Etiqueta: Mario Guevara

  • “Voy a ejercer el periodismo y voy a seguir reportando sobre migración, ahora desde otro ángulo”: Mario Guevara, periodista salvadoreño deportado desde EEUU

    “Voy a ejercer el periodismo y voy a seguir reportando sobre migración, ahora desde otro ángulo”: Mario Guevara, periodista salvadoreño deportado desde EEUU

    Mario Guevara es un periodista salvadoreño que pasó la mitad de su vida en Estados Unidos ejerciendo su labor e informando estos meses sobre las redadas de migrantes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) por sus siglas en inglés en Estados Unidos.

    En junio durante una manifestación en Atlanta contra las redadas de la administración de Donald Trump, Guevara fue acusado de delitos menores como obstrucción, caminar sobre o junto a la calzada y reunión ilícita, a pesar que estaba identificado como miembro de la prensa.

    Luego de ser de permanecer en prisión, Guevara fue deportado a El Salvador el pasado 3 de octubre. Durante una entrevista con Diario El Mundo, Guevara denuncia «torturas» emocionales con cambios frecuentes de cárceles y su permanencia en una celda de aislamiento durante más de 70 días.

    ¿Cuánto tiempo vivió en Estados Unidos? y en ese tiempo que estuvo allá, ¿cuántos años estuvo ejerciendo su labor periodística?

    Básicamente yo me fui a principio del año 2004 para Estados Unidos, después de haber trabajado en dos importantes medios de comunicación locales y me fui para allá, pues en busca de seguridad. Desde entonces, pues yo me considero una persona de mucha fe y una de las oraciones que tuve en aquella época fue pues ´Dios, ¿verdad? Si me da la oportunidad de seguir haciendo el periodismo aquí en en Estados Unidos, me quedo. Si no, voy a hacer unas pequeñas pruebas y decido irme para otro par para otro país, otro lugar´.

    Y no, se me abrieron unas puertas, afortunadamente, en un periódico allá en Atlanta, Georgia, un periódico bilingüe, que aunque yo no hablaba inglés, me abrí las puertas y empecé a trabajar con ellos.

    Estuve ahí cuatro años hasta que fui contratado por otro periódico más grande y desde entonces ejerzo el periodismo, básicamente desde el mismo año que llegué, empecé a hacer mis funciones periodísticas allá y pues logré las credenciales del país, hice coberturas muy importantes en la Casa Blanca, en el Congreso en Washington, en el Congreso estatal en Georgia e hice muy buenas relaciones con el autoridades locales, también con las estatales y las federales.

    En el transcurso de esos 22 años casi, creo yo de que pues logré, ¿verdad? Logré resaltarme en mi carrera periodística. Yo siempre lo he dicho, ´logré hacer mi sueño americano, lo logré hacer realidad´.

    ¿Cuál era su estatus en Estados Unidos?

    Yo tuve permiso de trabajo desde cuando llegué al país.Un año después apliqué por asilo político debido a las condiciones aquí en El Salvador y apliqué en el 2005 por asilo político. Y ese caso estuvo pendiente, los procesos estaban muy lentos y fue hasta el 2012 que un juez revisó mi caso.

    Lamentablemente cuando presentamos las pruebas que yo tenía, reportes policiales de aquí, reportes periodísticos, el juez dijo: «Sí, hay evidencia de que fuiste atacado en tu país, pero ya pasó mucho tiempo, ya es un país más seguro.» La Fiscalía presentó el reporte que El Salvador estaba más seguro en 2012, cuando la realidad era otra. El juez falló en contra, me negó mi asilo político. Entonces, me ordenaron salida voluntaria, me dieron 60 días para abandonar el país.

    Y estábamos haciendo planes con mi familia de irnos a Canadá, porque no queríamos regresar a El Salvador, precisamente porque sabíamos que la situación aquí estaba crítica con las pandillas.

    Lo que pasó fue que en ese lapso que estábamos armando nuestras maletas para irnos para Canadá, inmigración decidió llamar a mis abogados y decirle que me iba a conceder un cierre administrativo en mi caso para que yo me quedara en Estados Unidos, porque ya tenía muy buenas relaciones con la agencia, incluso había hecho muchos reportajes con ICE en aquella época y yo creo que eso ayudó para que ellos consideraran mi caso y darme la oportunidad de quedarme.

    Desde entonces estuve super bien, extensión de permiso de trabajo, extensión cada dos años, cada dos años hasta que, pues se dio la oportunidad, que fui acusado en una cobertura, ya todos conocen la historia, una cobertura periodística y aunque fui acusado de cargos menores, que luego me quitaron mis abogados, pero igual inmigración aprovechó.

    Ahora que hay una nueva administración más severa con inmigrantes, pues se aprovecharon para reabrir mi caso de deportación y dijeron: «Pues yo tú ya tienes una orden final y te vamos a sacar del país.» Y fue lo que hicieron, lo lograron.

    Usted fue capturado en junio durante una cobertura periodística ¿Cómo fue eso? ¿Qué estaba reportando usted? ¿Cómo se da el momento en el que llegan los agentes y lo capturan?

    Sí, yo tengo una teoría, no lo puedo probar, pero era el único periodista latino que estaba transmitiendo en ese momento, habíamos varios reporteros, pero el único latino que estaba transmitiendo en vivo en español.

    Mi teoría es que como ahora mismo hay un ambiente de discriminación racial en Estados Unidos, pienso yo que los oficiales se ensañaron conmigo por el idioma, pero no lo puedo probar, obviamente, pero fueron dos veces que se me acercaron y la primera vez fue un poco acosadores y yo le dije, «soy miembro de la prensa y me dejaron en paz», pero unos minutos después ya se fueron contra mí directamente a arrestarme.

    Entonces, me da la impresión de que tal vez por el hecho de la cuestión y la diferencia étnica pudo haber generado algún tipo de de represalia en mi contra, pero no puedo probarlo, lo que hice de mal, pues en realidad lo único mal que hice fue salirme de la acera, cruzarme en la calle, pero lo hice huyendo del gas lacrimógeno que estaban tirando los antimotines. Entonces, fue una reacción y ellos aprovecharon de esa reacción para arrestarme.

