La Administración de Donald Trump anunció la descertificación de Colombia en la lucha contra el narcotráfico, tras considerar que el país sudamericano “incumplió manifiestamente” sus compromisos internacionales contra las drogas, según un comunicado del Departamento de Estado.
“El cultivo de coca y la producción de cocaína han alcanzado récords históricos bajo la presidencia de Gustavo Petro, y sus fallidos intentos de llegar a acuerdos con grupos narcoterroristas solo han exacerbado la crisis”, señaló el comunicado.
Junto a Colombia, Estados Unidos también retiró de la lista a Afganistán, Bolivia, Venezuela y Birmania, por los mismos motivos de incumplimiento en sus esfuerzos antidrogas.
Washington advirtió que los países que no atiendan sus responsabilidades en la erradicación de coca y el control del tráfico de cocaína “enfrentarán graves consecuencias”. No obstante, insistió en que la asistencia estadounidense hacia Colombia, Bolivia, Venezuela y Birmania sigue siendo “vital para los intereses nacionales de EE.UU.”.
Sobre Colombia, el Departamento de Estado afirma que considerará quitar al país de la lista si el Gobierno de Petro: «Adopta medidas agresivas para erradicar la coca y reducir el tráfico de cocaína, así como para responsabilizar a quienes se benefician de ella».
Reacción del Gobierno colombiano
Horas antes del anuncio oficial, Gustavo Petro adelantó en un consejo de ministros que EE.UU. procedería con la descertificación antidrogas, pese a los sacrificios de militares, policías y civiles en la lucha contra el narcotráfico.
En 2024, Colombia reportó la incautación de más de 889 toneladas de cocaína, según el general Carlos Fernando Triana, director de la Policía Nacional, durante una visita a Washington. Sin embargo, estas acciones no evitaron la decisión de la Casa Blanca.
La medida afectará directamente la cooperación internacional contra el narcotráfico, en especial las operaciones contra el Clan del Golfo, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, grupos armados que mantienen actividades ligadas al tráfico de drogas en Colombia.
La certificación antidrogas de EE.UU., vigente desde 1986, evalúa anualmente los esfuerzos de una veintena de países productores y de tránsito de drogas ilícitas.
El silencio para quienes han sido privados arbitrariamente de su libertad constituye una de las tragedias más profundas de nuestra sociedad contemporánea. No se trata solo del mutismo forzado por los barrotes de una celda, sino del grito ahogado de las familias que esperan, impotentes, respuestas que nunca llegan. En El Salvador, la captura de personas sin pruebas suficientes, sin garantías procesales y sin un debido proceso, ha erosionado no solo el Estado de Derecho, sino también la dignidad humana más elemental.
En el núcleo familiar es donde más se siente el golpe de la arbitrariedad. La madre que cada noche mira el retrato de su hijo y pregunta a Dios por qué el destino le ha sido tan cruel; los hijos que crecen con la ausencia inexplicable de un padre que fue arrancado de sus brazos; las parejas que enfrentan el desgarro de una vida compartida que se interrumpe de manera abrupta. Esta disolución del tejido familiar no es un efecto colateral: es la consecuencia directa de un sistema que privilegia la estadística de detenciones por encima del respeto a la justicia.
El dolor de las familias no es solo emocional, también es jurídico. Cuando la defensa no puede acceder a brindar una legitima defensa, cuando los jueces se pliegan a criterios no jurídicos, cuando el principio de presunción de inocencia se desvanece ante la retórica de la sospecha, la impotencia se instala como una losa. El derecho a una defensa efectiva se convierte en un simulacro, un formalismo vacío que no logra resistir el peso de un aparato estatal que confunde la severidad con la justicia y la represión con el orden. Los abusos de las autoridades no se manifiestan únicamente en la captura arbitraria.
