El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, realizará una gira por Europa que incluirá su participación en el Foro Global Gateway, organizado por la Comisión Europea (CE), y una audiencia privada con el papa León XIV el próximo sábado 11 de octubre en la Ciudad del Vaticano.
El secretario de Comunicación Social de la Presidencia, Santiago Palomo, informó este lunes que Arévalo intervendrá en el foro el miércoles en Bruselas, Bélgica, donde se abordarán estrategias para fortalecer la cooperación y la inversión entre Europa y América Latina.
El evento fue anunciado recientemente en Nueva York, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con quien Arévalo mantuvo una reunión bilateral. Según Palomo, el mandatario guatemalteco aprovechará la cita para sostener encuentros con líderes empresariales, banqueros y jefes de Estado europeos y latinoamericanos.
“Se sostendrán importantes reuniones con jefes de Estado y la presidenta de la Comisión Europea”, destacó el portavoz presidencial, al subrayar que la agenda de Arévalo busca atraer nuevas inversiones para Guatemala.
El jueves y viernes, el mandatario participará en mesas de trabajo centradas en oportunidades de inversión y cooperación económica, donde presentará proyectos estratégicos de su gobierno en áreas como energía, infraestructura y desarrollo sostenible.
Finalizada su participación en Bruselas, Arévalo viajará a El Vaticano, donde será recibido en audiencia privada por el papa León XIV. La reunión, prevista para el sábado, forma parte de la primera gira oficial del presidente guatemalteco por Europa desde que asumió el cargo en enero de 2024.
Palomo no precisó qué funcionarios acompañarán al jefe de Estado en su visita a Bélgica ni en su encuentro con el Sumo Pontífice, aunque aseguró que se trata de un viaje de “alto interés diplomático y de cooperación internacional”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este martes que Ucrania, con el respaldo de la Unión Europea, tiene la capacidad de recuperar todos los territorios ocupados por Rusia. La declaración supone un giro en su postura, tras meses intentando mediar para alcanzar un acuerdo de paz entre Kiev y Moscú.
“Ucrania tiene un gran espíritu y cada vez mejor. Ucrania podrá recuperar su país en su forma original y, quién sabe, ¡quizás incluso ir más allá!”, escribió el mandatario en la red Truth Social. Trump añadió que el Kremlin enfrenta una crisis económica severa y que “este es el momento de que Ucrania actúe”.
Las declaraciones se produjeron después de que Trump se reuniera en Nueva York, durante la Asamblea General de la ONU, con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El líder republicano admitió haber comprendido mejor la situación tras esos encuentros y sostuvo que “las fronteras originales desde donde comenzó esta guerra son una opción viable”.
Durante el encuentro, Trump también respaldó la posibilidad de que los países de la OTAN derriben aviones rusos si violan su espacio aéreo, como ha ocurrido recientemente en Polonia, Rumanía y Estonia.
“Sí, sí lo creo”, respondió al ser cuestionado por la prensa. Aunque no fue claro sobre si EE.UU. participaría directamente, reiteró que “apoyamos a la OTAN” y destacó el aumento en el gasto militar de los países miembros.
El presidente estadounidense sostuvo además que Rusia “lleva tres años y medio luchando sin rumbo en una guerra que una auténtica potencia militar debería haber ganado en menos de una semana”, lo que, a su juicio, convierte al régimen de Vladímir Putin en “un tigre de papel”.
También predijo un colapso interno en Rusia debido al descontento social y la escasez de combustible. “La economía rusa está en una situación terrible… se está desplomando”, concluyó.
Polonia denunció este martes múltiples violaciones a su espacio aéreo por parte de drones rusos durante un ataque dirigido contra objetivos en Ucrania, lo que obligó al cierre temporal del aeropuerto internacional de Varsovia. Las Fuerzas Armadas polacas confirmaron la incursión de más de 10 drones tipo Shahed y activaron un operativo para su identificación y neutralización.
“El espacio aéreo fue violado en repetidas ocasiones por objetos similares a drones”, indicó el Ejército polaco en un comunicado divulgado en su cuenta oficial en X. El incidente, considerado el más grave desde el inicio de la guerra en Ucrania, ha provocado una ola de solidaridad con Polonia por parte de los principales líderes de Europa y de la OTAN.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó el incidente como una “violación imprudente y sin precedentes del espacio aéreo polaco y europeo”.