    Me presentaron cargos por haberme cruzado la acera de manera ilegal y de haber participado en una protesta. Cuando mis abogados se reunieron con la fiscal un par de días después y justamente el martes, yo fui a arrestar un sábado, entre lunes y martes mis abogados se reunieron con los fiscales, mostraron evidencias, mi mismo Facebook live, las cámaras corporativas de los policías y la fiscalía estuvo de acuerdo. Yo no estaba ni participando en la protesta ni tampoco obstruir la justicia ni nada. Entonces, decidieron remover los cargos antes de que llevaran a juicio. Así es que mis cargos fueron removidos. Yo pensé que iba a salir libre en ese mismo día, pero no, la inmigración decidió que era tiempo de que yo fuera deportado.

    Usted estuvo recluido más de 100 días ¿En qué condiciones estaba? ¿Le permitieron hablar con sus abogados, tener contacto con alguien en el sector?

    Sí, básicamente estuve preso 110 días, al día 111 me deportaron. Fue un viernes 3 de octubre que yo llegué al país, pero desde el jueves empezaron mi traslado de una cárcel a otra para para enviarme para acá. Este esos 110 días que estuve preso, pues 72 de ellos estuvieron en una celda en confinamiento solitario.

    En esa celda ICE ahí pone a las personas que riesgo de ser agredidos por otros presos o también ponen ahí a las personas que han cometido faltas contra guardias o contra otros presos que se han peleado: son celdas de castigo básicamente.

    A mí me dijeron que me iban a poner ahí por protección. Yo le digo, «¿Protección por qué?» y me dijeron «porque tú eres figura pública, eres alguien conocido, te pueden agredir” y le digo «yo no tengo miedo que me agreden, yo vengo de la comunidad latina, no me van a agredir», especialmente porque la mayoría de prisioneros eran latinos, hispanos, uno 90 %, 95 % quizás.

    Yo sabía que no me iban a hacer nada, aún así ICE negó toda mi solicitud, el consulado de El Salvador también solicitó que me trasladaran, tampoco le hicieron caso, mis abogados lo pidieron por las buenas que me trasladaran y tampoco le hicieron caso.

    Al final, pues mis abogados demandaron al gobierno, después de 71 días que me tuvieron ahí, un juez se revisó la demanda y falló que me tenían que soltar. Bueno, no soltar, sacar de confinamiento y me pusieron a una unidad general con 36 presos y fue ahí que me enteré, yo descubrí que ICE lo que no quería es que yo hablara con otros presos porque inmediatamente llegué a la otra unidad y los demás detenidos se acercaron para contarme sus historias y me di cuenta de muchas injusticias, personas que habían sido arrestadas, golpeaba durante los arrestos, cosas así. Entonces, yo creo que esa fue una de las razones por la cual me tuvieron encerrado y no por protección hacia mi persona.

    Después de ahí, estuve un mes, un mes más, más de un mes más en una celda, en una unidad general con 36 presos y no me pasó nada, porque yo sabía que no me iba a pasar nada, ni siquiera fui amenazado, pero en el transcurso de los primeros 70 días inmigración me anduvo rodando de cárcel en cárcel, que es una tipo de tortura emocional, lo hacen con los presos para desesperarlos y que firmen.

    Ellos me dicen a mí que aceptara mi salida voluntaria y que me viniera para el país y que iba a ser rápido, que podía venirme por mi cuenta en un avión privado, en un vuelo privado, no deportado. Yo le dije que no, que iba a pelear. Entonces, a lo que hacían es moverme de cárcel. Y anduve rodando en en cuatro cárceles que yo creo que fue una tortura emocional porque nunca sabía para dónde me llevaban, no sabía cuál iba a ser la condición en la otra cárcel. Apenas empezaba a adaptarme en una y me llevaban a otra y me cambiaba y fue una tortura emocional, pero todos lo hicieron para desesperarme, para que yo firmara mi salida voluntaria.

    Pues no lo lograron, mi familia está allá y yo estaba dispuesto a seguir peleando para seguir con mi familia y al final pues perdí, pero lo intenté, por lo menos me quedó el orgullo que lo intenté.

    Cuando era trasladado ¿Esos movimientos eran informados a su familia o a sus abogados?

    No, los traslados eran sorpresivos, llegaban, me decían: «alista tus cosas, mis cosas eran los uniformes. Yo tenía que entregarlos, en cada cárcel entregaba los uniformes que me daban ahí y ahí ya decía, «¿Para dónde voy?» y no me decían, lo único que me decían es que para evitar un posible emboscada por política de la agencia no revelaban para dónde uno iba.

    Yo me enteraba hasta 5, 6, 8 horas después, porque a veces los traslados son largos, lo trasladan a uno en vehículos privados o en camionetas con otros presos. Son largos (los viajes), son horas de ir esposado de pies y manos. Es una tortura y después llegar a otra cárcel, ser fichado, poner huellas, foto, otro uniforme y por último, ya uno, dos, tres, cuatro días ahí y me pasaban para otra cárcel. Entonces, era una tortura.

    Eso fue bastante, bastante agotador, muy irritante, sobre todo porque cada cárcel tenía sus nuevos retos, nueva comida, nuevas gentes. Y en las cárceles donde me trasladaban generalmente eran de los condados y la de los condados si hay presos generales, no solo inmigración. Es un poco más difícil porque uno no sabía con quién lo iban a colocar.

    Durante ese tiempo ¿Ningún gente, alguien la penitenciaría lo agredió?

    No, físicamente yo no fui agredido de ninguna manera. Sí fui amenazado por otros presos, cuando me llevaron a la prisión federal de Atlanta, me extorsionaron, de hecho. Me pusieron una cuota de $60 diarios y mi familia mandó tres días consecutivos, mandó $60, $60, $60, hasta que el Consulado de El Salvador en Atlanta y mis abogados, y mi familia les notificó que me estaban extorsionando y ellos se movieron y Migración se dio cuenta y fueron a sacarme. Ese mismo día fueron a sacarme cuando hicimos la denuncia. La hizo mi familia, yo no podía, porque ni siquiera tenía acceso a teléfono, un preso me ayudó a reportar el la la la extorsión que me estaban haciendo.