Se revelan en la falta de transparencia en las audiencias, en el ocultamiento de pruebas que podrían favorecer al detenido, en el uso excesivo de la fuerza y en la prolongación injustificada de los plazos de detención. Esta práctica, en nombre de la seguridad, reproduce un sistema donde el ciudadano es visto no como sujeto de derechos, sino como objeto de control. Desde la perspectiva jurídica, estos actos socavan la esencia del constitucionalismo moderno. Una Constitución no se honra en el papel, sino en su aplicación efectiva.
Y cuando se priva a una persona de su libertad sin fundamentos claros, se viola no solo el artículo que consagra la libertad personal, sino también el principio superior de la dignidad humana. El derecho no puede ser un arma de intimidación al servicio del poder; debe ser un escudo que proteja incluso a quienes son señalados por las mayorías. La dimensión teológica de este drama añade un matiz de mayor profundidad. La Escritura exhorta a no olvidar a los presos, a identificarse con su sufrimiento como si nosotros mismos estuviéramos encarcelados.
El Señor Jesucristo experimentó la injusticia de un proceso viciado, cargó sobre sí acusaciones falsas y soportó la humillación de ser condenado sin culpa. Esa experiencia divina se refleja hoy en los miles de inocentes que enfrentan la cárcel sin haber tenido siquiera la oportunidad de ser escuchados. Es aquí donde resuena con fuerza la exhortación del apóstol Pablo: “Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo” (Hebreos 13:3).
Este pasaje no es una simple recomendación es un llamado a la empatía activa, a la solidaridad que se transforma en acción y en denuncia frente a la injusticia. Ante esta realidad, la sociedad no puede callar. Callar es ser cómplice. Callar es permitir que la arbitrariedad se normalice, que la injusticia se convierta en rutina y que el dolor de las familias se pierda en la indiferencia. Levantar la voz no significa debilitar al Gobierno Central ni favorecer a los pandilleros, significa recordar que la justicia sin piedad es tiranía, y que la seguridad sin derechos es solo una máscara de opresión.
La verdadera fortaleza de un país no se mide por la cantidad de reos que encierra, sino por la calidad de justicia que imparte. Un Estado que encarcela a inocentes destruye su propio futuro, porque cada familia desintegrada, cada hijo huérfano de padre injustamente detenido, cada madre que llora en silencio, son heridas abiertas en el cuerpo social que tarde o temprano reclamarán cicatrización. El Salvador necesita reencontrarse con los principios que dieron vida a su Constitución, necesita autoridades que comprendan que la represión indiscriminada siembra resentimiento.
Y que la justicia, aunque lenta, debe ser imparcial y transparente. La dignidad humana no admite excepciones. El dolor de los inocentes no puede ser silenciado. Es deber de los jueces, de los fiscales, de los abogados y de toda la sociedad romper ese silencio y devolver la esperanza a quienes hoy sufren en las sombras de la injusticia.
Tuve el honor de participar en el 91 Congreso del Pen Club Internacional que se celebró en Cracovia, Polonia, al que concurrieron cientos de personas miembros de las decenas de clubes de todo el mundo que participaron, siendo uno de ellos el Pen Club Cubano Exiliado que preside el doctor Daniel Pedreira.
La delegación cubana estuvo integrada por tres personas, el doctor Pedreira, el exprisionero político Kemel Jamiz quien, aunque no es miembro del Pen, recibió con beneplácito nuestra invitación a que participara en el evento, y este servidor.
El Pen Internacional, fundado en Londres en 1921, por Catherine Amy Dawson Scott, es una organización que promueve la libertad de expresión y la amistad entre escritores. Su nombre, es un acrónimo de Poetas, Ensayistas y Novelistas y ha incorporado a sus eventos, acción que reproducen los Pen locales, el concepto de la Silla Vacía, que consiste en designar a un creador en prisión o perseguido, como ocupante simbólico de un puesto importante en la reunión plenaria.