Durante el Debate sobre el Estado de la Unión en el Parlamento Europeo, Von der Leyen anunció una ayuda de $6,000 millones para establecer una alianza de drones con Ucrania.
El presidente francés, Emmanuel Macron, condenó la “escalada imprudente” de Rusia, mientras que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, a pesar de mantener relaciones con el Kremlin, respaldó a Polonia y pidió negociaciones de paz. Orbán señaló que la agresión confirma los riesgos de vivir “bajo la sombra de la guerra”.
Polonia invoca el artículo 4 de la OTAN y pide consultas urgentes
Ante la gravedad del ataque, el primer ministro polaco, Donald Tusk, anunció ante el Parlamento la activación del artículo 4 del Tratado del Atlántico Norte, que permite a cualquier Estado miembro convocar consultas cuando su integridad territorial o seguridad esté amenazada.
El primer ministro Tusk instó a los aliados de la OTAN y la Unión Europea a no eludir responsabilidades. “Estamos lejos del flanco este, no es nuestra guerra… No, es una responsabilidad común de toda la OTAN y de toda la UE”, expresó, subrayando la necesidad de una respuesta conjunta.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, confirmó que el Consejo del Atlántico Norte ya debatió el tema tras la solicitud formal de Varsovia. “Lo ocurrido no es un incidente aislado”, advirtió, aunque evitó confirmar si fue un ataque deliberado.
Desde otros gobiernos europeos, como Países Bajos, Irlanda, Suecia, Italia, Dinamarca, Lituania y República Checa, también se alzaron voces de condena.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, prometió continuar apoyando la seguridad europea y buscar una “paz justa y duradera”. Por su parte, el jefe de Gobierno checo, Petr Fiala, afirmó que “el régimen de Putin amenaza sistemáticamente a toda Europa”.
Agentes de seguridad polacos inspeccionan el lugar donde cayó un dron ruso en Krzywowierzba-Kolonia, este de Polonia, el 10 de septiembre de 2025. EFE
Rusia niega responsabilidad: “no había objetivos en Polonia”
El Ministerio de Defensa de Rusia negó que sus drones hayan tenido como objetivo el territorio polaco y aseguró que el rango de vuelo de los artefactos no superaba los 700 kilómetros. Moscú expresó su disposición a dialogar con el Ministerio de Defensa de Polonia para esclarecer el hecho.
Pese a esa declaración, Varsovia presentó una protesta formal por lo que consideró una “provocación deliberada”. Las autoridades polacas confirmaron que los drones fueron derribados y resaltaron que la situación marca un cambio en el escenario político internacional.
Antecedentes: una serie de incidentes desde 2022
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Polonia ha enfrentado diversas amenazas aéreas. En noviembre de 2022, un misil ruso mató a dos personas en la frontera este; en abril de 2023, restos de un misil fueron hallados en Bydgoszcz; en diciembre de ese mismo año, otro misil fue detectado sin impactar el territorio. En agosto de 2024, un dron militar ruso explotó en un campo de maíz a 75 km de la frontera, mientras que varios globos y helicópteros bielorrusos también han cruzado el espacio aéreo polaco.
La acumulación de estos incidentes refuerza el temor de que la guerra se extienda más allá de Ucrania. El Reino Unido calificó la reciente incursión como “atroz y preocupante”. “Es una muestra clara de la indiferencia rusa por la paz”, advirtió el primer ministro británico, Keir Starmer.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, denunció este domingo que Rusia “se burla de la diplomacia, pisotea el derecho internacional y mata indiscriminadamente”, después de que Moscú lanzara uno de los ataques más masivos con drones y misiles contra Ucrania desde el inicio de la guerra.
“Anoche, Rusia lanzó uno de los mayores ataques contra Ucrania, dirigidos tanto a edificios gubernamentales como a viviendas civiles. Una vez más, el Kremlin demuestra su desprecio por la diplomacia y por la vida humana”, afirmó Von der Leyen en un mensaje en redes sociales.
La líder europea aseguró que “Europa apoya plenamente a Ucrania” y reiteró que la UE seguirá reforzando sus fuerzas armadas, creando garantías de seguridad duraderas y endureciendo las sanciones contra Rusia.
