El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, le dijo este lunes en la Casa Blanca al mandatario estadounidense, Donald Trump, que Estados Unidos tiene un problema «con el crimen y el terrorismo» y que su gobierno está deseando ayudar.
Estamos deseando ayudar. Sabemos que tienen un problema con el crimen, un problema de terrorismo y que necesitan ayuda. Somos un país pequeño, pero, si podemos ayudar, lo haremos».Nayib Bukele a Donald Trump.
Trump y Bukele se reunieron este lunes en la Casa Blanca con el foco puesto en acuerdos sobre inmigración entre ambos gobiernos. En la reunión, Stephen Miller, el subjefe de gabinete de la Casa Blanca considerado el arquitecto de la política migratoria de Trump, dijo que «no hay límite para el acuerdo: seguiremos enviando terroristas extranjeros a El Salvador, así como a muchos otros países».
El presidente estadounidense ya había recibido a otros líderes latinoamericanos desde el inicio de su segundo mandato el pasado 20 de enero, pero esta es la primera vez que ese encuentro tiene lugar en la sede de la Presidencia en Washington y no es su residencia privada de Mar-a-Lago (Florida).
Bukele presumió de que San Salvador dejó de ser la «capital mundial del asesinato» y de que su país se haya convertido en su opinión en el país más seguro de Latinoamérica: «Algunas veces se dice que encarcelamos a miles. A mí me gusta decir que de hecho liberamos a millones», dijo.
La reunión se produce en un momento en que El Salvador firmó un acuerdo con Washington para recibir a migrantes expulsados de EE.UU. y encarcelarlos en una prisión de máxima seguridad, el Centro de Confinamiento para el Terrorismo (Cecot), a cambio de un pago de hasta seis millones de dólares anuales o $20,000 anuales por detenido.
El Cecot es una prisión notoria por las denuncias de abusos a los derechos humanos y la legalidad del envío de migrantes a El Salvador ha sido cuestionada por organizaciones de derechos civiles, que han presentado varias demandas para bloquear la expulsión de más personas hacia el país centroamericano.
En un informe publicado la semana pasada, la ONG Human Rights Watch acusó los Gobiernos de El Salvador y EE.UU. de estar sujetando a los migrantes a una «desaparación forzosa» y de mantenerlos incomunicados con sus familiares, sin defensa legal.
Estados Unidos ha deportado a casi 300 personas para ser recluidas en el CECOT, acusados de ser miembros del Tren de Aragua y de la MS-13.
El 15 de marzo, el Gobierno de Trump envió al Cecot a 238 venezolanos, acusándolos de pertenecer a la banda criminal transnacional del Tren de Aragua y 23 supuestos pandilleros de la MS-13. El 31 de marzo, deportó a otros 17 migrantes, entre venezolanos y salvadoreños. Y el 12 de abril, Estados Unidos informó de la deportación de otros 10 extranjeros, también acusados de ser miembros del Tren de Aragua y otros de la MS-13.
Según un análisis publicado este jueves por el portal Bloomberg, un 90 % de los más de 200 hombres que EE.UU. tiene encarcelados en el país centroamericano no tienen antecedentes penales en territorio estadounidense.
En el marco de la gran ofensiva migratoria de Trump, Washington ha declarado que TdA está invadiendo su territorio y ha echado mano de una norma de 1798, la Ley de Enemigos Extranjeros, para expeditar procesos de deportación de supuestos miembros de la organización criminal.
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