Antes que todo debo decir que el programa estuvo muy bien organizado, el Pen anfitrión, el de Polonia, hizo un excelente trabajo que todos debemos reconocer. Las jornadas fueron fuertes, pero no agotadoras y se discutieron muchos temas de actualidad sobre los que vale la pena reflexionar.
Nunca había participado en un encuentro de escritores poetas y periodistas de tal calibre y no pude evitar pensar cuantos de estos sucesos valiosos se han perdido los creadores cubanos por padecer un régimen totalitario de 66 años, por su parte, los autores del exilio han tenido la oportunidad estar presente gracias a la gestión de Octavio R. Costa, Reinaldo Bragado Bretaña, Indamiro Restano y Armando de Armas quienes bajo el liderazgo del inolvidable Ángel Cuadra, lograron que el Pen Internacional acogiera al Pen Cubano Exiliado, una condición bastante complicada de lograr.
La delegación del Pen Cubano tenia como objetivo la materialización de que la poetisa cubana encarcelada, María Cristina Garrido Rodríguez quien cumple una condena de siete años de cárcel por manifestarse pacíficamente el pasado 11 de julio de 2021, exigiendo “libertad” para Cuba, fuera distinguida con la previa propuesta de que ocupara una silla vacía, distinción que alcanzo también otro latinoamericano, el periodista venezolano, también en prisión, Rory Branker.
Otro propósito de la delegación de cubanos exiliados fue que se dilucidara la participación en el Pen Internacional de un Pen Cubano radicado en la Isla, una membresía objetada por los desterrados desde los tiempos en que fungía como presidente del mismo el escritor Jose Antonio Albertini, quien siempre objeto la incorporación de un club habanero porque este nunca podría cumplir los preceptos fundacionales del Pen Internacional de defender la libertad de expresión e información y menos, luchar a favor de aquellos a los que la dictadura castrista conculca sus derechos, además, de no haber dado señales de actividad desde hace varios meses por lo que fue puesto a “dormir”, condición que fue refutada por el doctor Pedreira por considerar que por todas las causas expuestas debería ser excluido de la organización.
Pero bien, no todo lo que brilla es oro y en mis cuatro días de sesiones continuas y reuniones de pasillo, pude apreciar, es una opinión personal, que una organización que se ha ganado un amplio prestigio internacional esta en peligro de perder su identidad y transformarse en un cuerpo de activistas guiado, mas por las simpatías y antipatías que por la razón.
Por ejemplo, una propuesta de la directiva de reformar los estatutos por los que se rige la institución alude a ampliar el espectro de los miembros permitiendo el ingreso de personas que no sean precisamente novelistas, poetas y ensayistas lo que abriría las compuertas a activistas políticos de todas las tendencias, condición que a mi juicio acabaría con la efectividad del Pen.
Además, en una reunión que sostuvieron varios directivos de los Pen latinoamericanos, bajo la dirección de la señora Alicia Quiñones, uno de los participantes expreso preocupación por los indocumentados que se encuentran en prisión en Estados Unidos y la posibilidad que algunos de ellos fueran autores, a lo que respondí que eso podía ser cierto, pero que en ningún momento se podía comparar lo que afirmaba con lo que sufrían los creadores en Bolivia, Nicaragua, Venezuela, Cuba y otros muchos países.
La capa de ozono, ese frágil escudo atmosférico ubicado a unos 25 kilómetros de altura y vital para proteger la vida en la Tierra de la radiación ultravioleta, muestra claros signos de recuperación, aunque aún tardará medio siglo en volver a los niveles previos a 1980, explicó Alberto Redondas, científico del Observatorio Atmosférico de Aemet en Izaña (Tenerife).
En el marco del Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono, cuyo lema este año es “De la ciencia a la acción global”, Redondas destacó la importancia de los acuerdos internacionales, como el Protocolo de Montreal, que prohibió el uso de los clorofluorocarbonos (CFCs), gases responsables de destruir el ozono.
