Volver a leer con calma.
Antes, leer un libro era como entrar en otro mundo. Uno abría las páginas y algo se encendía por dentro: la imaginación. Hoy, muchos jóvenes prefieren los videos cortos o las redes sociales. La tecnología es útil y puede enseñar, pero también nos distrae y nos acelera. Leer con calma un cuento o una novela nos ayuda a pensar, imaginar y sentir.
Cuando solo consumimos contenidos rápidos, perdemos el gusto por comprender bien las cosas. La lectura profunda nos enseña a ver la vida con más claridad. No se trata de leer mucho, sino de leer mejor. Volver al papel, o leer con atención en digital, puede cambiar cómo aprendemos y cómo nos expresamos. Leer bien es pensar mejor.
¿Quién decide lo que vemos?
Hoy, muchas personas leen únicamente lo que aparece en redes sociales o lo que recomiendan las aplicaciones. Pero es importante preguntarnos: ¿quién decide qué vemos y qué leemos?
La respuesta es sencilla: los algoritmos. Son programas invisibles que observan lo que nos gusta y nos muestran más de lo mismo. Así, podemos dejar de conocer cosas nuevas. Si solo leemos frases cortas o bromas, no aprendemos a pensar más profundo. Es como comer solo dulces: llena, pero no alimenta. Por eso, es importante buscar libros, cuentos y artículos que nos hagan pensar y sentir. Leer bien no es solo seguir lo que aparece en la pantalla, sino elegir lo que alimenta la mente y el corazón.
En El Salvador, muchas personas no leen libros porque no tienen el hábito o no saben por dónde empezar. En la escuela, a veces se lee solo para pasar un examen, no para disfrutar. Pero la literatura tiene un poder especial: nos enseña a conocer otras ideas, mejorar nuestro vocabulario y entender mejor el mundo. Los maestros, los padres y los medios pueden ayudar a despertar el gusto por leer.
No se trata de empezar con libros difíciles. Se puede comenzar por historias cortas, sencillas, cercanas a lo que sentimos. Cuando encontramos un libro que nos toca el corazón, la lectura deja de ser tarea y se convierte en compañera.
Leer nos ayuda a expresar lo que pensamos, a defender nuestras ideas y a respetar las de los demás. Como dice la Biblia: “La sabiduría es un árbol de vida para quienes la abrazan” (Proverbios 3:18). La lectura es una de esas ramas.
Hoy vivimos rodeados de pantallas, mensajes rápidos y contenidos que duran apenas segundos. Las redes sociales y los libros digitales pueden ser aliados, siempre que sepamos elegir bien.
La lectura sigue siendo una herramienta esencial para pensar con claridad y no dejarnos llevar por lo primero que aparece. Fomentar el hábito lector es una tarea familiar, escolar y comunitaria. Cuando leemos con criterio, aprendemos a preguntar, a dudar, a escuchar y a construir un mundo más consciente y humano.
Leer es crecer.
Leer es abrir puertas a otros mundos, entender mejor lo nuestro y descubrir quiénes somos. Cada página puede enseñarnos algo, emocionarnos y transformarnos. La lectura no solo informa: despierta la imaginación, fortalece el pensamiento y nos conecta con los demás. Leer es crecer. Y todos estamos invitados a crecer.
*Alfredo Caballero Pineda, es escritor y consultor empresarial.
alfredocaballero.consultor@gmail.com
