Los acusados por ciberacoso a Brigitte Macron intentan aplazar el juicio sin éxito

El juicio a diez personas acusadas de haber propagado en línea infundios de que Brigitte Macron, la esposa del presidente de Francia, había nacido hombre, comenzó este lunes en París con maniobras de la defensa, que no tuvieron éxito, para intentar aplazar el proceso.

La primera de las dos sesiones programadas en el Tribunal Correccional de París se desarrolló sin la presencia de Brigitte Macron -representada por dos abogados-, y con una nube de fotógrafos a la entrada de una sala de audiencias exigua, en la que se formó una larga fila de periodistas y curiosos.

Ante la fuerte afluencia de personas, el tribunal habilitó una segunda sala en la que se retransmitió en directo la vista.

Diez personas, de entre 41 y 60 años y de un perfil muy variopinto, están encausadas por haber difundido numerosas declaraciones maliciosas e infundios sobre el «género» y la «sexualidad» de Brigitte Macron, y podrían ser condenadas hasta a dos años de cárcel en caso de ser declaradas culpables.

Afirmaban, en particular que su nombre de nacimiento era Jean-Michel Trogneux, que es el nombre real de un hermano de la primera dama.

También se reprocha a los inculpados haber pretendido dar un tinte de pederastia al inicio de la relación entre Brigitte y Emmanuel Macron por la diferencia de edad entre ambos (24 años), ya que se conocieron cuando ella era su profesora en el instituto de secundaria.

Siete de los diez acusados estuvieron presentes en la sala. Los primeros que declararon justificaron la difusión de las noticias sobre el género de la primera dama francesa en el ejercicio de libertad de expresión y el derecho a parodiar.

Jean-Christophe D., profesor de 54 años, dijo ampararse en esa libertad de bromear para dar a entender, en uno de sus ‘tuits’ puestos en causa, que Brigitte Macron es el padre del presidente Macron.

Otro de los inculpados, Jérôme A., un informático de 49 años, se quejó ante el tribunal de que «gente normal» como él sean procesados por «algunos tuits anodinos».

Entre los tres ausentes en la vista, destacó la autodenominada «periodista autodidacta» Natacha Rey, a quien se atribuye el origen conspiranoico del rumor sobre la primera dama francesa. Rey, cuyo nombre real es Christelle L., padece un cáncer en estado avanzado.

Otro de los personajes más conocidos del proceso es Aurélien Poirson-Atlan, de 41 años y conocido en las redes bajo el pseudónimo de ‘Zoé Sagan’, que no pudo estar representado por su abogado principal, el franco-español Juan Branco.

La razón es que el colegio de abogados suspendió su permiso para el ejercicio profesional por haber violado el secreto de sumario de un proceso por violación que le afecta personalmente.

Para añadir más confusión, los abogados de la defensa presentes pidieron, en un primer momento, un aplazamiento alegando que no habían tenido tiempo de analizar los elementos del sumario, sobre todo la parte del estrés físico y psicológico que Brigitte Macron denunció haber sufrido por las alegaciones sobre su género.

Los letrados se quejaron de que no habían recibido el sumario completo hasta el pasado fin de semana y, una vez denegada esa primera demanda, intentaron una segunda alegando que las acusaciones hacia sus clientes suponían una amenaza a sus derechos y libertades protegidos por la Constitución.

A la entrada de la audiencia, una de las acusadas más conocidas, la autoproclamada vidente Amandine Roy (su nombre real es Delphine J.), aseguró a la prensa que «no había cometido ninguna infracción» y aclaró que así lo iba a explicar ante los jueces.

Anatomía de un rumor

El engranaje de las noticias falsas sobre la primera dama francesa comenzó con Natacha Rey, en plena crisis de covid a inicios de 2021, y luego fue amplificado en las redes tanto por Amandine Roy como por Xavier Poussard (38 años), quien vive actualmente en Milán (Italia) y no ha sido citado como acusado en este proceso.

Poussard, colaborador de una publicación de extrema derecha antisemita conocida como ‘Faits et documents’, ha sido una figura clave, sobre todo para dar proyección internacional a este asunto al entrar en contacto en marzo de 2024 con Candace Owens, una ‘influencer’ afroamericana próxima a Donald Trump que propagó los rumores surgidos en Francia a sus varios millones de seguidores.

De hecho, los Macron han lanzado en Estados Unidos un proceso paralelo contra Owens, a la que han denunciado por «difamación».