Dos gremiales empresariales se mostraron en favor del aumento al salario mínimo, pero pidieron medidas en beneficio de las micro y pequeñas empresas (mypes) durante la ejecución de la iniciativa.
La Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal) reconoció la importancia de la revisión periódica del salario mínimo y aseguró que la capacidad de respuesta variará de los sectores y los tamaños de las empresas.
La gremial indicó que algunas empresas pueden estar en las condiciones de aplicar el ajuste, pero que otras, en especial las mypes, “enfrentan desafíos importantes”.
“Para la implementación de esta propuesta debe considerarse no solo el porcentaje y la fecha de entrada en vigor, sino también los mecanismos de transición o acompañamiento que faciliten su implementación de manera sostenible”, indicó la Cámara de Comercio.
El 25 de abril, el presidente Nayib Bukele informó sobre el envío de una propuesta al Consejo Nacional del Salario Mínimo (CNSM) para aumentar la remuneración mínima en un 12 % a partir de junio de 2025, para los sectores de maquila, industria, agropecuario, comercio y servicios.
La medida trajo consigo la reacción de diversos sectores y otra propuesta del sector sindical que plantea un aumento de $500 y $600. Al respecto, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social (MTPS) dijo que el Conejo se reactivará este miércoles, pero que se analizará la propuesta de Bukele.
La presidenta de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport), Silvia Cuéllar, también solicitó al CNSM consideración con las mypes, pues el aumento en el costo de planilla podría afectarlas a un mes del plazo.
“Tal vez podría hacerse para ellos un trato como especial, siendo gradas, en el sentido de que tal vez entre en vigencia la primera grada a partir de junio y la segunda (después) dándole un mayor tiempo, el Consejo podrá tomar esto con consideración”, recomendó Cuéllar al ente tripartito.
La vocera de Coexport recordó que, aunque hay empresas que pagan mucho más del salario mínimo, podrían nivelar fácilmente con la medida, para otros -como maquila y textiles- esta alza podría afectar.
La Corporación enfatizó en que para aumentar el salario algunas empresas exportadoras deberán hacerlo con tiempo y negociar nuevos valores en sus envíos internacionales.
Los pequeños productores
Al igual que las mypes, los pequeños agricultores y productores salvadoreños podrían incrementar aún más sus costos de producción, sino se garantiza un apoyo a través de un subsidio estatal, advirtió el presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), Luis Treminio.
Treminio puntualizó que están a favor de un aumento al salario mínimo porque es algo que implica “justicia” hacia los altos costos de vida que acechan a los salvadoreños, pero recordó que el sector agropecuario “no puede asumir un incremento” de este tipo.
“Un centavo que se le aumente al costo de producción nos saca de competencia, nuestra propuesta era que si hubiera aumento al salario mínimo, pero que el gobierno acompañe al sector agropecuario con el incremento”, añadió el líder campesino.
Campo pidió al gobierno que, de considerarse un subsidio -como ocurrió en 2021-, se dé la facilidad de incorporar productores que no estén registrados en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).
Treminio recordó que buena parte del sector son productores de subsistencia y que, aunque trabaja por jornal, la confirmación de un aumento salarial moverá a la mano de obra de pasar de exigir $10 la jornada de trabajo -de 6:00 a.m. a 11:00 a.m.- a $12 o $15.
Costo de la vida
El expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), Óscar Cabrera, aseguró que el aumento propuesto no sopesa el alza en el costo de la vida y consideró necesario evaluar los fundamentos de la propuesta estatal.
Cabrera, quien también es presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen), reiteró que este tipo de modificaciones en las planillas de pago elevan los costos de producción para el sector exportador, principalmente la industria, afectado de antemano por un aumento de aranceles de un 10 % por parte de Estados Unidos, que ha quedado en pausa.
“Desde la perspectiva de exportadores y productores hay que encontrar propuestas de política pública para que no impacte su competitividad”, sumó el economista.
El economista puntualizó en que el incremento puede generar tensiones económicas a los más pobres.
Fudecen cree que el incremento justo para beneficiar a la población debería rondar entre un 15 % y un 20 %, con el fin de atenuar los impactos que se generaron desde la pandemia de covid-19 a la fecha.
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