El especialista explicó que la recuperación de la capa de ozono avanza con fluctuaciones anuales. Por ejemplo, en 2023 el agujero de ozono en la Antártida fue de los más grandes registrados, mientras que en 2024 fue de los más pequeños. En 2025, se sitúa en valores cercanos al promedio.
No obstante, advirtió que fenómenos como erupciones volcánicas, incendios forestales masivos o basura espacialpueden afectar negativamente este proceso.
“La humanidad está viva gracias a la capa de ozono, que bloquea la radiación ultravioleta del sol capaz de dañar el ADN”, enfatizó Redondas. Sin esta barrera, los ecosistemas terrestres y marinos no habrían podido desarrollarse.
Un debilitamiento del ozono tendría graves consecuencias: aumento del cáncer de piel, cataratas, debilitamiento del sistema inmunológico y alteraciones en el fitoplancton, base de la cadena alimenticia marina.
El científico explicó que el cambio climático y la capa de ozono están estrechamente relacionados. El agujero de ozono ha modificado los patrones de lluvia en el hemisferio sur, mientras que el aumento de CO₂ enfría la estratosfera, ralentizando la destrucción del ozono, pero afectando la circulación atmosférica, lo que deja a las regiones tropicales más vulnerables.
Aunque la mayor parte del trabajo se hizo en los años 80 al prohibir los CFCs, hoy el reto principal es frenar el cambio climático, considerado la amenaza indirecta más grave para la capa de ozono.
Redondas recordó que en los 90 el agujero de ozono era noticia mundial, pero la atención mediática ha disminuido. Aun así, campañas sobre la prevención del cáncer de piel mantienen viva la conciencia social sobre la importancia de este tema ambiental.
Al menos 60,000 personas privadas de libertad en Cuba, casi la mitad de su población penitenciaria estimada, son obligadas a realizar trabajos forzados sin salario o con pagos simbólicos, en condiciones consideradas “inhumanas y explotadoras”, denunció este lunes la organización Prisoners Defenders en un nuevo informe.
El Primer Informe Integral sobre el Trabajo Forzoso en las Prisiones en Cuba, de 42 páginas, está basado en 53 entrevistas estandarizadas a exreclusos y 60 testimonios adicionales, verificados mediante fuentes documentales externas. La ONG afirma que los reos, incluidos presos comunes y políticos, laboran bajo “condiciones de esclavitud”, violando todas las normas internacionales sobre derechos laborales.
El reporte indica que los prisioneros trabajan en promedio 63 horas semanales en la producción de carbón vegetal de marabú, la zafra de caña de azúcar, la elaboración de tabacos y la construcción. La mayoría aseguró no tener herramientas ni protección, ni acceso a descansos adecuados, lo que ha provocado daños físicos y mentales.
Todos los entrevistados dijeron haber sido obligados a trabajar mediante amenazas, violencia física o represalias, incluso cuando padecían enfermedades crónicas o lesiones incapacitantes. La investigación también subraya que mujeres y afrodescendientes son desproporcionadamente afectados por esta práctica, y enfrentan discriminación agravada y violencia, incluida la sexual.
Exportaciones a Europa bajo sospecha
Una parte significativa del producto del trabajo forzado en cárceles cubanas es exportado, según la ONG. Solo en 2023, Cuba exportó $61.8 millones en carbón vegetal de marabú, lo que lo convirtió en el sexto producto más exportado por la isla y posicionó al país como el noveno mayor productor mundial de este insumo.
España encabeza la lista de países europeos que importan el carbón cubano, seguida de Portugal, Grecia, Italia y Turquía. Parte de este producto también llega a Francia, Alemania, Reino Unido y Países Bajos. Según el informe, por cada saco de 15 kilos vendido en España, un reo cubano recibe menos de un centavo de dólar, mientras que los distribuidores en Europa ganan más de $21 y el gobierno cubano cerca de $8.
Prisoners Defenders calificó como “desmedido ánimo de lucro” las motivaciones del gobierno cubano y las empresas europeas implicadas. Además, pidió a la Unión Europea actuar con “diligencia debida” y prohibir la comercialización de productos elaborados en condiciones de esclavitud.
