unidos, que califica como parte de una “asfixia energética”. Sin embargo, especialistas señalan que la situación es resultado de décadas de malas decisiones internas y falta de inversión.

    La estrategia oficial para reducir la dependencia de combustibles fósiles se centra en la energía solar. Con apoyo de China, el Gobierno impulsa la construcción de 92 parques solares con una capacidad de 2,000 megavatios. Hasta ahora, 25 parques han sido conectados al SEN.

    Pese a los avances, expertos advierten que el plan no resolverá la crisis en el corto plazo, ya que se completaría en 2031 y requiere además grandes baterías de almacenamiento para cubrir la demanda nocturna.

    El propio Ministerio de Energía y Minas reconoce que las termoeléctricas seguirán siendo la base del SEN, lo que augura que los cubanos seguirán enfrentando apagones prolongados y un horizonte incierto en la crisis energética.

     

  • Starcafé en La Habana: la cafetería que imita a Starbucks y conquista a los jóvenes cubanos

    Starcafé en La Habana: la cafetería que imita a Starbucks y conquista a los jóvenes cubanos

    En el corazón de La Habana, frente a la icónica Bodeguita del Medio, Starcafé se ha convertido en uno de los lugares más populares para jóvenes cubanos y turistas. Aunque a primera vista recuerda a un Starbucks, con vasos personalizados y frappuccinos, este local es una creación 100 % privada que abrió en 2023, en un país donde las franquicias estadounidenses no tienen presencia oficial.

    A diferencia de la multinacional, en Starcafé suena música cubana en lugar de jazz y el menú incluye platos locales en vez de solo sándwiches fríos. Sin embargo, la estética y la experiencia fotográfica han convertido al lugar en uno de los más “instagrameables” de la ciudad, según explica la barista Melisa García.

    “Muchos jóvenes influencers vienen, hacen videos y reseñas de nuestros cafés y comidas. Nos hemos hecho virales por los ‘reels’”, comentó García, mientras atiende a clientes que posan con sus bebidas al estilo de sus familiares en Florida.

    La proliferación de este tipo de negocios era impensable hace unos años. Desde la llegada del internet móvil en 2018 y la legalización de las pymes en 2021, Cuba ha experimentado una lenta apertura hacia tendencias globales.

    Un trabajador de la cafetería Burguer Queen atiende a una persona, en La Habana, Cuba. EFE

    Hamburguesas y pollo frito

    Starcafé no es el único sitio inspirado en marcas globales. En 2024 también abrieron en La Habana un restaurante al estilo KFC, con una pantalla táctil para pedir combos de pollo frito con refresco y papas fritas, y una hamburguesería llamada Burger Queen.

    “Para el cubano es difícil salir de Cuba. Y desde que tenemos internet, hemos tenido mucho más acceso a las redes sociales y a consumir cosas de afuera. Y eso siempre te crea curiosidad (…) De cierta manera, este tipo de negocios que se inspiran, en mayor o menor medida, de esos lugares, le ofrecen una posibilidad al cubano de vivir esa experiencia”, cuenta a EFE Andy García, socio de Burger Queen.

    Este restaurante de comida rápida partió de una idea simple pero efectiva: “Pensamos en lo que hay en el mundo. ¿Qué hace que pienses en una hamburguesa? Por supuesto, está Burguer King”, cuenta.

    Melisa García y Andy García coinciden en que hay también un factor «aspiracional» en algunos de los clientes que se acercan a estos negocios.

    El socio de Burger Queen agrega que el cambio en la oferta gastronómica también es algo que ha hecho que sitios como el suyo ganen la atención de los comensales, con hambre de un menú distinto a la comida tradicional cubana.

  • Crisis económica agudiza la pobreza y la mendicidad en Cuba tras cinco años de recesión

    Crisis económica agudiza la pobreza y la mendicidad en Cuba tras cinco años de recesión

    La crisis económica en Cuba ha empujado a miles de ciudadanos a la mendicidad y la pobreza extrema, como lo reflejan las historias de José Fernández y José Luis Balsinder, quienes ahora dependen de la recolección de desechos en las calles de La Habana para alimentarse. En medio de la desesperación, Fernández muestra una pequeña bolsa con restos de comida: “Aquí estoy… viviendo con lo que se puede”.

    Las escenas se repiten a diario: personas buscando entre la basura, ancianos pidiendo limosna frente a restaurantes donde no pueden pagar ni un plato. La mendicidad en Cuba se ha multiplicado en los últimos cinco años, impulsada por una crisis sistémica que ha hundido los ingresos de miles de familias.

    Balsinder, de 56 años, relata que nunca imaginó verse en esa situación: “En mi vida había hecho esto, pero si no lo hago, no como”. Con un salario de apenas $20, no cubre ni lo básico. Desde su hogar en Guanajay (Artemisa), recorre casi 50 kilómetros hasta La Habana en busca de comida entre los desperdicios.

