El Senado de EEUU se reúne este domingo en sesión extraordinaria para intentar poner fin a 39 días de suspensión de actividades gubernamentales que amenazan con contraer el PIB en el cuarto trimestre de 2025, en palabras del director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Kevin Hassent.
Hassett, en declaraciones a la cadena CBS, recordó que el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs había estimado previamente que el cierre parcial del gobierno costaría a Estados Unidos alrededor del 1,5% del PIB. El director del CEN, no obstante, ha avisado que «esta cifra probablemente se quedará corta» si el cierre continúa «durante un par de semanas más».
Las suspensiones de vuelos por la falta de controladores aéreos o los enormes problemas para distribuir ayuda alimentaria a la población necesitada se cuentan entre las dificultades que está atravesando el Gobierno estadounidense para continuar operando tras la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos sobre varias partidas de gasto, entre ellas la sanitaria.
Trump lleva todo este domingo culpando al plan sanitario del expresidente demócrata Barack Obama y los subsidios que el Gobierno está pagando a las aseguradoras desde la pandemia. El viernes, los demócratas ofrecieron reabrir el gobierno a cambio de una prórroga de un año para los créditos fiscales de atención médica, una propuesta que fue rechazada rápidamente por los republicanos.
«La estafa de Obamacare beneficia directamente a sus aliados en la industria de los seguros. Se están enriqueciendo a costa del pueblo estadounidense, mientras que la cobertura médica empeora. Si los demócratas se salen con la suya de nuevo, obtendrán otra gran ganancia a costa del pueblo estadounidense», ha repudiado Trump en su plataforma Truth Social.
Trump, como ya hiciera el sábado, ha exigido a la mayoría republicana del Senado que proponga la entrega directa de las subvenciones a la población estadounidense. «Los republicanos deberían destinar estos fondos directamente a sus cuentas personales de ahorro para la salud», ha asegurado.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, ha anunciado este domingo que la cámara permanecerá en sesión hasta la reapertura del gobierno en lo que se anticipa como una reunión maratoniana.
Los senadores trabajan en la versión final de un paquete de tres proyectos de ley de asignaciones a largo plazo que formarían parte del plan republicano para superar el estancamiento. Thune, por su parte, impulsa una estrategia que implicaría, primero, a favor de la resolución de financiación provisional aprobada en su momento por la cámara baja, la Cámara de Representantes, y enmendarla para incluir el paquete de asignaciones -conocido como «minibus»- y, el objetivo final, una prórroga más larga de la financiación.
Un voto sin promesas
A pesar de la distancia que separa a ambas partes, Thune, por contra, ha llegado a la sesión con el mensaje a los medios de que «el acuerdo se acerca» y «aproximando un acuerdo» y anunciado una votación de prueba sobre un paquete de gastos limitado sin que los demócratas se hayan pronunciado ahora mismo al respecto.
Thune declaró a la prensa en el Capitolio el domingo que estaría pendiente del recuento de votos para ver si se concretaban los 10 votos demócratas que hacen falta para salvar la propuesta. El texto del nuevo paquete podría publicarse «muy pronto», dijo, y se espera una votación entre cuatro y seis horas después.
Por su parte, los demócratas han afeado la escasa voluntad que parecen percibir de sus rivales a la hora de intentar acercar posturas, con Trump a la cabeza.
«Ha dedicado más tiempo a jugar al golf en las últimas semanas que a hablar con los demócratas que representan a la mitad del país, como parte de un esfuerzo por encontrar una solución bipartidista», declaró el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, en el programa ‘Meet the Press’ de la NBC.