El informe también denuncia que al menos un 7.5 % de los puros cubanos, incluidos los de marcas reconocidas como Cohiba, son elaborados por presos bajo coerción, y también se exportan a distintos mercados del mundo.
La gala de los Premios Emmy 2025 marcó un hito histórico con la victoria de Owen Cooper, quien con tan solo 15 años se convirtió en el actor más joven en ganar un Emmy al obtener el galardón a Mejor actor de reparto en una miniserie.
El joven británico, casi desconocido hasta hace unos meses, superó a figuras de renombre como Javier Bardem, nominado por su papel en la serie de Netflix Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menendez.
Cooper debutó como actor en la exitosa miniserie Adolescence (Adolescencia), donde interpretó a Jamie Miller, un adolescente acusado de asesinar a una compañera de colegio. Su interpretación cautivó a la crítica y al público, destacando por su naturalidad y madurez frente a la cámara.
La serie, estrenada en marzo de 2025, ya es la segunda producción en inglés más vista en la historia de Netflix, solo detrás de Miércoles, con más de 540 millones de horas reproducidas. Además, es el título británico más exitoso de la plataforma.
Sus compañeros de elenco, como Stephen Graham, Erin Doherty, Ashley Walters y Christine Tremarco, también recibieron nominaciones, y Adolescencia compite en la categoría de Mejor miniserie.
Owen Cooper en una escena de la serie de Netflix Adolescence. EFE
La inesperada carrera de Owen Cooper
Nacido en Warrington, Inglaterra, Owen Cooper soñaba con ser futbolista profesional y llegó a jugar en el equipo juvenil sub-15 del Warrington Rylands. Sin embargo, su destino cambió cuando comenzó a tomar clases en la escuela de actuación The Drama Mob.
En una entrevista con Variety, Cooper confesó: “Crecí queriendo ser futbolista, pero empecé clases de actuación hace un par de años y simplemente me enamoré del proceso”.
El director Philip Barantini destacó su talento natural: “Hay actores que se forman durante años y aún no dominan lo que Owen ya tiene: estar presente, escuchar y ser auténtico”.
Con este triunfo, Owen Cooper no solo entra en la historia como el ganador más joven de un Emmy, sino que también consolida su futuro en Hollywood. Su actuación en Adolescencia demuestra que la nueva generación de actores británicos tiene un lugar asegurado en la industria global.
“Empecé clases de actuación hace un par de años, pero nunca imaginé estar en Estados Unidos y mucho menos aquí, recibiendo un Emmy”, declaró emocionado al recibir el galardón.
Ocho años después de su retiro, Usain Bolt, plusmarquista mundial de los 100 metros (9.58s) y 200 metros (19.19s), sigue siendo reconocido como el hombre más rápido del mundo y una leyenda del atletismo mundial.
Desde el Estadio Olímpico de Tokio, el jamaicano compartió reflexiones sobre su carrera, el futuro de los jóvenes atletas y el recuerdo de sus grandes triunfos.
Retirado desde 2017, Bolt aún conserva sus récords mundiales, que nadie ha logrado superar, pese a los intentos de estrellas como el estadounidense Noah Lyles. “Con el tiempo, con nuevas zapatillas y tecnología, los récords caerán, pero lo más importante siempre será el talento”, señaló.
El jamaicano destacó que su mayor satisfacción es que los aficionados lo sigan considerando una referencia: “Quería ser una leyenda, establecer estándares altos, y lo hice”.
Bolt aseguró que observa con interés el progreso de los velocistas Oblique Seville y Kishane Thompson, aunque insiste en que la clave está en la ejecución y en la fortaleza mental en competiciones de alto nivel.
