Un 82 % de las bordadoras salvadoreñas a domicilio gana menos del salario mínimo, según un diagnóstico publicado el miércoles por el Sindicato de Trabajadoras de Bordado a Domicilio de El Salvador (Sitrabordo).
La investigación, ejecutada por las consultoras Katherine Limo y Keysi Orellana, señala que ocho de cada 10 bordadoras a domicilio ganan por debajo de $408.80, el salario mínimo vigente en El Salvador.
El documento fue elaborado entre mayo y junio con más de 70 bordadoras, el cual reveló que la mayoría de mujeres ganan entre $30 y $60 al mes.
Según Orellana, en las indagaciones se descubrió que, aunque se establezca un monto por pago de cada pieza, por ejemplo $2.50, la remuneración final puede variar según las valoraciones de las personas que recogen el producto.
“Si la forma en cómo se realiza el bordado, y demás no le parece ese precio, incluso puede llegar a los $2.35”, indicó Orellana.
Trabajos extras
Debido a la situación, muchas mujeres se ven obligadas a tener más empleos con el objetivo de alcanzar al menos los $150 mensuales, desde vender comida hasta acarrear agua para terceros.
Según el diagnóstico, un 48 % de las bordadoras a domicilio tiene un segundo empleo o es ama de casa, realizando labores de cuidado junto con el trabajo remunerado.
Lilian Pérez, bordadora a domicilio con más de 20 años en el rubro, se levanta todos los días a las 3:00 a.m. para acarrear cantaradas de agua por $0.75 el viaje, también se dedica a vender ropa por encargo; sin embargo, el dinero no da abasto para completar todos los tiempos de comida.
La jornada de Pérez continúa el resto del día, entre el hilo y la tela que se vuelven sus herramientas para convertir pequeños trazos en obras de arte que le llevan de 12 a 24 horas en confeccionar.
Al igual que Pérez, Gloria Hernández, tuvo que enseñar a otras personas a bordar para poder sacar los pedidos a tiempo, de esta forma, cada pago que la empresa realiza cuando recolecta las prendas es repartido con más de una persona.
La secretaría de Sitrabordo, Isela Beltrán, estima que más de mil familias conforman el grupo de bordadoras a domicilio en El Salvador.
Situación
El análisis también arrojó que un 97 % de las bordadoras no cuentan con acceso a seguridad social.
Además, un 63.4 % considera que los centros de salud comunitarios son de mala calidad, mientras que un 29.6 % lo considera regular.
Debido a esta situación, un 23.9 % decide automedicarse, un 23.9 % recurre a medicina natural y un 4.2 % se ve obligado a recurrir a un médico privado.
Yesenia Ramírez, con 25 años de experiencia en el bordado, señaló que, al igual que ella, muchas mujeres padecen enfermedades de la vista, al mismo tiempo que tienen problemas de espalda y en las articulaciones.
El bordado es una labor que no para, mientras el diagnóstico es expuesto al menos cuatro mujeres hacen danzar la aguja al mismo tiempo que la consultora Orellana señala que la labor precariza la vida de las trabajadoras.
Pese a esta situación, Beltrán reconoce que el pago que se realiza para las mujeres “es de mucha ayuda” porque buena parte tuvo o tiene hijos pequeños que necesitan cuidados y por los que se ven obligadas a trabajar desde casa.
Sitrabordo destacó que no es tan fácil “buscar otro trabajo”, porque, además de las labores de cuidados que tienen, muchas no cuentan con dinero para pagar a terceros la vigilancia de sus hijos y, por otro lado, no tienen estudios que les faciliten nuevas plazas.
El diagnóstico evidencia que un 73 % de las trabajadoras tiene un nivel de escolaridad de entre primero y noveno grado pero, de esta porción, solo un 13 % logró cursar tercer ciclo.
Las bordadoras a domicilio hicieron énfasis en la necesidad de ratificar el convenio 177, al mismo tiempo, la secretaria general de la Federación de Asociaciones y Sindicatos Independientes de El Salvador (FEASIES), Marta Saldaña, dijo que en el país existe un marco normativo que mandata a los empleadores que tienen trabajadores a domicilio a inscribirlos ante el Ministerio de Trabajo y Previsión Social.