    Una persona en situación de calle pide dinero en una calle de La Habana, Cuba. EFE

    Polémica por declaraciones oficiales

    Las declaraciones recientes de la exministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, desataron una ola de críticas cuando afirmó en el Parlamento que en Cuba “no hay mendigos” sino personas “disfrazadas” que evaden impuestos.

    Sus palabras, aplaudidas por diputados del Partido Comunista de Cuba (PCC), fueron reprobadas al día siguiente por el presidente Miguel Díaz-Canel, quien aceptó su renuncia inmediata.

    El Gobierno se refiere a los indigentes como “personas con conducta deambulante”, y reconoce oficialmente 3,690 casos desde 2014 hasta septiembre de 2023, principalmente hombres mayores.

    Sin embargo, el primer ministro Manuel Marrero reconoció que más de 310,000 personas viven en situación de vulnerabilidad social, equivalente al 3 % de la población cubana.

    Un hombre busca cosas en la basura en una calle de La Habana, Cuba. EFE

    Pensiones insuficientes y canasta básica inalcanzable

    El Gobierno anunció que la pensión mínima subirá en septiembre de 1,528 a 3,056 pesos cubanos (de $12.70 a $25.40), apenas lo necesario para comprar un cartón de huevos. El salario estatal promedio, que ronda los $48.60, también resulta insuficiente frente al alto costo de la canasta básica, que alcanzó los $202 mensuales al cierre de 2024, según cálculos del economista independiente Omar Everleny.

    Estos montos no cubren otros gastos esenciales como transporte, aseo personal, internet o vestimenta, lo que agrava la situación de millones de cubanos atrapados en el ciclo de pobreza estructural.

    La economista Tamarys Bahamonde criticó el uso de eufemismos como “vulnerabilidad” y “conducta deambulante”para evitar reconocer la existencia de pobreza en Cuba.

    “Si el discurso oficial no menciona directamente a los pobres, asume que no los hay y eso es grave, porque si no identificas el problema nunca lo vas a atender”, aseguró Tamarys Bahamonde.

    Bahamonde añadió que la pobreza en la isla es sistémica, pues “el sistema no genera las suficientes condiciones socioeconómicas para salir del ciclo de pobreza”. En su opinión, responsabilizar a las personas por su situación es “una forma peligrosa de desviar el foco del verdadero problema: la ineficacia del sistema político y económico”.

     

  • El parlamento cubano aprueba el cambio de sexo "por solicitud personal"

    El parlamento cubano aprueba el cambio de sexo «por solicitud personal»

    El parlamento cubano aprobó este viernes el cambio de sexo «por solicitud personal» sin necesidad de una operación u orden judicial para ciudadanos mayores de edad.

    Los diputados dieron luz verde por unanimidad -como suele suceder en la Asamblea- a la nueva ley del Registro Civil, que contiene como principal novedad esta modificación, una vieja reivindicación de la comunidad LGTBIQ+.

    Entre los cambios que contiene la legislación está que el solicitante puede cambiar de sexo hasta dos veces, siempre bajo la condición de que sea mayor de 18 años y que la primera modificación se realice en la minoría de edad.

    Cuando se trata de una persona por debajo de la mayoría de edad, sí será necesaria una orden judicial para lograr el cambio de sexo.

    La reforma también establece que los cambios no estarán condicionados «a la previa modificación de la apariencia o función corporal de la persona, ni a procedimiento quirúrgico de reasignación genital».

    La actualización del Registro Civil coloca a Cuba entre los países que han legislado a favor de la llamada “autodeterminación de género”, como hizo España en 2022.

    Asimismo, cumple una reivindicación de las personas trans cubanas que no se vio materializada en 2022, cuando el país aprobó en referendo el Código de las Familias, que permitió el matrimonio y la adopción entre personas del mismo sexo.

    Requisitos legales

    Para registrar el cambio de sexo, la persona interesada deberá mostrar un dictamen de un “equipo multidisciplinario” del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y su acta de nacimiento.

    De igual forma, la norma establece que las modificaciones del sexo ante el Registro Civil son consideradas de acceso restringido por considerarlas “sensibles”.

    En el caso de los recién nacidos intersexuales, los padres tendrán la facultad de registrarlos con el sexo que prefieren, basados en los atributos físicos que predominen, y éste podrá optar en el futuro por un cambio. Si aún es menor, el solicitante necesitará la aprobación de sus progenitores y, si no, bastará con su voluntad.

    Hasta antes de la reforma, las personas trans cubanas tenían que pasar por un engorroso proceso burocrático para lograr el cambio de sexo. En muchos casos, por evitar este laberinto, se optaba por cambiar únicamente el nombre, lo que en los hechos presentaba aún más dificultades y discriminaciones en el día a día.

    La ONG cubana Translúcidos, integrada en su mayoría por hombres trans, vio con buenos ojos los cambios en la ley pero consideró que hubiese sido mejor sustituir “sexo” por “género” en el documento final.