La integración regional y su vigencia

A la integración centroamericana no le corren buenos vientos. Son tiempos difíciles.

¿Pero por qué tanta necedad con la integración regional, si ninguno de los ocho países del SICA parece realmente quererla? El Salvador es el único que aporta sus ideas.

Justificación. Es deseable el integrarse en naciones federadas o en naciones de amplio territorio,  porque permite hacer economías de escala en campos diversos y a nivel internacional el peso e influencia aumentar.

Si examinamos la historia, notaremos que países inclusive insulares como el Japón o Inglaterra, han guerreado, a veces fraticidamente como en los EEUU o como en Europa entre países disímiles, para levantar naciones o comunidades de éstas, mejorando así además, los niveles de eficiencia productiva y eficacia distributiva.

La Centroamérica original de 5 estados no fue la excepción. El que no se haya integrado como lo hizo la federación americana (EEUU) -donde todavía hay tensiones valga decir, lo hemos visto últimamente- a mi juicio se debe tanto a la manipulación de algunas poderosas familias anti integracionistas o amigas del vasallaje y a la geografía. Centroamérica territorialmente es la mitad de Colombia o Bolivia por ejemplo, pero a diferencia de éstas, que tienen tendencia geográfica circular, Centroamérica es alargada, lo que a los niveles tecnológicos del Siglo 19, era un problema.

Nicaragua y la Costa Rica fronteriza con la Panamá colombiana, quedaban demasiado lejos para integrarlas correctamente e inclusive para que influyeran en el conflictivo norte. Sin embargo, en diversas ocasiones, destacándose la gran gesta centroamericana contra el filibusterismo norteamericano, que bien recoge el principal monumento patrio de Costa Rica, los centroamericanos hemos demostrado capacidad para luchar unidos reconociendo un origen y este servidor quisiera pensar, un destino común.

La incorporación de Panamá al proceso integracionista cae por su propio peso. La de Belice y la República Dominicana, por méritos propios, enriquece multidimensionalmente al SICA, además de que estrecha lazos con el Caribe.

Según el chatgpt, unidos somos 64 millones de seres humanos, viviendo en 570 mil kilómetros cuadrados, con un PIB nominal bruto de 515 millardos (miles de millones) de dólares, con un 15% de su comercio dirigido a si misma, pero en áreas claves para su empleo y diversificación económica. El comercio total asciende a unos 231 millardos de dólares, sin incluir servicios.

Podría ser que algún país se sintiera capaz de integrarse al mundo en lo comercial por ejemplo, prescindiendo del resto de Centroamérica, lo que en el corto plazo puede funcionar, pero difícilmente a largo plazo como estrategia de incorporación mundial.

Suiza, Noruega, Islandia o Singapur por ejemplo, lo han podido hacer, por situaciones muy especiales que en Centroamérica no se dan. Inclusive, hay que pensar que los países que compiten con Costa Rica, la RD y Panamá en sectores como la producción de semiconductores, son países mucho más grandes que los centroamericanos (i.e. Malasia, Tailandia, Indonesia, Taiwan, etc). Estratégicamente, habrá que pensar con mayor visión regional.

Historia. En 1951, en condiciones políticas muy difíciles, los 5 estados hermanos engendrados al calor de la Capitanía General de Guatemala, suscriben la Carta que dio origen a la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), carta qué, en mucho mejores condiciones políticas, en 1991 fue redimensionada mediante el llamado Protocolo de Tegucigalpa a la carta de la ODECA. Dicho protocolo dio el marco legal  para la creación del SICA o detalladamente… Sistema de la Integración Centroamericana.

Fiel a su nombre, funciona o debería funcionar (no opinaremos al respecto en este momento) como sistema o sea un conjunto de partes interdependientes motivados por logros comunes, que para efectos del SICA se agrupan en subsistemas  (económico, socio-cultural/ educativo (mi nomenclatura), ambiental   y político, de gran vigencia este último, porque el relacionamiento político siempre lo es, aunque la aspiración a la integración política, actualmente no esté cercana, ni siquiera en el horizonte.

SICA. El SICA construye una integración holística o sea integral, como es en verdad la realidad: no se puede pensar en integración económica por ejemplo, sin tomar en cuenta la necesidad de ir homologando realísticamente la política social de los países o dándole forma a una ambiental común.

Así mismo, lo que sucede en un país, más que no, afecta a los otros y se requiere de tratamiento. Como ejemplo, enumero a continuación algunas de las áreas que son parte del SICA: cooperación política, seguridad, economía, producción, comercio y emprendeduría; educación y cultura; política social en general, infraestructura, comunicaciones, energía y transporte; salud, gestión ambiental, gestión de desastres naturales, vivienda, equidad de género y minorías, migración, turismo y así sucesivamente.

Muy a como se han concebido la Unión Americana (EE.UU.), la Mancomunidad canadiense y la Unión Europea, la integración debe de darse en donde se puedan aprovechar mejor las oportunidades o enfrentar desafíos, en función a economías de escala o promoviendo la homologación entre los países.

Perspectivas. El Secretario General del SICA debe  tener presente que es un secretario general, no un presidente de sistema. Su labor está delimitada por la voluntad de la membresía.

Más que crear tensiones entre el SICA y sus países miembros, la secretaría general del SICA, debe  promover y facilitar el fortalecimiento institucional y sistémico, consolidando enlaces con las instancias correspondientes en los países miembros y extra regionalmente, con la clara visión de que el SICA llegue a funcionar como un reloj suizo, por la vía de la integración posible: obras y actividades que integren, políticas regionales claras en el área ambiental, en la educativa, en la gestión de desastres o el estudio serio pensando en una concreción bajo los cánones modernos de las alianzas público-privadas, de un ferrocarril regional que quizás algún día todavía lejano, se convierta en parte de un ferrocarril desde Bahía  Blanca, Argentina podría ser, hasta Ciudad del Cabo en Sud África (ya se habla de eso).

Necesitamos proyectos ambiciosos en que todos estemos de acuerdo y que nos unan. ¡No más “nadaditos de perro”! Personalmente le tengo ilusión a la Región centroamericana: hay que construir laCentroamérica posible “desde ya”.

*Carlos Manuel Echeverría Esquivel, fue embajador de Costa Rica en El Salvador y SICA y fue asesor del SG SICA.