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, también condenó la ofensiva y criticó la “versión de paz” del presidente ruso, Vladímir Putin.
“Hablar de paz mientras se intensifican los bombardeos y se atacan viviendas y edificios gubernamentales es una farsa. Debemos mantener el rumbo: reforzar las defensas de Ucrania y aumentar la presión sobre Rusia con más sanciones, junto a nuestros aliados”, señaló Costa.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Bélgica, Maxime Prévot, pidió responder a la escalada rusa “con unidad y determinación europea”.
Ataques masivos con drones y misiles
Durante la madrugada del domingo, Rusia lanzó más de 800 drones suicidas y una docena de misiles contra Ucrania, alcanzando varias regiones, incluida la capital, Kiev, donde al menos dos personas murieron tras el impacto en un edificio gubernamental, el primero atacado en la ciudad desde el inicio de la invasión.
Otros objetivos bombardeados fueron Odesa, Zaporiyia, Kremenchuk, Krivói Rog y Dnipropetrovsk, según las autoridades locales y los servicios de emergencia ucranianos.
La primera ministra de Ucrania, Yulia Sviridenko, pidió a los gobiernos aliados aumentar la presión de las sanciones, especialmente contra el petróleo y el gas rusos, como respuesta a la nueva escalada de Moscú.
Una delegación de la Unión Europea viajó a Washington para coordinar con la administración del presidente Donald Trump el próximo paquete de sanciones contra Rusia, el número diecinueve desde que comenzó la guerra.
La UE insiste en que solo la presión económica y militar sostenida podrá frenar la agresión rusa y acercar el final del conflicto.
La Comisión Europea confirmó este lunes que el avión en el que viajaba la presidenta Ursula von der Leyen rumbo a Bulgaria sufrió una grave interferencia en su sistema de navegación GPS, presuntamente atribuida a Rusia.
“Podemos confirmar que hubo interferencias en el GPS, pero el avión aterrizó sin incidentes”, declaró a EFE la portavoz comunitaria Arianna Podestà. Según explicó, las autoridades búlgaras sospechan que “esta flagrante interferencia fue llevada a cabo por Rusia”.
Podestà advirtió que estas acciones se enmarcan en las tácticas hostiles de Moscú. “Somos muy conscientes de que las amenazas y la intimidación son un componente habitual de las acciones hostiles de Rusia. Esto refuerza nuestro compromiso de aumentar las capacidades de defensa y el apoyo a Ucrania”, afirmó.
Por su parte, el Gobierno de Bulgaria dijo que investiga un posible sabotaje de origen ruso que desactivó temporalmente los sistemas de GPS del avión en el que viajaba la presidenta de la Comisión Europea.
“Durante el vuelo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a Plovdiv, se neutralizó la señal del satélite que suministraba información al sistema de navegación GPS de la aeronave”, informó este lunes el Ejecutivo búlgaro en un comunicado.
El incidente ocurrió el domingo por la tarde cuando el avión de Von der Leyen se aproximaba al aeropuerto de Plovdiv. El Financial Times reportó que el GPS de toda la zona quedó inutilizado, obligando al piloto a sobrevolar durante una hora antes de aterrizar manualmente con mapas en papel. La Autoridad de Tráfico Aéreo de Bulgaria confirmó que se trató de una interferencia deliberada.
“Desde febrero de 2022 se ha producido un aumento notable de interferencias y, más recientemente, de suplantación de sistemas GPS. Estas distorsiones generan riesgos para aeronaves, barcos y usuarios civiles que dependen de la navegación satelital”, indicó el comunicado.
Fuentes de la Agencia de Control de Tráfico Aéreo (BULATSA) y de la Agencia Estatal de Seguridad Nacional (DANS) confirmaron a EFE que existen indicios de una intervención deliberada, con sospechas dirigidas hacia los servicios secretos de Rusia. El incidente ocurrió cuando la aeronave se aproximaba al aeropuerto de Plovdiv, a 120 kilómetros de Sofía.
“Todo el sistema GPS del aeropuerto dejó de funcionar. Fue una interferencia innegable”, explicó una fuente de BULATSA, que detalló cómo el piloto tuvo que sobrevolar la zona durante una hora y finalmente aterrizó de manera manual con mapas en papel. Pese a la gravedad, el avión logró aterrizar sin contratiempos.
