El sector agropecuario pasó de representar cerca de un 40 % del producto interno bruto (PIB) a un 5 % en los últimos 50 años, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El documento, difundido en marzo, explica que las actividades agropecuarias, pesqueras y forestales representaron casi un 40 % del PIB durante la década de 1970.
Esta porción se desplomó en los años 90, cuando el sector representó un 16 % del PIB. Para 2022, esta variable rondó un 5 %.
Citando datos del Banco Mundial (BM), el informe plantea que la representación actual de este sector subiría a un 11 % si se contempla el procesamiento y la elaboración de productos derivados de estas actividades.
Este martes, el presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), Luis Treminio, indicó que parte del retroceso y su representación ante el PIB está ligado a la falta de políticas públicas que velen por el sector agropecuario.
Durante una entrevista radial, Treminio recordó que el sector de granos básicos pasó de cultivar 420,000 manzanas en 2021, a 295,000 para 2024.
La publicación del banco afirma que en el ciclo agrícola 2014-2015 se cultivaron 449,000 manzanas de maíz, una cifra que bajó un 16 % para el período 2022-2023.
Dificultades del sector
El BID destaca que entre 2018 y 2022 las condiciones de producción de granos básicos en El Salvador estuvieron perjudicadas por eventos climáticos que generaron inundaciones y afectaciones en los cultivos, así como la incidencia del fenómeno de El Niño que provocó sequías.
El multilateral también reconoce que el Tratado de Libre Comercio República Dominicana-Centroamérica-Estados Unidos (DR-CAFTA) modificó las condiciones de competencia para la producción local.
Pese a que en la actualidad El Salvador tiene libertad arancelaria con Estados Unidos, algunos productos siguen protegidos.
Además, el BID señala que la eliminación de aranceles benefició a los productores por los insumos que importan y el alimento para ganado.
Mano de obra
El informe también estima que el sector agropecuario pasó de contratar 54 % de los trabajadores en la década de 1970, a un 15 % en 2022.
Según datos citados por el BID, las actividades agropecuarias involucran a 433,000 agricultores en El Salvador.
Este tipo de actividades se encabezan por un 90 % de fincas que poseen menos de tres hectáreas, las cuales abarcan un 29 % del total de tierras cultivadas.
El multilateral destaca que el sector atravesó “importantes cambios estructurales” que abarcan un “retroceso” en el café porque ha tenido problemas para posicionarse en el mercado internacional en las últimas décadas.
En suma, la reducción de las áreas cultivadas ha afectado a todos los sectores, perjudicados por enfermedades que merman el potencial total de los cultivos.
“Como consecuencia de todas estas transformaciones, el sector agropecuario perdió relevancia para la economía salvadoreña”, añadió el BID.
El banco destacó que, aunque la población rural se redujo entre 1980 a 2022, pues pasó de representar un 56 % a un 25 % del total de habitantes, el sector sigue siendo una fuente importante “de empleo y divisas”.
El BID reconoció el papel que la población rural tiene en la producción agrícola y el empuje que estos representan para la economía
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