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  • A 50 años de masacre estudiantil, testigo aún espera que "en algún momento logremos justicia"

    A 50 años de masacre estudiantil, testigo aún espera que «en algún momento logremos justicia»

    Mirna Perla recuerda y relata, 50 años después, lo sucedido aquel miércoles 30 de julio de 1975, cuando un grupo de unos 100 estudiantes universitarios y de secundaria fueron interceptados, atacados y asesinados por agentes de Seguridad del Estado salvadoreño por manifestarse en contra de una intervención militar en una de las sedes de la estatal Universidad de El Salvador (UES).

    El 30 de julio de 1975, por orden del entonces ministro de Defensa, Carlos Humberto Romero, el Ejército reprimió violentamente una marcha organizada por estudiantes de la UES que fue acompañada por alumnos de secundaria de institutos públicos de educación.

    La represión militar, efectuada con gases lacrimógenos y armas de fuego, se saldó con un número de estudiantes muertos y desaparecidos no contabilizados hasta la fecha, debido a que los agentes de seguridad bloquearon el paso al lugar, recogieron los cuerpos y limpiaron la sangre, según declararon algunos testigos de los hechos.

    Sin embargo, investigaciones efectuadas posteriormente por observadores internacionales y organizaciones de derechos humanos señalan que, aunque la cifra exacta de fallecidos se desconoce, fueron alrededor de 100 personas las que se contabilizaron como muertas y desaparecidas.

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    Este hecho, que fue perpetrado a las puertas de la guerra civil salvadoreña (1980-1992), no ha sido investigado por las autoridades correspondientes, por lo que aún continúa en la impunidad.

    En defensa de la UES

    Mirna Perla, graduada en 1982 de Jurisprudencia de la UES, fue en su época de estudiante universitaria una mujer organizada en movimientos de izquierda en defensa de la autonomía de la UES, la única universidad pública del país.

    Sentada en una de las banquetas frente a la entrada de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Mirna describe en una charla con EFE que ese día, 30 de julio de 1975, amaneció en su casa de estudios, ya que junto a otros compañeros organizados tomaron la decisión de marchar en protesta por la intervención militar en la sede de la ciudad de Santa Ana (este), en la zona occidental del país.

    «La dictadura militar de (Arturo Armando -presidente en ese momento-) Molina iba como en escalada, robándonos los espacios», señala la abogada que se desempeñó como jueza y magistrada suplente de la Corte Suprema de Justicia entre 2001 y 2002.

    Relata que «ese día (30 de julio) habíamos tomado la decisión, después de discutir 24 horas seguidas si salir a la calle o no por la situación de peligro, de riesgo, de amenaza latente que había, de salir para manifestarnos pacíficamente».

    «Ese día sobrevolaron avionetas tirando panfletos con amenazas (…) Sabíamos que estaba en peligro nuestra vida, nuestra libertad», dice.

    A las 13:00 hora local, recuerda, ella y sus compañeros ultimaban los detalles de la marcha, «a pesar de las amenazas» del coronel Romero.

    «Salimos con la idea que efectivamente nos iban a reprimir. Esperábamos que no fuera tan drástica la represión», apunta.

    Mirna recuerda que a la marcha se sumaron estudiantes de secundaria organizados de institutos públicos de la zona de San Salvador. Por lo que, «aproximadamente, salimos más o menos 2,000 personas».

    La caminata, que salió de una de las entradas de la sede central de la UES, se dirigió por una de las principales de San Salvador y el plan era llegar al histórico Parque Cuscatlán y luego continuar hasta concluir en la emblemática Plaza Libertad, en el corazón de la capital.

    Sin embargo, a medio camino -cerca de las 16:30 hora local- el grupo de 100 estudiantes fueron interceptados, acorralados con tanquetas y atacados a tiros por militares. Mirna quedó en medio del tiroteo.

    Esta fotografía de horas después de la masacre se publicó en la edición del 31 de julio de 1975 de Diario El Mundo con esta descripción: “Momentos después de los graves sucesos registrados ayer tarde en las inmediaciones del ISSS, nuestros fotógrafos captaron estas escenas en que se ve a grupos de jóvenes comentando los hechos de que muchos de ellos fueron testigos”. / Archivo DEM

    Saltar para sobrevivir

    De acuerdo con Mirna, «unas 500 personas quedamos atrapadas en el ataque».

    Para sobrevivir a la arremetida militar, la abogada saltó desde un paso desnivel. Cayendo en la calle e inmediatamente quedando inconsciente por el impacto y por los efectos del gas lacrimógeno.

    Mirna se quebró la rótula de la pierna izquierda en tres pedazos. «No sé cómo caí, estaba muy afectada por los gases y nerviosa e indignada porque era terrible esa agresión ante una marcha pacífica», relata.

    «Caigo, pierdo la conciencia. Cuando vuelvo a adquirir conciencia trato de salir corriendo, sin lograrlo y en el momento no me quedó más que resignarme», reseña.

    Narra que unos compañeros lograron rescatarla del lugar y la llevaron a un taller mecánico para vehículos, y «ahí  me metieron los compañeros debajo de la cama de un camión que estaban arreglando» a la espera de que acabara la balacera.

