El papa León XIV el este viernes su preocupación por lo que considera una visión distorsionada de Jesús en la cultura contemporánea, donde —según dijo— incluso personas creyentes lo perciben como un personaje histórico y no como Dios. El pontífice dirigió su mensaje en la catedral del Santo Espíritu Santo, en Estambul, ante religiosos y religiosas que representan a la pequeña comunidad católica de Turquía.
El papa, de origen estadounidense y peruano, llegó al país el jueves como parte de su primer viaje internacional. Tras los actos oficiales y una reunión con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en Ankara, se trasladó a Estambul para continuar su agenda pastoral y participar en la conmemoración del Concilio de Nicea.
Al ingresar a la catedral, León XIV fue recibido por decenas de fieles, entre ellos migrantes y una delegación del seminario Redentoris Mater de Dallas. Según las cifras del Vaticano, la comunidad católica en Turquía ronda las 33,000 personas, apenas el 0.04 % de la población, en un territorio que hace un siglo reunió a más de dos millones de cristianos.
En su mensaje, el papa insistió en que la fuerza del cristianismo no depende del tamaño de sus comunidades.
“Esta lógica de la pequeñez es la verdadera fuerza de la Iglesia”, afirmó. Recordó que el vigor de la misión no proviene “del consenso numérico, de la potencia económica o de la relevancia social”, sino de la unión con Dios y la fe vivida con esperanza.
León XIV destacó que la Iglesia en Turquía, aunque minoritaria, continúa “fecunda como semilla y levadura del Reino”, e instó a los presentes a mantener una actitud espiritual firme. “Los animo a cultivar una esperanza confiada, fundada en la fe y en la unión con Dios”, dijo durante la ceremonia.
El pontífice retomó además el motivo central de su visita: la conmemoración del Concilio de Nicea, donde se definieron las bases dogmáticas sobre la divinidad de Jesús. En ese contexto, alertó sobre un “regreso del arrianismo”, doctrina del siglo IV que negaba la naturaleza divina de Cristo. Advirtió que esa tendencia reaparece hoy en expresiones culturales y religiosas.
“Se admira a Jesús con espíritu religioso, pero sin considerarlo realmente como el Dios vivo y verdadero entre nosotros”, lamentó. Añadió que su condición de Señor de la historia queda “oscurecida” cuando es reducido a un maestro o profeta del pasado.
“Nicea nos lo recuerda: Cristo Jesús no es un personaje del pasado, es el Hijo de Dios presente entre nosotros”, subrayó.
La catedral del Espíritu Santo, inaugurada en 1846, alberga reliquias de San Pedro y San Lino, los primeros papas, y ha sido visitada por san Pablo VI, san Juan Pablo II, Benedicto XVI y el papa Francisco. En su patio destaca una estatua de Benedicto XV en honor a su labor humanitaria durante la Primera Guerra Mundial.
León XIV pidió a la comunidad católica fortalecer el acompañamiento a los jóvenes, promover el diálogo ecuménico e interreligioso y continuar su servicio pastoral a migrantes y refugiados.
“La presencia significativa de migrantes y refugiados supone para la Iglesia el desafío de acoger y servir a los más vulnerables”, señaló. Recordó que la mayoría de sacerdotes, religiosas y agentes pastorales en Turquía son extranjeros, lo que constituye —afirmó— una riqueza para la misión en el país.
