Asociaciones ambientalistas y ciudadanos autoconvocados realizaron este domingo, 26 de octubre, un plantón frente a la Biblioteca Nacional de El Salvador (BINAES), en el Centro Histórico de San Salvador, para exigir que la construcción del nuevo Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) se traslade a otro sector de la capital, con el fin de preservar la Finca El Espino como área natural protegida.
Representantes del movimiento Todos somos El Espino leyeron un comunicado en el que afirmaron que la construcción de CIFCO en la finca afectaría la absorción del agua de lluvia en el suelo de esa zona, que podría incrementar las inundaciones en el Gran San Salvador.
Asimismo, advirtieron sobre la destrucción de entre ocho y diez manzanas de terreno que representan el hábitat de flora, fauna y funga protegida.
Diversos manifestantes y representantes de movimientos ambientalistas expresaron que la construcción puede realizarse en otra zona. Aclararon que no están en contra del proyecto, sino “contra la destrucción del último pulmón del área metropolitana de nuestra ciudad”.
El 9 de julio de este año, el gobierno salvadoreño pidió a la Asamblea Legislativa la aprobación de un decreto para transferir una porción de terreno del Estado de la finca El Espino de 55,711.13 metros cuadrados valorado en $5 millones a favor de CIFCO, cuya nueva sede construirá el gobierno de China Popular.
Esta petición fue aprobada por el seno de la Asamblea Legislativa, cuya mayoría es dominada por Nuevas Ideas, en medio de una polémica por el rechazo ciudadano que esta iniciativa desató.
En agosto pasado, Ana Cisneros, quien se define como feminista y una activista independiente, inició la recolección de firmas virtuales en contra de la construcción del nuevo CIFCO en la finca El Espino.
Y en septiembre, también la Asamblea General Universitaria de la Universidad de El Salvador (UES) pidió al gobierno que trasladen la construcción del Centro Internacional de Ferias y Convenciones a otro lugar por representar «un riesgo para la Finca El Espino».
En ese momento, la UES explicó que la Finca El Espino es prácticamente el único pulmón que queda y que está cumpliendo «una función crítica como zona de recarga hídrica» para abastecer a la mayoría de la zona metropolitana.
La casa de estudios superiores también pidió a las autoridades diplomáticas de la República Popular China que realicen estudios científicos que «garanticen la preservación de la vida animal silvestre y la flora» y que, si deciden continuar con el proyecto, que «se comprometan» a hacerlo «de manera responsable y en armonía» con el medio ambiente.