El contraespionaje búlgaro considera que la hipótesis de sabotaje humano es más probable que un fallo técnico. Representantes marítimos en Varna confirmaron que desde el inicio de la guerra en Ucrania son habituales las manipulaciones de GPS en el mar Negro, atribuidas a operaciones rusas contra buques de la OTAN.
Von der Leyen, que realiza una gira por los Estados miembros de la UE fronterizos con Rusia, había visitado Polonia antes de viajar a Bulgaria, donde se reunió con el primer ministro Rosen Zhelyazkov y recorrió una fábrica de municiones. La presidenta de la Comisión Europea partió después de Plovdiv en el mismo avión sin incidentes.
La CE aseguró que el hecho “subraya la urgencia” de reforzar la seguridad aérea y la defensa común frente a acciones rusas en el espacio europeo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, sostendrán este lunes una reunión clave en la Casa Blanca antes de abrir el diálogo a un grupo de líderes europeos que viajan a Washington para respaldar a Ucrania en el marco del conflicto con Rusia.
Según adelantó CNN, la jornada diplomática estará dividida en dos fases: primero, Trump y Zelenski se reunirán con sus respectivas delegaciones de forma bilateral, y posteriormente se sumarán a un encuentro ampliado con los aliados europeos, seguido de un posible almuerzo conjunto.
Entre los asistentes estarán la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el mandatario de Finlandia, Alexander Stubb; y los jefes de Gobierno de Alemania, Friedrich Merz; Reino Unido, Keir Starmer; e Italia, Giorgia Meloni.
Los temas centrales de la reunión incluyen las demandas territoriales de Rusia, las garantías de seguridad para Ucrania y el papel de Estados Unidos en la búsqueda de un posible acuerdo de paz.
Reacciones en EE.UU. y contraste con la cumbre Trump-Putin en Alaska
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, negó que la presencia de los líderes europeos tenga como fin “proteger” a Zelenski de una supuesta presión de Trump.
“Es una narrativa mediática estúpida. Los europeos vienen porque han estado involucrados durante semanas en las conversaciones por la paz”, dijo Rubio en una entrevista con Face the Nation (CBS).
El funcionario también defendió la política exterior de Trump al señalar que ya se han celebrado varias reuniones con Zelenski, y minimizó las críticas sobre el contraste entre la alfombra roja con Vladímir Putin en Alaska y la más tensa visita de Zelenski a Washington en febrero.
Rubio reconoció que en la reciente cumbre Trump-Putin se dieron “progresos” que justifican un nuevo encuentro con Zelenski y los líderes europeos, aunque advirtió que aún no hay un acuerdo de paz inmediato.
Además, subrayó que Estados Unidos podría imponer nuevas sanciones a Rusia si la guerra continúa con miles de muertes, pero alertó que esa decisión podría cerrar el canal de negociación.
“Ambas partes tendrán que renunciar a algo para llegar a la mesa. Esa es la realidad”, concluyó.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este domingo un acuerdo arancelario con la Unión Europea que establece un arancel fijo del 15 % a productos europeos, y contempla inversiones por más de $1.35 billones por parte del bloque europeo en energía y defensa estadounidense.
“Creo que ambos queríamos llegar a un acuerdo”, declaró Trump al finalizar el encuentro con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su complejo de golf en Turnberry, Escocia. El mandatario estadounidense calificó el pacto como “el mayor acuerdo del mundo”.
De acuerdo con Trump, como parte del nuevo acuerdo comercial con la UE, los países europeos se comprometen a:
Adquirir energía estadounidense por $750,000 millones
Invertir $600,000 millones en equipamiento militar de EE. UU.
En contraparte, Washington aplicará aranceles del 15 % a las importaciones de la UE, incluidos los automóviles, reduciendo a la mitad el gravamen del 30 % que había amenazado imponer a partir de agosto si no se alcanzaba un pacto.
Productos farmacéuticos quedan excluidos del acuerdo
El presidente Trump también aclaró que los productos farmacéuticos europeos no estarán sujetos al nuevo régimen arancelario, quedando fuera del alcance del acuerdo alcanzado este domingo.
