El Salvador cumple un año desde que se identificó el primer caso de gusano barrenador

Hace un año, en la ciudad de Sociedad, en Morazán, las autoridades agropecuarias detectaron el primer caso de algo que parecía aislado: un bovino enfermo con gusano barrenador de ganado (GBG) que desataría una lucha por detener la propagación de la enfermedad y el impacto que generaría.

La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) divulgó un primer y único informe cuatro días después, en el que se constató que el 10 de diciembre de 2024, el gusano barrenador reapareció en El Salvador desde el último caso, reportado el 31 de mayo de 1994.

En ese documento se confirmó que había 11 casos susceptibles y que el bovino contagiado había sido desinfectado, junto a un control de vectores y la ejecución de restricciones de movimientos, de la mano de un tratamiento, vigilancia y zonificación.

El segundo caso fue reportado en un informe de la Organización Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa), donde se sumó un perro infectado antes que finalizara el 2024.

El aparecimiento de la enfermedad no fue algo aislado en El Salvador, pues, desde 2022, los casos que se encontraban en la selva del Darién, entre Panamá y Colombia, se extendieron hacia el resto de la región.

La mosca Cochliomyia hominivorax comenzó a subir y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) ha reconocido que el ingreso era «imposible de detener«.

El coordinador de la Mesa Agropecuaria, Rural e Indígena, Mateo Rendón, recordó que el primer caso confirmado en el oriente del país se tradujo en una alarma para el sector, porque la mayoría de los productores no sabían cómo tratar la enfermedad.

«El problema fue que nos encontró desarmados, cuando el gusano entró no había ningún producto especial para combatirlo», señaló Rendón.

El resurgimiento de la infección se propagó no sólo con una resistencia a medicamentos que se usaron antes, sino que, además, tomó como sus principales víctimas a los perros, al punto que, según datos de la Oirsa, El Salvador y Belice fueron los únicos que, en algún momento, tuvieron como principal especie afectada a los caninos.

Reporte de la OMSA divulgado el 14 de diciembre de 2024. /OMSA

Rendón recordó que hace más de 30 años la enfermedad se combatió con moscas esterilizadas con radiación, una medida con la que no se cuenta en la actualidad, al menos para todos los países de Centroamérica.

Pese a los cercos sanitarios levantados en Morazán y la zona del río Lempa, la mosca se expandió como polvorín en todo el país.

El MAG guardó un silencio sepulcral durante los primeros tres meses de la enfermedad a nivel de redes sociales, pero en febrero de 2025 decretó emergencia zoosanitaria en el Diario Oficial.

La Mesa Agropecuaria reconoce que la mosca se expandió a nivel nacional en tan solo tres meses.

Ante el aumento creciente de casos, el MAG decidió iniciar con campañas de vacunación y ataque directo a la enfermedad a partir de mayo.

«Aguantamos la investidura del gusano durante cuatro meses, a los cinco meses fue que empezamos a ganar terreno al gusano», puntualizó Rendón.

Los agropecuarios recordaron que, a partir de mayo, comenzó a ingresar medicamento extranjero y nacional a los agroservicios y las clínicas veterinarias para la atención de los casos.

En un inicio, obtener medicamento para tratar la enfermedad implicaba grandes costos para los productores, pero la situación cambió luego de que Laboratorio Labis lanzó al mercado Barremax, un producto que se aplica directamente en la herida de los infectados y que mata la miasis.

Las campañas departamentales comenzaron a tener  efecto, con jornadas de vacunación de ivermectina, efectivo para el control de vectores dentro y fuera del pelaje animal.

Pese a los avances, Rendón aseguró que esto no significa que se ha erradicado la enfermedad, aunque sí se ha logrado controlar desde julio y agosto de 2025.

La clave para el control, indicó Rendón, está relacionado con las campañas junto a los 1,200 técnicos del MAG, y la difusión de la información a través de redes sociales.

 

Casos

Aunque el MAG ha divulgado algunas zonas donde se realizan campañas de control de vectores, ha sido mezquino al momento de confirmar los casos positivos.

Tanto el MAG como el Oirsa han divulgado la información relacionada con el avance de los casos a través de terceros, como el Colegio de Médicos Veterinarios y Zootecnistas de Guatemala (CMVZ) y el Sistema de Integración Centroamericana (Sica).

El último informe fue compartido por la Sica a través de un comunicado, en donde se reveló que hasta el 28 de junio de 2025, El Salvador registra 2,973 casos de GBG, sin detallar las especies infectadas.

Rendón estima que desde el inicio de la emergencia se han reportado más de 5,000 casos, la cual arrebató la vida cerca de un centenar de cabezas de ganado.

 

A futuro

Los productores hicieron énfasis en la necesidad de que las personas no se descuiden con mascotas y animales de sangre caliente, y se mantengan vigilantes al abastecimiento de los medicamentos de control y ataque a la enfermedad.

La Mesa Agropecuaria también recordó que el país aguarda el envío de moscas estériles para continuar combatiendo la enfermedad.

Tras un año de presencia, el gusano barrenador también ha dejado casos en humanos y en la vida silvestre en El Salvador.