El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras dio inicio este jueves al escrutinio especial de 2,792 actas electorales con inconsistencias, un proceso clave para definir al próximo presidente tras las elecciones generales celebradas el pasado 30 de noviembre, marcadas por una estrecha diferencia entre los dos principales candidatos conservadores.
El recuento comenzó a las 15:40 hora local (21:40 GMT), luego de múltiples aplazamientos desde el 13 de diciembre por dificultades logísticas, la falta de representantes partidarios en las mesas de verificación y problemas en los sistemas tecnológicos del ente electoral.
La disputa presidencial se mantiene reñida entre Nasry «Tito» Asfura, del oficialista Partido Nacional, quien lidera con el 40.54 % de los votos, y Salvador Nasralla, del Partido Liberal, que suma el 39.19 %, de acuerdo con el conteo del 99.8 % de las actas procesadas. Asfura cuenta con respaldo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mientras Nasralla ha denunciado presuntas irregularidades.
Observación internacional y controversia legal
El proceso se desarrolla con observadores nacionales e internacionales y bajo la supervisión de 150 mesas receptoras, operando en dos turnos diarios de 12 horas. Cada partido acreditó a 400 delegados para participar en el conteo, confirmó la presidenta del CNE, Ana Paola Hall, a través de la red social X.
El escrutinio arrancó con la verificación de actas provenientes de La Ceiba, en la región caribeña del país. Aunque no se ha fijado una fecha para su conclusión, el CNE tiene hasta el 30 de diciembre para emitir los resultados oficiales.
Nasralla aceptó la revisión de las 2,792 actas, que representan alrededor de 500,000 votos, pero exige que el CNE autorice además una revisión «voto por voto» de otras 8,084 actas. Esta demanda ha sido respaldada también por el partido Libertad y Refundación (Libre), cuya candidata Rixi Moncada ocupa el tercer lugar con el 19.29 % de los sufragios.
El CNE rechaza recuento total
El CNE ha rechazado realizar un recuento total, argumentando que la Ley Electoral hondureña no contempla el «voto por voto» sin una causal específica, y advirtiendo que abrir esa vía a nivel presidencial podría derivar en revisiones en todos los niveles, “desnaturalizando el sistema de escrutinio” establecido.
En medio de la tensión electoral, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, declaró que reconocerá los resultados oficiales emitidos por el CNE y que el traspaso de mando se efectuará de forma pacífica el próximo 27 de enero de 2026.









