El presidente de Colombia, Gustavo Petro, reconoció públicamente haber visitado un club de striptease en Lisboa, Portugal, durante un viaje oficial en mayo de 2023, y aseguró que aprendió a no “comprar sexo” ni acostarse con mujeres que no le inspiren sentimientos genuinos. Su declaración generó revuelo tras la filtración de un informe sobre sus gastos durante dicha gira.
“Hay dos cosas que he aprendido en la vida, a no acostarme con mujer de la que no nazca nada en mi corazón, y a no comprar el sexo cuando aún soy capaz de la seducción y de la poesía”, escribió el mandatario este jueves en su cuenta de X.
“Siempre hay que combinar la sexualidad con la cultura, eso se llama erotismo”, agregó.
El escándalo estalló luego que medios colombianos filtraran un informe de 31 páginas elaborado por una entidad del Ministerio de Hacienda encargada de prevenir operaciones financieras ilegales. En el documento destaca una factura por 209,969 pesos colombianos (equivalentes a unos $43) en el Ménage Strip Club, ubicado en Lisboa.
Petro no negó la visita y declaró que “algún día” contará por qué gastó esa cantidad en el club nocturno. El presidente insistió en que el foco debe estar en la “arbitrariedad” cometida por Washington al incluirlo, junto a varios allegados, en la conocida ‘Lista Clinton’, que conlleva el congelamiento de cuentas por supuestos vínculos con actividades ilícitas.
“No necesito comprar sexo, no me gusta. Tengo aún cierta capacidad de seducción que me permite no acudir a esas prácticas de hombres tristes”, expresó el mandatario colombiano, quien se defendió de los señalamientos asegurando que sus cuentas personales reflejan total transparencia.
El escándalo sexual no es el primero en envolver al presidente. En septiembre de este año, Petro ya había causado polémica durante un consejo de ministros televisado, al afirmar que “una mujer libre hace lo que se le dé la gana con su clítoris y con su cerebro”, declaración que fue ampliamente criticada en redes sociales y por sectores feministas.
A este episodio se sumó recientemente otra controversia relacionada con su exesposa y primera dama, Verónica Alcocer, luego que el diario sueco Expressen publicara un artículo sobre su supuesto estilo de vida lujoso en Estocolmo. Petro negó que Alcocer utilice fondos públicos y defendió su libertad.
“La grosería de Trump” fue como calificó Petro la decisión del presidente de Estados Unidos de incluir también a Alcocer en la ‘Lista Clinton’. Aprovechó para revelar que ambos están separados “desde hace años”, lo que ha reavivado el debate sobre sus funciones como primera dama.
El mandatario colombiano continúa en el centro del debate público, mientras insiste en que las acusaciones en su contra son parte de una campaña orquestada desde Washington para deslegitimar su gobierno y la lucha de Colombia contra el narcotráfico.