Un 76 % de las micro y pequeñas empresas que operan en El Salvador aún no se registran formalmente, indicó la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (Fusai).
Una publicación, divulgada el mes pasado, señala que los niveles de informalidad en los negocios están relacionado con un déficit estructural del empleo que afecta a los jóvenes.
El director del Observatorio Mype, una división de Fusai, Luis Castillo, aseguró que todos los años al menos 35,000 salvadoreños no logran incorporarse al mercado laboral, lo que los obliga a recurrir a los negocios no formalizados.
“(Los jóvenes se incorporan al sector informal) ya sea como empleados o creando sus propios negocios, o buscar oportunidades en otros países”, añadió Castillo en la publicación.
Trabajar bajo la informalidad también puede ser el resultado de los negocios que no logran cubrir los costos de operar bajo regulaciones “demasiado rígidas”.
Según Fusai, un 47.2 % de los negocios en El Salvador ha considerado formalizarse en algún momento porque perciben diferentes tipos de beneficio a raíz del proceso.
El Observatorio Mype apunta a que, de esta porción, un 45.1 % lo quiere hacer porque hay más posibilidades de adquirir servicios financieros en mejores condiciones.
Además, un 33.9 % lo quiere hacer por tranquilidad de cumplir con la ley, mientras que un 26.7 % busca registrar el nombre del negocio, y un 20.9 % recuperar el impuesto al valor agregado (IVA).
En suma, las mypes también dijeron que estarían dispuestos a destinar hasta un 7 % de sus ganancias para cumplir con las obligaciones legales en sus emprendimientos.
Karla Urquiza, empresaria salvadoreña, aseguró a Fusai que la formalidad le impregnó un respaldo a su negocio, porque su imagen empresarial cambió y obtuvo mejores oportunidades financieras en la banca local.
Según el documento, un 38.9 % de las mypes no ha afiliado a sus empleados al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) o a la Administradora de Fondo de Pensiones (AFP) porque desconoce de los requisitos, mientras que un 24.4 % no lo hizo porque es un proceso costoso.
En el caso de un 23.9 %, no procedió con el trámite porque los empleados prefieren que el sueldo se entregue nominal, sin descuentos.
Sobre esto último, Castillo aseguró que en muchas ocasiones la mano de obra decide destinar sus ingresos por motivos inmediatos.
Fusai considera que las iniciativas para impulsar la formalización en el sector tienden a tener requisitos administrativos y tributarios “excesivos”, un motivo de desmotivación para los empresarios.
La institución hizo un llamado para que se ejecuten políticas y se facilite la información sobre los procesos.