    Entonces, sí fui víctima de muchas injusticias, muchas irregularidades y cuando los agentes de ICE llegaron a la cárcel, como me tomaron fotos incluso los presos y las se las mandaron por texto a mi familia, cuando los agentes de ICE llegaron a la cárcel me dijeron: «¿Tú andas un teléfono contigo?» y le digo «No, ¿de dónde voy a andar un teléfono?» Y me llevaron una máquina de rayos X creyendo que yo andaba un teléfono escondido. Hicieron una serie de cosas conmigo como que fuera un criminal. Eso es una de las denuncias que yo siempre hago: me trataron como un criminal a pesar que no tenía delitos en Estados Unidos.

    Mario Guevara brindó una entrevista a Diario El Mundo este viernes. / Alexander Montes.

    ¿Cómo ve usted el proceso legal en el que le negaron quedarse y lo mandan deportado a El Salvador?

    Básicamente usaron muchas mentiras para convencer a los jueces y tristemente los abogados mostraron las pruebas de que eran mentiras, pero los jueces aceptaron por el gobierno por creerle a ICE y precisamente se entiende, ¿verdad?.

    Hay un ambiente bastante feo ahora mismo en Estados Unidos, donde hay discriminación, hay poder absoluto de parte de una autoridad y pues otras personas con menos poder temen que puedan perder sus trabajos, entonces se entiende que ellos hayan fallado en mi contra, pero sí, fue injusto, usaron muchas mentiras.

    Desde un principio mintieron, ICE dijo que yo estaba preso no por ser periodista sino por haber entrado ilegalmente al país, yo no entré ilegalmente al país, entré con una visa.

    Después dijeron de que yo estaba ilegalmente en el país, nunca estuve ilegalmente en el país, los 20 años estuve con permiso de trabajo que ellos mismos me ofrecían para poder trabajar y y vivir legalmente, tenía licencia de conducir, etcétera. Entonces, no estuve ilegalmente, pero ellos dijeron mentiras tras mentiras con tal de congraciarse con la comunidad radical, extremista y de conseguir el apoyo de los jueces. Y lo lograron, tristemente lo lograron.

    Aunque dijeron que no era por su cobertura periodística ¿Usted considera que fueron estas coberturas sobre temas de inmigración las que pudieron ser la causa de que usted fuera deportado?

    Esa fue la causa, por eso los abogados y las organizaciones de periodistas y de defensores del derechos humanos intervinieron porque en una de las audiencias ICE cometió el error de decirle a los jueces: “Él nos anduvo persiguiendo, él andaba grabando cuando cuando nosotros efectuábamos arrestos”.

    Cuando ellos dijeron eso quedó en evidencia de que era una represalia por mi trabajo periodístico, pero solo lo hicieron una sola vez y mis abogados aunque documentaron eso con grabaciones y todo después ya cambiaron el discurso.

    Después decían: «porque es ilegal, porque es ilegal». Entonces, ya no volvieron a usar esos mismos términos que porque ellos sabían de que se habían equivocado cuando dijeron que era porque yo los andaba persiguiendo y andaba grabando las redadas, pero ellos lo hicieron una vez, o sea, sí dejaron un claro de que era por eso, aunque después cambiaron su discurso.

    Por eso mis abogados trataron de pelear y tristemente no, no lo logramos.

    ¿Usted cree que la experiencia que ha tenido es un atentado contra la libertad de prensa en Estados Unidos?

    Sí, estamos convencidos de que mi arresto y posterior deportación fue como un ejemplo para los periodistas internacionales, que hay muchísimos en Estados Unidos, de Europa y de Latinoamérica, que están con visas de periodismo, que están ejerciendo la labor o que tienen un permiso de trabajo, pero están ejerciendo el periodismo, como yo, yo tenía permiso de trabajo ejerciendo el periodismo. Estamos convencidos que ese fue un mensaje para los periodistas: “no te metas con nosotros, no te metas con el gobierno”.

    También, ahora ya fueron más allá, se han visto casos recientes donde periodistas estadounidenses han sido agredidos y han sido arrestados también. Por lo menos hay unos tres casos muy, muy fuertes recientemente y eso deja ver de que es una clara agresión a la prensa y que no quieren que se cubran, nada que tiene que ver con las operativos o los redadas de ICE y eso obviamente sí es una violación a la libertad de prensa.

    La primera enmienda de la Constitución, que es algo que Estados Unidos siempre se ha jactado, ahora están pasando por encima de esa enmienda.

    Ahora que ya está en El Salvador, ¿cómo piensa retomar su labor periodística? ¿Qué tiene pensado? ¿O cree que en algún punto podría volver a Estados Unidos?

    Estoy optimista de ambas cosas, estoy optimista de ejercer la labor periodística aquí, tal vez no trabajar con ningún medio todavía porque tengo mi canal de noticias acreditado y debidamente registrado en Estados Unidos y pues básicamente podemos seguir operando desde allá y tal vez yo hacer algún tipo de periodismo de manera digital.

    Tenemos clientes allá que todavía están invirtiendo en nosotros y básicamente somos seis, siete conmigo, siete personas, es un medio pequeño, tenemos un año apenas que me independicé después de trabajar con el Atlanta Journal Constitution por 16 años. Yo trabajé con Mundo Hispánico 16 años, Mundo Hispánico era la división hispana del AJC de la Atlanta Journal Constitution.

    Entonces teníamos un buen respaldo, pero debido mi crecimiento en redes sociales y el apoyo de muchos clientes decidí independizarme y me iba muy bien, nunca me arrepentiría de haber dado ese paso, pero tristemente pues no tenía tenía el mismo peso que tenían los canales grandes antiguos, ¿verdad? y eso a lo mejor afectó contra mí, pero voy a seguir con mi canal de noticias, posiblemente unos meses más para cumplir con compromisos comerciales con nuestros clientes, además de eso pues planeó hacer trabajo periodístico aquí.

