La votación de una controvertida ley sobre la reforma de la Justicia en la Cámara Baja italiana acabó este jueves con gritos y empujones entre los diputados del Gobierno y los de la oposición, que les recriminaron que se celebrase el éxito de la votación, pero no que acudan al Parlamento a hablar sobre la situación en Gaza.
La Cámara de Diputados aprobó con 243 votos a favor y 109 en contra, en tercera lectura, la separación de carreras de juez y fiscal, uno de los caballos de batalla de la coalición gubernamental, sobre todo de la conservadora Forza Italia, ya que era un deseo de su fundador, el fallecido Silvio Berlusconi, por lo que los miembros de los partidos del Gobierno celebraron el resultado.
Ahora el proceso de reforma constitucional pasará al Senado para su aprobación final, prevista para finales de año, aunque después será necesario convocar un referéndum, ya que no se alcanzarán los dos tercios de consensos en el Parlamento.
Ante la celebración, miembros de la oposición se acercaron a los escaños del Gobierno para protestar y recriminaron que se celebrara la medida, sobre todo el ministro de Exteriores y líder de Forza italia, Antonio Tajani, mientras no se dan explicaciones sobre Gaza.
La primera ministra, Giorgia Meloni, también celebró en las redes sociales la aprobación de la Cámara.
«Seguimos adelante con el proceso de reforma judicial. Seguiremos trabajando para brindar a Italia y a los italianos un sistema judicial cada vez más eficiente y transparente. Mientras esperamos la aprobación final del Senado, avanzaremos con determinación para entregar a la nación una reforma histórica y largamente esperada».
La reforma constitucional marca un recorrido distinto en la magistratura para ser fiscal y juez, ya que ahora todos los jueces son fiscales. Si la ley sale adelante, se crearán dos Consejos Superiores de la Magistratura (CSM), uno de fiscales y otro de jueces, lo que los magistrados y la oposición ven como un peligro para la democracia.
Según la Asociación Nacional de Magistrados (ANM), el separar el cargo de fiscal de la judicatura «solo sirve para hacerlo más controlable», porque «debilita su capacidad para investigar a los poderosos».