Sobre el joven australiano Gout Gout, quien con 17 años ya marcó 20.02 segundos en 200 metros, afirmó: “Siempre me impresionan los jóvenes con talento. Solo espero que encuentre un buen equipo y entrenador para hacer una mejor transición al nivel superior de la que tuve yo”.
Al recordar los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, donde ganó tres medallas de oro, Bolt fue contundente: “Fue un momento que cambió mi vida. Siempre tendrá un lugar especial en mi corazón”.
Sobre su vida cotidiana tras el retiro, reveló que dedica gran parte del tiempo a sus hijos, a ver películas y a ejercitarse en el gimnasio: “Ahora tengo que volver a correr porque cuando subo escaleras me falta el aire”, comentó entre risas.
Para Bolt, la evolución tecnológica y el uso de nuevos clavos y pistas ayudan, pero no sustituyen al talento natural: “Quizá antes había más talento. La tecnología puede apoyar, pero lo esencial sigue siendo la capacidad del atleta”.
Con los Mundiales de Atletismo Pekín 2027 en el horizonte, el jamaicano asegura que seguirá siendo un espectador apasionado, observando la nueva generación de velocistas que buscan alcanzar lo que él logró: convertirse en leyenda.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, afirmó este lunes que la relación con El Salvador “nunca ha sido más fuerte”, destacando el trabajo conjunto que impulsa la prosperidad regional.
“El vínculo entre Estados Unidos y El Salvador nunca ha sido tan fuerte”, expresó Rubio en un mensaje oficial por el 204.º aniversario de la independencia de El Salvador.
Rubio elogió el liderazgo del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señalando que ambos mandatarios han allanado el camino hacia un futuro más prometedor para sus pueblos.
“Bajo el liderazgo del presidente Trump y el presidente Bukele, ambas naciones están allanando el camino hacia un futuro más próspero”, subrayó el Secretario de Estado que incluyó a El Salvador en su primera gira internacional en febrero pasado.
Según Rubio, “la alianza entre Estados Unidos y El Salvador es un reflejo de los sólidos lazos que compartimos, mientras trabajamos juntos para combatir la inmigración irregular, fomentar el crecimiento económico y fortalecer la seguridad en la región”.
El alto funcionario también expresó su respaldo al pueblo salvadoreño en esta fecha histórica. “Nos unimos al pueblo de El Salvador para celebrar este importante día nacional. En nombre de Estados Unidos, felicito sinceramente al pueblo salvadoreño en su 204.º aniversario de independencia”, dijo.
La administración del presidente Donald Trump ha mantenido una estrecha relación con el gobierno de Bukele, priorizando temas como la cooperación bilateral, el combate a las redes de tráfico de personas y la expansión de oportunidades económicas como parte de su agenda regional.
La sátira de Apple TV+ a los grandes estudios de Hollywood ‘The Studio’ batió el récord este domingo como la serie de comedia con una temporada más galardonada en la historia de los Emmy, mientras que la miniserie ‘Adolescence’ se impuso en todas las categorías en las que era elegible esta noche y el drama ‘The Pitt’ se alzó como la mejor serie de drama.
La comedia «The Studio» protagonizada por Seth Rogen obtuvo 13 estatuillas en total, entre ellas a las categorías de mejor serie de comedia y mejor actor, superando así el récord que había sentado en 2023 su contendiente ‘The Bear’, que entonces acumuló diez premios.
‘The Pitt’, por su parte, se impuso en la categoría de mejor serie de drama, derrotando así a ‘Severance’, la más nominada de esta edición; mientras que su protagonista, Noah Wyle, triunfó en la categoría de mejor actor de drama.
La historia de un empleado cuya empresa separa quirúrgicamente los recuerdos laborales de los personales logró acumular ocho galardones entre los que destacan un premio a mejor actriz de drama para Britt Lower y mejor actor de reparto para Tramell Tillman.