    Ya comencé uno, fui a entrevistar a los familiares de la familia de los accidentes graves que hubo, murieron ocho personas en Georgia, fui a San Vicente a entrevistar a los seres queridos y me dieron una entrevista referido por los otros seres queridos de allá de Florida y de Georgia que me dieron los teléfonos, y me gustó porque dije: «Primera cobertura periodística que hago oficialmente en El Salvador en 22 años», pero fue la primera, pero yo sé que no será la última, vienen más.

    De hecho, voy a viajar internacionalmente, voy para Colombia pronto. Estoy esperando que deporten un compañero de celda con el que estuve. Estoy esperando que lo deporten a Colombia para ir a entrevistarlo porque él tiene historia fuertísima. Entonces, sí voy a ejercer el periodismo y voy a seguir reportando sobre migración, ahora desde otro ángulo, ya no redadas porque estoy afuera, no estoy dentro del país, pero sí historias más humanas.

    Estoy optimista de que me voy a quedar aquí un tiempo ejerciendo el periodismo, pero también quiero regresar, allá está mi familia, mis hijos no se quieren venir. Ellos tienen todo allá.

    Gracias a Dios los dejé bien establecidos con su casa y sus medios de transporte bien, entonces, eso me da una tranquilidad, pero igual los extraño, ellos me extrañan a mí. Entonces, el plan es regresar, posiblemente tome un año, quizás dos, incluso tres, no lo sabemos. La última instancia sería hasta que el presidente Donald Trump salga de la presidencia y pues entonces llegue una administración un poco más humana. Entonces posiblemente eso sea el plan para regresar, si es caso que no funciona, todo lo que mis abogados están haciendo.

    Ahora mismo hay cinco abogados defendiéndome y si no funciona ninguna de las estrategias que tenemos previsto para las próximas meses, pues habrá que esperar por lo menos tres años y medio hasta que la administración salga para poder regresar, pero yo sé que voy a volver y voy a volver con la frente en alto porque no me deportaron por criminal, me deportaron por ejercer el periodismo y nunca cometí delito en Estados Unidos, respeté las leyes, pagué impuestos, no abusé de ningún beneficio público. Quiere quiero decir que yo me considero una persona grata, que merece vivir en Estados Unidos.

    Entonces, simplemente hay que esperar, ser paciente, eso es lo que me resta.

    ¿Cuántos hijos tiene, cuál es su edad y qué significa para usted estar lejos de ellos?

    Sí, básicamente mis dos hijos menores son ciudadanos estadounidenses y bajo uno de ellos es que estoy con una petición familiar que posiblemente me salga el próximo año, pero no sé si inmigración va a aprobar mi residencia o no e igual, verdad, mis hijos ellos acaban de de regresar y estuvieron conmigo una semana y van a volver en diciembre otra par de semanas también.

    Y eso me da tranquilidad saber de que dos de mis hijos pueden viajar, la mayor no puede viajar, ella lastimosamente igual que mi esposa está con permiso de trabajo, si ellas vienen aquí, no van a poder regresar. Entonces, les toca aguantarse allá y quedarse hasta que sus papeles se definan también, que puede tardar igual varios meses.

    ¿Cómo describe esta etapa en la que cambió su vida de lo que usted creía que tenía y cómo se ha reinventado con esa nueva condición?

    Para mí es un proceso humillante. Yo creo que esa es la segunda prueba más grande que que he pasado en mi vida. Ya tengo casi 50, bueno, 48 para ser exacto, pero yo me pongo 50 porque estoy más cerca de los 50 que de los 48, ¿verdad?

    Entonces, ya tengo casi 50 años, digo, medio siglo de vida, nunca había estado preso, jamás me habían encarcelado por nada, ni aquí, ni allá, ni ningún otro lado del planeta que he visitado varios países y nunca. Entonces, para mí el haber estado encerrado fue algo traumatizante, ¿verdad? Horrible, horrible como un criminal, pero por otro lado, tuve una experiencia unos tres años años atrás, donde mi hijo le trataron un tumor en el cerebro, casi lo perdemos, estuvo dos horas en el quirófano, tuvo un derrame un derrame cerebral, perdió mucha sangre.

    Los médicos no llegaron a sacar firmas, casi lo perdemos, de milagro Dios hizo el favor y nos lo dejó con vida. Mi muchacho está en recuperación. Esa ha sido la prueba más dura que pasé después está esta otra experiencia aquí, que me deportaran, sobre todo porque yo hasta que aterrizó el avión aquí en el Aeropuerto de El Salvador, yo todavía esperaba un milagro de Dios, yo dije: «Algo va a pasar”, tal vez reciben una llamada de agente de ICE, tal vez un mensaje de texto o un e-mail y me regresan al país.

    No perdí la esperanza hasta que realmente los agentes de Migración y la PNC me llamaron por mi nombre que bajé, entonces entendí que ya, verdad, no había marcha atrás. Y desde entonces estoy aquí, hoy cumplo dos semanas y tratando de adaptarme, un país completamente diferente al que dejé, más tráfico, lindo, hermoso como siempre, la comida la extrañaba, hay cosas muy maravillosas, pero pero igual extraño mi familia. Entonces, vamos a tener que seguir luchando por para poder regresar a Estados Unidos, porque ya está básicamente la mitad de mi vida.

    Me fui de 26 años, de 27 años y ya regresé casi de 50, entonces mitad de mi vida la he hecho allá. Así es que yo creo que no tengo opción, seguir peleando por quedarme.

  • Fallece sacerdote nicaragüense atacado con ácido por una rusa en 2018

    Fallece sacerdote nicaragüense atacado con ácido por una rusa en 2018

    El sacerdote nicaragüense Mario de Jesús Guevara Calero, quien sufrió un brutal ataque con ácido sulfúrico en 2018, falleció el domingo por la noche a los 66 años, informó la Arquidiócesis Metropolitana de Managua.