    Acabado el tiroteo, Mirna fue llevada a un hospital para ser atendida y comenzar su recuperación.

    Crimen de lesa humanidad

    Para la hoy abogada, aquel hecho del 30 de julio constituye un crimen de lesa humanidad y lamenta que aún continúe en la impunidad.

    «Esperamos que algún momento logremos justicia», dice.

    En 2018, la letrada, con el apoyo del Instituto de Derechos Humanos de la jesuita Universidad Centroamericana (Idhuca) y la hermana de una de las víctimas desaparecidas, presentó una denuncia formal ante la Fiscalía General, pero, hasta el momento, los hechos no han sido investigados.

    Las víctimas entran en la categoría de desaparecidos, ya que no se ha dado con el paradero de sus cuerpos.

     

  • Invitan al evento artístico-cultural Aguante Fest en la Universidad de El Salvador

    Invitan al evento artístico-cultural Aguante Fest en la Universidad de El Salvador

    La organización Fuerza Estudiantil Salvadoreña conmemorará este martes 29 de julio el 50 aniversario de la masacre del 30 de julio de 1975, con el festival artístico-cultural Aguante Fest, en el Auditorio 4 de la Facultad de Ciencias y Humanidades, de la Universidad de El Salvador (UES), con un programa bajo el lema: «A 50 años del 30 de julio; memoria del ayer y ahora».

    El objetivo es honrar a los héroes y mártires estudiantiles que ofrendaron sus vidas en defensa de la autonomía universitaria y de los derechos del pueblo salvadoreño con una marcha que partió de la universidad hacia la Plaza Libertad, luego de que el gobierno del coronel Arturo Armando Molina ordenara la intervención militar del Centro Universitario de Occidente, el 25 de julio de 1975.

    Como forma de protesta, estudiantes universitarios y de secundaria organizaron una movilización que terminó en tragedia, cuando los cuerpos de seguridad abrieron fuego contra la marcha pacífica. La masacre ocurrió en las inmediaciones del puente a dos niveles, sobre la 25 Avenida Norte, actualmente denominada Calle Mártires del 30 de Julio.

    La jornada del Aguante Fest incluirá múltiples intervenciones de artista salvadoreños, con presentaciones musicales, poéticas y teatrales que se prolongarán hasta las 5:40 p.m. de acuerdo con el programa oficial.

    Por otra parte, hoy lunes la UES celebrará un encuentro musical con la participación de un ex integrante del Quinteto Tiempo (Argentina) y cantautores mexicanos, quienes se presentarán en el auditorio de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente a las 10:00 a.m. Esta actividad se replicará mañana martes a la misma hora, en el auditorio de la Facultad Multidisciplinaria de Oriente.

    Además, este miércoles 30 a las 9:30 a.m., en el Teatro Universitario Edmundo Barbero, de la UES central, se tendrá un conversatorio sobre la masacre histórica organizado por estudiantes de Historia. A las 10:30 a.m., se develará el mural en el mismo teatro, seguido de una marcha, colocación de ofrenda floral y una obra de teatro en la Facultad de Ciencias y Humanidades a partir de las 2:00 p.m.

    La jornada culminará con una vigilia conmemorativa en el Teatro Universitario, a las 7:00 p.m., con la participación musical de cantautores mexicanos

  • Estudiantes de la UES convocan a la marcha del 30 de julio a 50 años de la masacre estudiantil

    Estudiantes de la UES convocan a la marcha del 30 de julio a 50 años de la masacre estudiantil

    Estudiantes de la Universidad de El Salvador (UES), aglutinados en la Coordinación Estudiantil 30 de julio junto a otros colectivos universitarios, convocaron este lunes a la marcha para conmemorar el 50 aniversario de la masacre estudiantil del 30 de julio de 1975.

    La movilización está programada para iniciar a las 12:00 del mediodía, desde la entrada de la Facultad de Ciencias y Humanidades, ubicada frente a las oficinas de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), y hará su recorrido sobre la 25 avenida Norte, de San Salvador hasta llegar a las inmediaciones del Hospital Rosales, donde varios estudiantes fueron asesinados hace medio siglo.

    El 30 de julio de 1975 cientos de estudiantes de la UES fueron intervenidos y asesinados por el ejército nacional mientras realizaban una protesta pacifica por las calles de la ciudad capital.

    El ataque sucedió en horas de la tarde sobre la 25 avenida Norte, cerca del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y del hospital Rosales. La protesta se organizó debido a que cinco días antes, un desfile bufo del Centro Universitario de Occidente fue reprimido por el Ejército. Ese día, los universitarios pedían respeto al coronel Arturo Armando Molina, que ganó las elecciones de 1972.

    A 50 años de aquel trágico suceso, las nuevas generaciones de estudiantes rinden homenaje a las víctimas y reafirman su compromiso con la memoria histórica y la defensa de los derechos estudiantiles.

    «Ese 30 de julio marcó un antes y un después en la historia del movimiento estudiantil. Hoy, medio siglo después, seguimos honrando su lucha, su vida y su memoria. Después de la masacre, madres valientes se organizaron para exigir justicia por sus hijos e hijas desaparecidas y asesinadas», expresó Andrea Hernández, estudiante de la carrera de Psicología.