Seth Rogen en la presentación de la serie ‘The Studio’, una de las favoritas para los premios Emmy 2025. EFE
‘Adolescence’ triunfa pero ‘The Penguin’ se impone
En el apartado a mejor serie limitada, ‘Adolescence’ conquistó con ocho estatuillas las categorías principales, incluido mejor actor de reparto para Owen Cooper, quien además superó el hito que Scott Jacoby logró en 1973, como el actor más joven en recibir un Emmy en alguna categoría de interpretación.
Copper da vida a Jamie Miller, un niño de 13 años acusado de asesinar a una compañera de salón. A los cinco galardones que logró en la gala de este domingo se suman otros tres en las categorías técnicas entregados el pasado fin de semana.
Stephen Graham, quien además de recoger el premio a mejor dirección, también se alzó con la estatuilla a mejor actor principal, quiso dedicar su reconocimiento a su mujer: «Sabes que sin ti yo estaría muerto», dijo el actor británico al recibir el premio.
Aunque ‘The Penguin’ (HBO Max), que partía como la más nominada en las categorías de serie limitada, logró alzarse con nueve galardones posicionándose como el segundo proyecto más premiado de la gala.
Además, la actriz estadounidense Cristin Milioti se impuso en el apartado a mejor actriz en serie limitada con uno de los discursos más emotivos de la gala.
«Es muy difícil dar sentido a estar vivo en este momento en este mundo por lo que estoy profundamente agradecida por los momentos brillantes», dijo mientras recogía el galardón.
La 77 edición de los premios Emmy sirvió de altavoz para algunos actores y trabajadores en la industria de Hollywood, una de las más poderosas del mundo, para apoyar al pueblo palestino.
Javier Bardem apareció en la alfombra roja de los premios con una kufiya, un pañuelo tradicional de Oriente Medio, para precisamente «denunciar lo urgente, el genocidio de Israel en Gaza», dijo a EFE.
El actor español alzó la voz para llamar a «las sanciones que deben darse al estado genocida de Israel, no solamente por el genocidio en curso, sino también por el estado de apartheid que provoca tanto desgarro».
También la estrella de ‘Hacks’ Hannah Einbinder, cerró su discurso tras recoger el Emmy a mejor actriz de reparto en una serie de comedia, en apoyo al pueblo palestino y con un alegato en contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés).
Por su parte, la comediante estadounidense Meghan Stalter posó en la alfombra roja de los Emmy con un bolso negro que con la inscripción «¡cese el fuego!».
La Academia rindió homenaje al reciente fallecido vocalista de la banda de heavy metal Black Sabbath, Ozzy Osborne y a otros iconos de Hollywood como la actriz Michelle Trachtenberg (‘Gossip Girl’), Maggie Smith (‘Harry Potter’), David Lynch (‘Blue Velvet’) o el legendario compositor Quincy Jones.
La gala también dio momentos para la nostalgia, como las reuniones que protagonizaron Alexis Bledel y Lauren Graham de la emblemática serie ‘Gilmore Girls’, o la presencia del elenco de la longeva serie ‘Law and Order’, encabezado por Mariska Hargitay.
El comediante estadounidense Stephen Colbert (2-i) y el equipo posan con el premio al Mejor Programa de Entrevistas por «The Late Show With Stephen Colbert». EFE
También Stephen Colbert, cuyo programa recientemente fue cancelado por CBS, una decisión celebrada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, recibió un Emmy a mejor programa de charlas y fue uno de los más ovacionados de la noche.
«Nunca he amado tanto a mi país, hagamos América grande de nuevo, sean valientes», concluyó el comediante en su discurso, acompañado de una larga ovación y gritos de ánimo por parte de los asistentes.
Hoy me dirigía a realizar algunas tareas domésticas cuando, al pasar frente a una escuela, me encontré con todos sus alumnos alineados a lo largo de la carretera, enarbolando pequeñas banderas de nuestro país. Por supuesto, disminuí la velocidad del automóvil, sorprendido por el griterío de los jóvenes en uniforme. Recordé que, en esta época y con la nueva ministra de Educación, deben saludar. Al mismo tiempo, me hizo pensar que estamos en el mes de la patria, ese tiempo en que con júbilo patriótico celebramos nuestra independencia nacional. ¡Que somos libres y soberanos! Pero… ¿realmente lo somos?