    Guevara, que se desempeñaba como director espiritual en el Seminario Arquidiocesano La Purísima, murió en Managua, según confirmó la oficina eclesiástica dirigida por el cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, quien extendió sus condolencias a la familia del religioso, así como a la comunidad del Seminario y a los feligreses de las parroquias que atendió durante su ministerio.

    La vela se realizará este lunes en la parroquia Inmaculada Concepción de María, en el municipio de La Concepción, Masaya, al sur de la capital nicaragüense. Posteriormente se celebrará una misa de cuerpo presente y se llevará a cabo su sepelio en el cementerio de esa localidad.

    El sacerdote fue víctima de un atentado el 5 de diciembre de 2018, cuando Elis Leonidovna Gonn, una ciudadana rusa de 24 años, lo roció con ácido sulfúrico durante una sesión de confesiones en la catedral metropolitana de Managua. El ataque le provocó graves lesiones en el rostro, brazos, espalda y piernas, por lo que requirió múltiples cirugías reconstructivas.

    Pese a la brutal agresión, el presbítero expresó públicamente su perdón hacia la atacante. “Tengan misericordia con la muchacha”, fue el mensaje que compartió en su primera declaración tras el hecho.

    Gonn fue condenada a ocho años de prisión: seis por causar lesiones graves y dos más por poner en riesgo a otro feligrés, Roberto Pineda, quien acudió a auxiliar al sacerdote. La justicia determinó que el ataque fue premeditado y con ventaja, ya que Guevara no pudo defenderse ni recuperar su vida normal. Posteriormente, la agresora fue liberada y expulsada del país.

  • El periodista salvadoreño Mario Guevara, el rostro de la "injusticia" de las deportaciones de Trump

    El periodista salvadoreño Mario Guevara, el rostro de la «injusticia» de las deportaciones de Trump

    Mario Guevara, uno de los periodistas salvadoreños con mayor audiencia en Estados Unidos, se ha convertido en el rostro de la «injusticia» de las deportaciones masivas del presidente Donald Trump, al ser expulsado a su país tras trabajar por más de 20 años en EE.UU. y tener dos hijos ciudadanos, uno que depende de él.

    A sus 48 años, el periodista se convirtió -sin proponérselo- en el protagonista de una historia que reportó miles de veces, pues fue deportado este viernes a su país natal, dejando atrás toda una vida construida, como él mismo ha dicho, “a base de esfuerzo”.

    «A base de mentiras Estados Unidos me deportó”, dijo al llegar a El Salvador. “Aunque Estados Unidos diga que fui un peligro solo soy un padre trabajador que ama el ejercicio del periodismo”, agregó.

    Guevara era el único periodista detenido en Estados Unidos, donde estuvo bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) por más de 100 días, y ninguno de los recursos legales que presentaron sus abogados y la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) sirvieron para detener su expulsión, catalogada como un ataque a la libertad de prensa y una «injusticia» por parte de activistas, abogados y su familia.

    En busca de asilo

    Guevara comenzó su trabajo periodístico en El Salvador en el Diario Colatino y en La Prensa Gráfica como fotoperiodista, pero en 2004 se vio obligado a dejar su país por amenazas y emigró a Estados Unidos en busca de protección con su esposa y su hija mayor.

    Tras un demorado caso, en 2012 un juez le negó su petición de asilo, pero cerró su proceso de deportación administrativamente, lo que le permitió mantener su permiso de trabajo.

    Su enfoque en los reportajes en temas migratorios le permitieron ascender rápidamente en su trabajo en Atlanta para medios como Mundo Hispánico, donde ingresó en 2007 y con el que fue nominado al premio Emmy.

    Su mayor éxito ha sido en las redes sociales, donde con sus reportes logró acumular más de 700,000  seguidores en su página personal de Facebook, desde la que impulsó su canal MG News, con el que ha extendido su labor con reportajes a El Salvador y coberturas de deportes.

    Foto de archivo del periodista Mario Guevara.EFE/ERIK S. LESSER

    Su trabajo llamó la atención del periódico The New York Times, que en 2019 publicó un documental, estrenado en el Festival de Tribeca, sobre su trabajo dedicado a reportar las redadas migratorias.

    Guevara también protagonizó un artículo de The Columbia Journalism Review, una publicación académica dedicada al periodismo, que en 2019 examinó el trabajo de Guevara.

    El salvadoreño también ha estado en medio de la polémica por acompañar a las policiales locales en operativos, además de apoyar a políticos republicanos y ser un fuerte detractor de líderes demócratas, como el expresidente Joe Biden (2021-2025) y la candidatura de Kamala Harris.

    La Agencia Europea de Fotografía de Prensa este año también le dedicó un reportaje. En todas las entrevistas Guevara defendía estar protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU.

    Sin embargo, ese derecho parece haber sido violado, según defensores de periodistas, cuando fue detenido el pasado 14 de junio mientras cubría para su canal MG News una protesta en un suburbio de Atlanta contra el presidente Trump, por cargos menores de obstrucción, a pesar de que estaba plenamente identificado como prensa.

    Aunque los cargos fueron desestimados, la policía lo entregó a ICE que se propuso reabrir su caso y no considerar una petición de ajuste de estatus sometida por su hijo Oscar Guevara, nacido en Estados Unidos, y quien depende de él por una enfermedad cerebral.

    Lea también: APES reporta 43 periodistas salvadoreños exiliados este año, el 85 % tenía miedo a una posible captura

    El héroe local

    Las redes personales del salvadoreño como las de MG News acumulan este viernes cientos de mensajes y de visualizaciones en las que consideran a Guevara como un héroe local y “una víctima” más del Gobierno de Trump.

    Mientras las más importantes organizaciones de defensa de los derechos civiles catalogan su deportación como un hecho “devastador” para la libertad de prensa. Un mensaje similar ha expresado su familia, compuesta por su esposa, sus tres hijos, y su progenitora, que residen en Atlanta.

