El exdiplomático norcoreano Lee Il-kyu, quien desertó hace dos años y reside actualmente en Corea del Sur, denunció que el régimen de Pionyang utiliza sus embajadas en América Latina para fines que van mucho más allá de la diplomacia. Según sus declaraciones a la agencia EFE, estas misiones funcionan como plataformas de influencia política, espionaje y contrabando, en un intento por evadir las sanciones internacionales y obtener fondos alternativos.
Lee, nacido en 1972 y exconsejero político de la embajada norcoreana en Cuba, aseguró que la presencia de Corea del Norte en la región busca captar aliados, especialmente entre gobiernos o partidos de izquierda que han sido criticados por Occidente en materia de derechos humanos.
«Corea del Norte está prácticamente aislada, pero coopera con países afines para resistir sanciones y ganar legitimidad internacional», explicó.
Entre los países clave para la estrategia norcoreana en América Latina mencionó a Cuba, Venezuela y México, este último por su cercanía con Estados Unidos, lo que lo convierte en un punto estratégico para el envío de agentes de inteligencia.
«Corea del Norte tiene muchos espías que actúan bajo el título de diplomáticos», reveló Lee. Aunque evitó dar detalles específicos, indicó que existen casos documentados de infiltración en Estados Unidos a través de terceros países.
Además, destacó que las embajadas son utilizadas para actividades de inteligencia y que el régimen mantiene influencia en movimientos políticos de izquierda como el Partido del Trabajo de México, entre otros grupos con presencia minoritaria en América Latina.
Contrabando con valijas diplomáticas
Lee también afirmó que los diplomáticos norcoreanos recurren habitualmente al contrabando para obtener ingresos extra, debido a que sus salarios son insuficientes para cubrir el costo de vida en los países donde son asignados.
«Todos están metidos en esos negocios», dijo, señalando que aprovechan la inviolabilidad de las valijas diplomáticaspara transportar productos como habanos desde Cuba, los cuales compran a $50 la caja y venden hasta en $1,000 en el exterior.
Pese al rígido control del régimen de Kim Jong-un, los diplomáticos en el extranjero tienen mayor margen de movimiento, aseguró Lee. Forman amistades, consumen contenidos prohibidos como música surcoreana e incluso critican en privado al gobierno que representan.
Lee Il-kyu recibió en 2016 la «Condecoración Kim Jong-un» por su rol en la recuperación del buque Chong Chon Gang, incautado en Panamá con armas ocultas, y en 2018 encabezó el comité de recepción para el presidente cubano Miguel Díaz-Canel durante su bvisita oficial a Pionyang.
Sin embargo, decidió desertar buscando libertad y un futuro mejor para su familia. Su historia está recogida en sus memorias tituladas «El Kim Jong-un que yo vi», publicadas este año en Japón, con próximas ediciones en español e inglés.
“En Corea del Sur puedo elegir mi vida. Aquí, al menos, no tengo miedo de morir de hambre”, concluyó.