El concepto de independencia nacional se describe como la condición en la que un pueblo o un Estado logra autonomía plena frente a cualquier otra potencia extranjera, es decir, cuando deja de estar sometido política, económica, militar o culturalmente a un poder externo. Es decir, la independencia nacional es la capacidad de un país para ejercer soberanía plena sin subordinación externa, tomando decisiones propias sobre su gobierno, economía y cultura.
¿Pero es nuestro país realmente independiente?
Sin intención de parecer sacrílego o traidor, creo que esta es una pregunta importante que nos invita a reflexionar sobre el estado actual de nuestra soberanía y libertad. Reflexionar sobre nuestras fortalezas y debilidades es esencial para poder avanzar como nación.
La independencia de El Salvador —como la de muchos países— puede analizarse desde distintos ángulos. Uno de ellos es la independencia histórica: El Salvador proclamó su independencia de España el 15 de septiembre de 1821, junto con otras provincias centroamericanas. Sin embargo, en los años siguientes estuvo ligado al Imperio Mexicano (1822-1823) y luego formó parte de la Federación Centroamericana (1824-1839), hasta que finalmente quedó como república independiente. En este sentido, sí es independiente en lo formal y jurídico, ya que no está bajo dominio colonial.
Otro aspecto por considerar es la soberanía política. El Salvador tiene su propio gobierno, constitución, leyes e instituciones. Elige a sus autoridades y no depende jurídicamente de otro país. Pero en la práctica, la influencia externa es fuerte, especialmente de Estados Unidos —en política, economía, migración, seguridad y remesas—, así como de organismos financieros internacionales. Esto limita la capacidad de tomar decisiones completamente autónomas.
La dependencia económica es otra variable que afecta nuestra independencia. Más del 20% del PIB proviene de remesas familiares enviadas desde EE. UU., lo cual genera un nivel considerable de dependencia. Además, el país importa gran parte de lo que consume —alimentos, energía y bienes industriales—, lo que hace que su independencia económica sea muy frágil.
Finalmente, la independencia cultural también merece análisis. El Salvador conserva su identidad, tradiciones y expresiones propias, pero está expuesto a una fuerte influencia cultural extranjera, desde medios de comunicación y música hasta la moda y el uso del idioma inglés entre los jóvenes.
El Salvador es independiente de manera formal y jurídica, pero en la práctica su independencia es limitada por la dependencia económica, la influencia política y la presión de actores internacionales. Dicho de otra forma: es soberano en papel, pero vulnerable en la realidad.
Entonces, ¿porque celebramos con tanto fervor nacionalista?
Esta pregunta, que estoy seguro muchos se hacen, y que toca una distinción entre lo simbólico y lo práctico.
Celebrar la independencia no es solo conmemorar la ausencia de dominio colonial, sino recordar la identidad nacional, la lucha de los próceres y los valores de libertad y soberanía. Celebrar la independencia es recordar que como pueblo se luchó, algunos hasta la muerte, por obtener una identidad propia y un derecho para decidir nuestro propio destino. Es cierto que a través de los años y presiones externas, cierto grado de esa identidad salvadoreña y esa autonomía se han visto disminuidas, pero es que esa celebración también nos sirve como recordatorio de los desafíos que todavía tenemos como nación. Nos sirve también como un acicate hacia nuestras aspiraciones de libertad y soberanía.
En estos tiempos ningún país ni nadie es completamente independiente. En pocas palabras: celebramos la independencia porque representa nuestra identidad y soberanía histórica, incluso si la independencia “real” es parcial. Es más, un acto de memoria y aspiración que un reflejo literal de la situación actual.
*El Dr. Alfonso Rosales es médico epidemiólogo y consultor internacional