    En una carta escrita cuando cumplió 100 días de reclusión, Guevara aseguró que se marchaba “con la frente en alto”, y convencido que su deportación ocurrió por ejercer su labor periodística y no por cometer crímenes.

    “Eso sí, me voy con el corazón destrozado y mi dignidad pisoteada, pues he sido humillado tanto por autoridades federales como locales y creo que no lo merezco», escribió el salvadoreño, quien avisó que seguirá con su canal de noticias.

  • CPJ denuncia deportación de periodista salvadoreño Mario Guevara como ataque a la prensa en EE.UU.

    CPJ denuncia deportación de periodista salvadoreño Mario Guevara como ataque a la prensa en EE.UU.

    El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, calificó este viernes como “una erosión vergonzosa” de la libertad de prensa en Estados Unidos la deportación del periodista salvadoreño Mario Guevara.

    La organización advirtió que es la primera vez que documenta represalias de este tipo vinculadas directamente al trabajo informativo. “La deportación de Mario Guevara es una señal preocupante del deterioro de la libertad de prensa bajo la Administración (del presidente Donald) Trump”, declaró Katherine Jacobsen, coordinadora del Programa de Estados Unidos, Canadá y el Caribe del CPJ.

    Guevara, de 48 años, llegó este viernes a El Salvador tras pasar más de tres meses en un centro de detención. Aunque fue exonerado de los cargos que enfrentaba, su arresto se produjo mientras cubría una protesta contra el presidente Trump y las redadas migratorias. El periodista no pudo despedirse de su esposa, sus tres hijos ni de su madre, quienes permanecen en Atlanta, Georgia.

    Jacobsen recalcó que “no se trata de un caso de inmigración simple como las autoridades quieren hacer creer”, subrayando que la detención obedeció a represalias por su trabajo periodístico. Durante su reclusión, el gobierno alegó que sus transmisiones en vivo para su canal MG News en Facebook representaban un riesgo para la labor policial.

    La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) también condenó el hecho y lo calificó como un ataque directo a la Primera Enmienda. Por su parte, la organización Voto Latino afirmó que la deportación “refleja un patrón preocupante” de hostigamiento contra periodistas en la administración Trump.

    “Si los periodistas pueden ser silenciados o deportados por sus reportajes, todos corremos riesgo, especialmente las comunidades inmigrantes que dependen de voces como la de Mario para amplificar sus historias”, advirtió Voto Latino.

  • EE.UU. deporta al periodista salvadoreño Mario Guevara tras larga detención migratoria

    EE.UU. deporta al periodista salvadoreño Mario Guevara tras larga detención migratoria

    El periodista salvadoreño Mario Guevara fue deportado este viernes, tras haber pasado más de tres meses en un centro de detención en Georgia (EE.UU.), pese a haber sido exonerado de todos los cargos derivados de su arresto mientras cubría una protesta contra el presidente Donald Trump y las redadas migratorias.

    Así lo confirmó a EFE el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

    Antes de su deportación, el reportero fue trasladado desde el Centro de Procesamiento del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Folkston (Georgia) -donde estuvo recluido por más de 100 días, cerca de la ciudad de Jacksonville (Florida)-a un centro de detención en Luisiana, sin tener la oportunidad de despedirse de su familia.

    «Estamos devastados, pero por lo menos no está muerto, y eso es lo único que nos da esperanza», dijo Óscar Guevara, hijo del comunicador, horas antes de su deportación, en un video publicado en las redes sociales.

    El reportero, quien cubría los operativos de inmigración en vivo, recibió un duro revés el pasado 19 de septiembre, cuando la Junta de Apelaciones de Inmigración emitió una orden de deportación y el miércoles, la Corte Federal de Apelaciones del Undécimo Distrito negó la petición de suspender su repatriación.

     

    «Expulsado del país que amo»

    Desde su detención, el 14 de junio, el fundador del medio digital MGNews, con cientos miles de seguidores en redes sociales, estuvo la mayor parte del tiempo preso en el Centro de Procesamiento de ICE en Folkston, en una diminuta celda, según ICE, por ser una «figura pública» y no por castigo.

    En una carta escrita a mano y publicada al cumplir 100 días de encierro, el 21 de septiembre, Guevara dijo que estaba consciente de que lo expulsarían del país «al que tanto he amado y respetado durante más de dos décadas».

    «La vida no siempre es justa con uno. Si me deportan, me voy con la frente en alto, pues estoy convencido que será por ejercer mi labor periodística y no por cometer crímenes. Eso sí, me voy con el corazón destrozado y mi dignidad pisoteada, pues he sido humillado tanto por autoridades federales como locales y creo que no lo merezco», escribió el salvadoreño.

    El periodista ha reiterado que su encarcelamiento no es más que una represalia por su trabajo.

    Guevara llegó a Estados Unidos en 2004 y solicitó asilo un año después por amenazas que recibió mientras trabajaba en su natal El Salvador, donde era fotoperiodista en La Prensa Gráfica.

    Desde entonces se estableció con su familia en el área de Atlanta, donde laboró como reportero en medios como MundoHispánico, donde adquirió popularidad, hasta fundar hace un año su propia empresa periodística, MGNews.

    El comunicador ha sostenido que siempre vivió legalmente en Estados Unidos y estaba en proceso de obtener la residencia permanente mediante su hijo, quien es ciudadano estadounidense.

    «A mi familia le pido perdón por haberles causado tanto dolor con mis imprudencias laborales. También a la Justicia de Estados Unidos porque violé algunas de sus reglas de tránsito, pero nunca fue con malas intenciones ni de mal corazón», lamentó Guevara en la misiva.

    Organizaciones nacionales como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), que han abogado por la liberación de Guevara, sostienen que su detención constituyó una grave violación de sus derechos.

    «La deportación del señor Guevara marca un día triste en Georgia, donde se ignora el Estado de derecho debido a una política cruel e injusta», declaró Andrés López-Delgado, abogado principal de la ACLU de Georgia.

    El Gobierno de Trump mantuvo a Guevara «detenido ilegalmente» debido a sus reportajes sobre actividades de las fuerzas del orden, aseguró, por su parte, Scarlet Kim, abogada principal del Proyecto de Discurso, Privacidad y Tecnología de la ACLU.

