El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio y el senador demócrata, Chris Van Hollen, tuvieron un fuerte encontronazo verbal este martes en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado relacionados al caso del salvadoreño Kilmar Ábrego y la relación de la administración de Donald Trump con el gobierno de Nayib Bukele.
Van Hollen, quien ha tomado como bandera la liberación del salvadoreño Kilmar Ábrego, deportado en marzo pasado y recluido inicialmente en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) y que incluso visitó El Salvador y se reunió con éste, cuestionó duramente a Rubio sobre diversos temas de política exterior como los recortes en la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), Ucrania, la guerra civil en Sudán, la admisión de refugiados sudafricanos blancos y el arresto de estudiantes universitarios extranjeros, hasta finalmente aterrizar finalmente con El Salvador y decirle que se arrepentía de haberle dado el voto para confirmar a Rubio como secretario de Estado.
“¿Sabe en qué enfocó su energía, señor secretario? Bueno, su primera visita al Secretario de Estado fue para hablar con El Salvador, no para promover la democracia, sino para congraciarse con el presidente Bukele, quien se autodenomina el dictador más genial del mundo. El resultado fue un acuerdo de colusión por dinero para privar a los residentes de Estados Unidos de su derecho constitucional al debido proceso”, le recriminó Van Hollen a Rubio.
El senador de Maryland insistió que la Corte Suprema de EEUU, en una decisión de nueve a cero, le ordenó facilitar el regreso a Estados Unidos de Ábrego García, de quien la administración Trump admitió fue deportado errónamente a El Salvador.
“Usted ha desobedecido abiertamente las órdenes judiciales. Cuando le preguntan si ha estado en contacto con El Salvador para el regreso de Abrego García, usted presume con una cita: «Nunca le diría eso y que jamás se lo diría a un juez. Claramente, no le importa el derecho a la Quinta Enmienda a llevar a cabo un debido proceso, y tampoco le importa la Primera Enmienda, ya que ha estado muy ocupado secuestrando estudiantes de los campus universitarios por ejercer su derecho a la libertad de expresión”, le increpó Van Hollen.
Rubio, quien en sus declaraciones iniciales había dicho que “hemos profundizado nuestras alianzas con México, El Salvador y otros países para interceptar la migración ilegal en su origen y acabar con las organizaciones terroristas extranjeras como la MS-13 y el Tren de Aragua”, defendió la relación con El Salvador y la decisión de enviar pandilleros al CECOT.
“En el caso de El Salvador, absolutamente. Absolutamente. Deportamos a pandilleros, incluso al tipo con el que tomaste una margarita. Y ese tipo es un traficante de personas, y ese tipo es un pandillero, y las pruebas serán claras”, le respondió Rubio sobre Kilmar Ábrego García.
Van Hollen entonces estalló y dijo que le acusaban de cosas sin fundamento. Durante el encuentro entre el senador y Ábrego en un hotel de San Salvador, se observaban bebidas en la mesa y el presidente Nayib Bukele se refirió a ellas como «margaritas». Van Hollen dijo que ni él ni Ábrego probaron las bebidas.
La discusión entre Van Hollen y Rubio se agitó tanto que el jefe del Comité, el senador republicano Jim Risch, tuvo que llamar al orden repetidas veces.
Secretary Marco Rubio COOKS Sen. Chris Van Hollen for his El Salvador trip: «We deported gang members — including the one you had a margarita with — And that guy is a human trafficker and that guy is a gang banger.
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— Ton_hBC (@Ton_hBC) May 20, 2025
“Aquí hay otro punto, ¿de acuerdo? Hay una división en nuestro gobierno entre el poder federal y el poder judicial. Ningún juez, ni el poder judicial, puede decirme a mí, ni al presidente, cómo llevar a cabo la política exterior; ningún juez puede decirme cómo debo comunicarme con un socio extranjero o qué debo decirles”, respondió Rubio.
Según Rubio “un juez no puede ordenarme que negocie con un ministro de Asuntos Exteriores de Rusia; no pueden ordenarme negociar con un ministro de Relaciones Exteriores del presidente de El Salvador y si negociara con ellos, a lo cual les hemos respondido y les hemos dicho que hemos tenido comunicaciones con el presidente de El Salvador, no tengo ninguna obligación, bajo nuestra división de poderes en este país, de compartir con el poder judicial cómo llevé a cabo la diplomacia de Estados Unidos”.
“De hecho, sería contraproducente. Si comenzara a compartir con los tribunales, o francamente, con los medios de comunicación, mis conversaciones con líderes extranjeros y todos sus detalles, ningún líder extranjero volvería a hablar conmigo y les romperíamos la confianza. Por lo tanto, he cumplido con todas las órdenes judiciales. Lo que no cumpliré es una orden de revelar lo que estoy diciendo y de lo que estamos hablando con un líder extranjero, porque entonces no hablarían conmigo; la diplomacia no funciona así”, insistió Rubio.
El secretario de Estado está en la audiencia para defender el presupuesto del Departamento de Estado para el año fiscal 2026 que inicia en septiembre próximo.
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