Asimismo, anunció que la UE aceptó aplicar aranceles cero a ciertas importaciones estadounidenses, aunque no ofreció detalles sobre los sectores beneficiados con esta exención.
Durante su intervención, el presidente Trump destacó que el acuerdo “lleva meses en negociación” y que ambas partes tenían clara la intención de lograr un trato mutuamente beneficioso. “Va a ser muy bueno para todos”, insistió.
Con este pacto, se pretende reequilibrar las relaciones comerciales transatlánticas, que durante años han estado marcadas por disputas arancelarias.
El acuerdo cubre un mercado conjunto de más de 800 millones de consumidores y se convierte en uno de los mayores logros diplomáticos del segundo mandato de Trump en materia comercial.
Von der Leyen y Trump cierran pacto en Escocia
Tras la firma del pacto, la delegación europea partió rumbo al aeropuerto, donde se esperaba una declaración oficial de Von der Leyen sobre el alcance del acuerdo.
El presidente Trump continuará su agenda en Escocia, que incluye una reunión el lunes con el primer ministro británico, Keir Starmer, con quien abordará un acuerdo arancelario bilateral, la guerra en Ucrania y el conflicto en Gaza.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostendrán este domingo una reunión clave en Escocia con el objetivo de lograr un acuerdo arancelario que ponga fin a la actual guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, marcada por nuevas subidas arancelarias a productos europeos.
Las disputas arancelarias no son nuevas. Durante su primer mandato, Trump impuso medidas proteccionistas contra las importaciones europeas, afectando al comercio bilateral. Su segundo mandato ha intensificado los choques comerciales, especialmente con aranceles del 25 % al acero y al aluminio, vigentes desde el 12 de marzo pasado.
Ante la imposición de aranceles por parte de Washington, la UE anunció contramedidas valoradas en $28,300 millones, aunque postergó su implementación para mantener abierto el diálogo.
Trump respondió con amenazas de un arancel del 200 % al vino y bebidas alcohólicas, luego que la UE incluyera al whisky estadounidense en su lista de represalias. En abril, el conflicto se agravó con un arancel generalizado del 10 % a productos europeos y del 25 % a vehículos.
El 4 de junio, Trump incrementó aún más la presión al elevar al 50 % el arancel al acero y aluminio europeos. Posteriormente, otorgó una tregua comercial de 90 días, que debía vencer el 9 de julio, pero fue extendida hasta el 1 de agosto para continuar las negociaciones.
Durante ese periodo, la Comisión Europea propuso un acuerdo de “tarifas cero” a bienes industriales, mientras Estados Unidos exigía concesiones en normativas medioambientales y fiscales de la UE, así como eliminación del IVAa productos importados.
La amenaza del 30 % y un arsenal de represalias
Aunque los diálogos avanzan, Trump envió el 14 de julio una carta a Von der Leyen advirtiendo sobre un arancel del 30 % a todas las importaciones europeas si no se alcanza un pacto antes del 1 de agosto.
Mientras tanto, la UE mantiene preparado un paquete de contramedidas valorado en $101,700 millones, que aplicará de forma escalonada a partir del 7 de agosto si no se logra un acuerdo comercial.
El reciente acuerdo arancelario entre Estados Unidos y Japón, firmado el 23 de julio con una tasa del 15 %, ha alimentado las esperanzas europeas de cerrar un pacto similar.
La guerra comercial se remonta al primer mandato de Trump, cuando en 2018 impuso aranceles al acero y aluminio por valor de $7,000 millones. La UE respondió con aranceles a productos estadounidenses por $3,100 millones.
En julio de ese año, un encuentro entre Trump y Jean-Claude Juncker, entonces presidente de la Comisión Europea, permitió una tregua comercial. A cambio, Bruselas aumentó sus compras de soya y gas licuado estadounidenses.
Durante la presidencia de Joe Biden, ambas partes acordaron en 2022 suspender las represalias hasta el 31 de diciembre de 2023. Estados Unidos implementó un sistema de cuotas arancelarias por volumen, manteniendo aranceles sobre las importaciones que superaran los niveles históricos.
En diciembre de 2023, la UE y EE.UU. extendieron ese pacto provisional hasta el 31 de marzo de 2025, a la espera de una solución definitiva.