    «Su deportación es un resultado devastador y trágico para un padre y un reconocido periodista», agregó.

  • Corte Federal de EE.UU. niega petición de periodista salvadoreño Mario Guevara y está a punto ser deportado

    Corte Federal de EE.UU. niega petición de periodista salvadoreño Mario Guevara y está a punto ser deportado

    El salvadoreño Mario Guevara, periodista radicado en Estados Unidos, se encuentra al borde de la deportación después de que la Corte Federal de Apelaciones del 11.º circuito denegara, este jueves, su recurso de urgencia para suspender la orden de expulsión, según reveló un familiar del comunicador para el medio de comunicación estadounidense Telemundo Atlanta.

    “Dijeron que en cualquier momento se lo pueden llevar”, relató a Telemundo Atlanta un familiar del comunicador.

    De igual manera, otros medios de comunicación como CNN también divulgaron que Guevara podría ser deportado en las próximas horas.

    La decisión judicial fue emitida poco antes de la medianoche y madrugada de este jueves y dejó sin opciones inmediatas a Guevara, detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) desde el 14 de junio. 

    La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles ACLU, organización que ha defendido su caso, advirtió que la deportación podría ejecutarse en cualquier instante, reveló Telemundo.

    Guevara fue arrestado en junio de 2025 mientras daba cobertura a una manifestación contra los operativos migratorios. Aunque los cargos locales en su contra fueron retirados, continuó bajo custodia de ICE.

    La Junta de Apelaciones de Inmigración, órgano adscrito al Departamento de Justicia de EE.UU., ratificó el mes pasado la orden de deportación. Según el Gobierno estadounidense, el comunicador carece de residencia permanente; no obstante, sus abogados aseguran que contaba con autorización laboral.

  • Reporteros Sin Fronteras y el Comité de Protección a Periodistas piden frenar deportación de periodista salvadoreño en EE.UU.

    Reporteros Sin Fronteras y el Comité de Protección a Periodistas piden frenar deportación de periodista salvadoreño en EE.UU.

    Reporteros Sin Fronteras (RSF) y el Comité de Protección a Periodistas (CPJ) solicitaron este viernes a una corte federal detener la deportación del periodista salvadoreño Mario Guevara, quien lleva más de 100 días detenido tras cubrir protestas contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

    El recurso legal, presentado como amicus curiae ante la Corte del Distrito Sur de Georgia, busca que Guevara sea liberado de forma inmediata, en un caso que ha encendido las alarmas de organizaciones que defienden la libertad de prensa.

    “Para ponerlo llanamente, a los agentes de seguridad les disgustaba el reporteo de Guevara sobre su conducta, así que lo detuvieron. A pesar de una orden de un juez migratorio para liberarlo bajo fianza, el Gobierno ha buscado mantenerlo detenido”, señala el documento judicial.

    El comunicador fue arrestado el 14 de junio en Georgia mientras transmitía en vivo para su canal MG News una protesta del movimiento No Kings contra Trump y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Aunque los cargos menores que enfrentaba fueron desestimados, el proceso de deportación continúa abierto pese a que Guevara reside en EE.UU. desde 2004 y es padre de hijos ciudadanos estadounidenses.

    Organizaciones como Free Press, The Freedom of the Press Foundation y PEN America se sumaron a la petición, advirtiendo que el caso “tiene profundas implicaciones” para el ejercicio periodístico.

    “La detención y posible deportación del amado periodista Mario Guevara es tan legalmente injusta como una señal del proyecto de censura de la Administración Trump para castigar la libertad de expresión y disenso”, expresó Nora Benavidez, directora de justicia digital de Free Press.

    La Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) falló recientemente en contra de Guevara, reabriendo un proceso de deportación suspendido desde 2012, cuando perdió un caso de asilo. “El argumento del Gobierno, que Guevara representa un peligro por su transmisión en vivo de actividad de los agentes de la ley, crea un dañino marco para ir detrás de otros periodistas, así como de cualquier otro individuo que transmita en vivo”, advirtió Katherine Jacobsen, coordinadora del CPJ para Estados Unidos, Canadá y el Caribe.

    El futuro del comunicador, que cuenta con más de 700,000 seguidores en redes y es referente en temas migratorios, dependerá ahora de la decisión de un tribunal federal que podría detener o confirmar su deportación.

     

  • Periodista Mario Guevara tras 100 días detenido en EEUU: “Si me deportan, me voy con la frente en alto”

    Periodista Mario Guevara tras 100 días detenido en EEUU: “Si me deportan, me voy con la frente en alto”

    Tras cumplir 100 días detenido en una cárcel migratoria de Georgia, el periodista salvadoreño Mario Guevara escribió una emotiva carta dirigida a la comunidad latina en Estados Unidos, en la que reafirma su dignidad y compromiso profesional, mientras enfrenta una posible deportación a El Salvador.

    “Si me deportan, me voy con la frente en alto”, afirmó Guevara desde el centro de detención, asegurando que su única falta ha sido ejercer su labor periodística, no cometer delitos.

    En su carta escrita a mano, el periodista lamentó haber sido tratado como delincuente durante más de tres meses.

    “He sido humillado tanto por autoridades federales como locales… pero todos mis seres amados saben que todo ha sido por mi pasión al trabajo”, escribió Guevara.

    Criticó la política migratoria de EE. UU. al decir que el lema de libertad y justicia para todos es “una falacia” cuando se trata de inmigrantes.

    “Dios permita que un día no muy lejano el amor supere el odio racial que divide a esta bella nación”, añadió.

    También agradeció el apoyo de su comunidad, de los seguidores de su canal MG News, y pidió perdón a su familia por el dolor que su situación ha causado.

    El arresto: transmisión en vivo de una protesta

    Guevara fue arrestado el 14 de junio mientras cubría una protesta contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el condado de DeKalb, Georgia. Aunque portaba un chaleco con la palabra PRESS y se identificó ante la policía diciendo “I’m a member of the media, officer”, fue detenido.

