Fraudes cibernéticos en El Salvador: phishing, ofertas falsas y suplantación de Identidad

Las modalidades de fraude que afectan a los salvadoreños están en constante evolución, y es crucial que la ciudadanía se mantenga alerta para evitar ser víctima de engaños. Edwin Umaña, experto en ciberseguridad, en una entrevista a Diario El Mundo, detalló las estafas más recurrentes y las señales de advertencia clave que los ciudadanos deben buscar.

El especialista destacó que las modalidades de fraude más comunes incluyen:

Phishing: Este tipo de estafa llega a través de mensajes de texto o correos electrónicos que simulan provenir de bancos, instituciones financieras o empresas de paquetería. Su objetivo es solicitar datos personales o bancarios bajo engaño.

Ofertas de trabajo falsas: Se utilizan plataformas como WhatsApp para proponer empleos irreales. La táctica común es solicitar un pago por adelantado para «gastos de gestión», lo cual es un claro indicador de estafa.

Llamadas telefónicas fraudulentas: Los estafadores se hacen pasar por familiares en apuros (a menudo con problemas en aeropuertos), ejecutivos bancarios que piden información confidencial, o incluso «ejecutivos de WhatsApp» que solicitan renovar cuentas o realizar transferencias.

Se estima que cada día se envían alrededor de 3.4 mil millones de correos electrónicos de phishing, sumando más de un billón anualmente. / Foto DEM.
Se estima que cada día se envían alrededor de 3.4 mil millones de correos electrónicos de phishing, sumando más de un billón anualmente. / Foto DEM.

Señales de alerta para identificar un intento de estafa
Para identificar posibles intentos de fraude, el experto sugiere a los ciudadanos adoptar una actitud de sospecha y prestar atención a las siguientes señales de advertencia:

Promesas de ganancias irreales con mínimo esfuerzo: Si una oferta parece demasiado buena para ser verdad, es probable que sea una estafa.

Solicitud de información sensible: Ningún banco o institución legítima solicitará datos confidenciales como contraseñas o números de tarjeta por teléfono, mensaje o correo electrónico. Es importante recordar el lema de muchas instituciones bancarias: «nunca piden información, solo validan».

Errores gramaticales y enlaces sospechosos: Los mensajes fraudulentos a menudo contienen faltas de ortografía o errores de redacción. Además, es crucial verificar siempre la dirección web (URL) antes de hacer clic en cualquier enlace recibido. Las direcciones sospechosas o que no coinciden con la institución real son una señal de alerta.