Capturado en el régimen de excepción relata hacinamiento en celdas: «Ahí habíamos 150, después llegamos a ser 330»

Las cárceles en El Salvador reportan un incremento de su población penitenciaria con el régimen de excepción, vigente desde marzo de 2022, lo que ha provocado un hacinamiento en las celdas.

Según el testimonio de un salvadoreño llamado «Pablo», basado en su encarcelamiento, la cantidad de reos en las celdas sobrepasa el límite de capacidad, convirtiendo el espacio en «un infierno» para reclusos, quienes una parte de ellos no han sido juzgados.

«La celda, ya saturada en teoría alcanzaba para 60 personas, pero ahí habíamos 150, después llegamos hacer 330», declaró el hombre en un video compartido por el Servicio Social Pasionista (SSPAS) en su cuenta de X.

En el video titulado «Vivir bajo el Régimen: el testimonio de Pablo», relata que desde el primer día que llegó a bartolinas, luego de su captura, las condiciones de las celdas no son las adecuadas, debido a que hasta realizar las necesidades fisiológicas de una persona son inhumanas.

«En las bartolinas no hay baños, no hay taza de inodoro y para orinar y defecar hay que acurrucarse sobre un tubo de plástico que sobresale del suelo y por mi condición física se me complicaba», expresó el adulto.

El hombre señaló que es lisiado y padece taquicardia, así como diabetes y problemas gástricos, los cuales se complicaron mientras permaneció privado de libertad y luego de su liberación denunció sobre las condiciones que viven los reos al interior de las cárceles.

«En el catre que yo estaba, para dos personas dormíamos cinco personas, yo dormía en medio con los pies de uno y otro a los costados. Otros dormían en una especie de hamacas colgadas de los barandales», describió Pablo.

Durante el día, señaló que los reclusos debían permanecer sentados en un espacio de unos 30 centímetros, «porque ya al estar parados tapábamos la entrada de aire».

«Pasábamos todo el tiempo encerrados, solo nos dejaban salir dos días a la semana a la cancha y ahí la mayoría aprovechaba para estirarse o hacer medio ejercicio. No duraba mucho la salida, quizás unos 20 minutos cada uno», manifestó.

Las organizaciones de derechos humanos han expresado en reiteradas ocasiones su preocupación ante la denuncia, ya que el hacinamiento extremo puede generar serios problemas de salud y seguridad para los internos.

En el video, el salvadoreño también compartió su experiencia sobre la falta de atención médica que se vive en los centros penitenciarios de El Salvador, luego que tras una supuesta llamada anónima fuera arrestado.

Según relató, el calor extremo que se vive en las celdas debido al hacinamiento ocasionó que los reclusos se desmayaran en varias ocasiones, sin embargo, no recibían ninguna atención médica y todo quedaba bajo «un silencio».

«Había días que la gente se desmayaba, de la celda donde yo estaba nos sacaron como a 150 y nos tenían en la cancha como unas tres horas para que el calor bajara. Hubo un día que sacaron como 30, tirados en el suelo así desmayados», relató «Pablo».

El salvadoreño afirmó que hubo varias muertes al interior del centro penitenciario donde estuvo recluido, debido a desnutrición o deshidratación por el calor y la falta de atención oportuna.

«Todo el día sudando, sin comer bien, sin tomar agua buena, porque tomábamos agua de la pila; por eso la gente no resiste y la gente que estaba muriendo, es la gente del régimen», aseveró «Pablo».

Además, sostuvo que «la clínica, eso es una farsa a ese punto la gente llegaba convulsionando por el calor, aquí los doctores lo único que hacían era tocar el pulso, nada de que ordenara hacer exámenes, mientras la gente muriéndose», denunció «Pablo».

El Servicio Social Pasionista señaló que entre marzo de 2022 a marzo de 2024, se recibieron 163 denuncias relacionadas con la falta de acceso a la salud de personas privadas de libertad durante el régimen de excepción.

Otro de los temas que destacó Pablo en su testimonio, fue la alimentación que reciben los privados de libertad, la cual se basa en pequeñas porciones de arroz o casamiento, pan de trigo y una vez a la semana recibían un huevo duro.

«A veces en el almuerzo daban poquito de arroz sancochado simple, con suerte daban un poquito de macarrones que era lo único que se lograba comer. En las cenas, arroz y frijoles molidos», detalló Pablo.

Pablo fue liberado, pero aseguró que su estado de salud se agravó y tuvo que permanecer hospitalizado por varios días. «Yo salí y tenía taquicardia, problemas gástricos porque no comía bien, principios de diabetes», continuó.

Ahora, Pablo manifiesta que persiste el temor que vuelva a ser detenido pese a que asegura no forma parte de ningún grupo delincuencial, cómo fue acusado. «Tengo miedo que me vuelvan a capturar, mi proceso no ha terminado y no quisiera regresar a ese infierno».

El régimen de excepción fue instaurado en El Salvador desde el 27 de marzo de 2022 y a la fecha continúa vigente, y ha tenido un impacto en la garantía de los derechos humanos de la población salvadoreña.

El pasado 18 de febrero, el ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy, manifestó que cerca de 87,000 personas han sido capturadas bajo el régimen de excepción, quienes «están ya para enfrentar la justicia y otros que ahora lo están haciendo».

Hasta esa fecha, Socorro Jurídico reporta 370 reos fallecidos desde el inicio de la medida excepcional, de estos señalan que el 94% no tenían perfil pandillero. «Todos murieron bajo la tutela del Estado y sin derecho a la segunda audiencia».

En su momento, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Gustavo Villatoro, aseguró que habían liberado a 7,000 reos, detenidos por la medida excepcional.

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