    Los fiscales desestimaron los cargos presentados —obstrucción, reunión ilegal e ingreso indebido a la vía pública—, pero el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lo mantuvo en custodia. Días después, enfrentó cargos por conducción imprudente en otro condado, que también fueron desestimados.

    Mario Guevara reside en EE. UU. desde 2004, cuando huyó de El Salvador tras ser víctima de persecución por su trabajo periodístico. Ha trabajado en medios como Mundo Hispánico y fundó el canal digital MG News. En 2012, un juez rechazó su solicitud de asilo, pero el caso quedó cerrado administrativamente.

    Este año, la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) reabrió su caso y denegó su liberación bajo fianza, incluso cuando su defensa solicitó que el proceso regresara al juez original para optar a una residencia permanente, al ser padre de ciudadanos estadounidenses y tener una visa en trámite.

    “Él no tiene antecedentes criminales en 20 años y tiene buena reputación entre medios y autoridades”, explicó su abogado Giovanni Díaz. La ACLU ha presentado un habeas corpus y una moción de emergencia para frenar su expulsión, que podría ejecutarse en cualquier momento.

  • La familia del periodista salvadoreño Mario Guevara pide frenar su deportación tras 100 días detenido

    La familia del periodista salvadoreño Mario Guevara pide frenar su deportación tras 100 días detenido

    La familia del periodista salvadoreño Mario Guevara expresó su creciente preocupación por el prolongado encarcelamiento del comunicador, quien ya cumplió más de 100 días detenido en un centro migratorio de Estados Unidos, tras su arresto el 14 de junio.

    “Nos duele el corazón cada día que pasa lejos de nosotros”, dijo su hijo, Óscar Guevara, durante una conferencia de prensa ofrecida junto a los abogados defensores, quienes advirtieron que la deportación del periodista podría ejecutarse en cualquier momento.

    Scarlet Kim, abogada principal del Proyecto de Privacidad de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), advirtió que solo una orden judicial federal puede impedir su expulsión inmediata del país.

    La Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) reabrió un antiguo proceso de deportación de Guevara que había sido suspendido desde 2012, tras perder un caso de asilo.

    Además, la BIA rechazó una solicitud de ajuste de estatus migratorio presentada por sus abogados, a pesar de que el periodista es padre de un ciudadano estadounidense que depende de él para recibir atención médica a largo plazo. También negó su liberación bajo fianza, lo que le impide luchar su caso en libertad.

    Críticas por sesgo político en el sistema migratorio

    Giovanni Díaz, abogado de inmigración de Guevara, expresó su sorpresa por el fallo adverso, señalando que contradice resoluciones anteriores donde se favorecía a migrantes con posibilidades reales de obtener un alivio migratorio.

    “Desafortunadamente, este caso parece resaltar otra tendencia: la BIA y los tribunales migratorios están políticamente comprometidos”, subrayó. Díaz.

    La decisión también contradice una orden previa de un juez de inmigración que había autorizado la liberación del periodista.

    Mario Guevara, quien reside en Estados Unidos desde 2004 y tiene tres hijos (dos de ellos ciudadanos estadounidenses), fue arrestado mientras cubría una protesta del movimiento “No Kings” en Georgia. Aunque se encontraba debidamente identificado como periodista del canal MG News, fue detenido por cargos menores.

    La abogada Kim calificó el arresto como una violación a la Primera Enmienda de la Constitución, que protege la libertad de prensa. En respuesta, la ACLU presentó una solicitud de habeas corpus para denunciar la ilegalidad de su detención prolongada y ha pedido una moción de emergencia para frenar su deportación a El Salvador.

     

  • Corte de Apelaciones de EEUU ordena la deportación del periodista salvadoreño Mario Guevara

    Corte de Apelaciones de EEUU ordena la deportación del periodista salvadoreño Mario Guevara

    La Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) ordenó este viernes la deportación del periodista salvadoreño Mario Guevara, quien permanece en una cárcel migratoria en Georgia desde hace tres meses, tras ser arrestado mientras cubría una protesta contra el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

    La resolución contradice un fallo previo de un juez de inmigración que había ordenado la liberación del reportero. Sin embargo, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) se negó a acatar la medida, alegando que Guevara representa un “peligro para la comunidad” por transmitir en vivo e informar sobre redadas migratorias.

    La junta decidió reabrir el proceso migratorio de Guevara, que llevaba 13 años en trámite, y dispuso su regreso a El Salvador. La decisión fue criticada de inmediato por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).

    “El señor Guevara ni siquiera debería estar en detención migratoria, pero el gobierno lo ha mantenido allí durante meses debido a sus cruciales reportajes sobre la actividad policial”, denunció en un comunicado Scarlet Kim, abogada principal del Proyecto de Discurso, Privacidad y Tecnología de la ACLU.

    La organización advirtió que la apelación de la defensa del periodista fue desestimada por la BIA como “irrelevante” y denunció que la junta aceptó la moción del Gobierno Trump para reabrir el caso.

    Trayectoria y situación familiar

    Guevara vive en Estados Unidos desde 2004 y es padre de tres hijos, dos de ellos ciudadanos estadounidenses. Uno de sus hijos depende de él para recibir atención médica de largo plazo, lo que hace más delicada su situación.

    El pasado 14 de junio, el periodista fue arrestado en Doraville (Georgia) mientras cubría una protesta del movimiento No Kings para su canal MG News, pese a estar identificado como miembro de la prensa. Aunque enfrentó cargos menores en dos condados, todos fueron desestimados, pero su proceso migratorio continuó.

    “Si el señor Guevara es deportado, será un resultado devastador para un periodista cuya detención inicial constituyó una grave violación de sus derechos”, afirmó Cory Isaacson, director legal de la ACLU en Georgia.

    La organización presentó un habeas corpus el mes pasado, alegando que la detención del comunicador es ilegal. Este viernes, la ACLU solicitó al tribunal federal una moción de emergencia para detener la expulsión del reportero salvadoreño.